Los días pasan y cada vez que veo a Ginebra es a lo lejos y siendo cargada o abrazada por Kaeya, Thoma no deja de reírse de mi situación y el día que vuelve de pasear con ellos no puede mirarme a la cara sin estallar en carcajadas.
Es humillante.
-El puesto de Giny abrió esta mañana-me dice Ayaka mientras juguetea con una armadura-¿Podrías traerme pizza de champiñones?-
Acepto casi emocionado, sí abrió es porque Kaeya se fue ¿No?
Cuando llego la veo en la barra sonriendo... Mientras Kaeya barre el suelo y parece molesto
-¡Fue un accidente!-chilla molesto
-Tú lo rompes tú lo pagas-
-Entonces déjame pagarte con dinero-
-Prefiero que lo hagas con trabajo honesto-
-Señorita-digo acercándome
-Oh, gracias al cielo, alguien de la justicia, dígale algo a esta mujer malvada-Kaeya se quita el ridículo delantal que seguramente Ginebra lo obligó a usar y se me acerca quejándose. La chica a mi lado no para de reir
-No te atrevas a ponerte de su lado-me dice-Me molestare mucho-
-¿Acaso lo estas sobornando?-dice su amigo con una muy mala actuación-Entonces castiguela el doble-
-Puede que eso me guste-dice con una sonrisa burlona
-¡Ginebra Bauer! ¿¡Que diria tu madre si te escuchara!?-Kaeya suelta la escoba y trata de taparle la boca
-No, detente-le dice entre risas.
Me siento como una piedra después de lo que dijo o más bien, lo que dijo entre líneas. Recuerdo nuestra conversación bajo el cerezo, mencionó que le gustaría que fuera más agresivo.
-¿No tendrías que estar tomando un barco?-
-Cierto, llegaré tarde-se despide amablemente de mí y le promete algunos obsequios a Ginebra, se abrazan y después Kaeya se va.
-Vuelve la calma-dice suspirando-¿Té de burbujas?-
-Y una pizza para Ayaka-
Ginebra desaparece en la cocina y cuando vuelve hay un fuerte aroma a champiñones y queso en el ambiente.
-Aquí está, también el té-se ve feliz-¿Algo más?-
-Tú-
-¿Ah?-
-Bueno, no de esa forma, este... ¿Ests libre esta noche?-
Un ligero rubor coloreó sus mejillas
-Si-responde casi dudando
-¿Te parece si nos vemos en el bosque Chinju?-
-S-si-
-Te vere a las 10-digo tomando mis cosas y llendome... antes de que vea mi rostro hecho un desastre.
Son las 9:54 cuando llegó al bosque, estoy nerviosa ¿Esto es una cita? Siento frío ¿Me vestí bien? Quizá el vestido es de una tela muy ligera pero es tarde para irme y cambiarme.
-Ginebra-su voz es como una dulce melodía
-Ayato-no puedo evitar sonreírle y tomo su mano en cuanto me la ofrece
-Ven-
Caminamos despacio por el bosque, charlamos, me pregunta cosas de mi hogar, de lo que solo hacer y la gente que conozco, poco a poco también lo escucho, me cuenta de sus padres, de su hermana y de cómo fueron las cosas durante el Decreto de Captura de Visiones.
-Cuando te vi por primera vez me asombro lo fuerte que te veías-me dice mientras se sienta sobre unas rocas a la orilla del río-Siento que tu fuerza contrasta de una forma muy hermosa con tu belleza Ginebra-
Me río nerviosa por que no se que responderle
-Gracias ¿Creo?-paso a su lado y meto un pie al rio, no esta tan frio como pensé-Me gusta este bosque-
-Que bueno, pase mucho tiempo pensando a donde llevarte en nuestra cita-
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De nuevo me quedo sin habla ¿Desde cuando es tan franco?
-Entonces ¿ES una cita?-
-Claro que si-
Lo veo responder con seguridad pero también se sonroja
-Ya veo, ¿Entonces puedo confesarme sin temor a ser rechazada?-
-Si... ¡No! Espera, yo iba a confesarme-
Me rio y me alejo pero Ayato me toma de la mano
-Te permito confesarte primero-le digo pero el tiene otra cosa en mente.
