Cyno se sienta a mi lado a la hora designada para almorzar, las bases del refugio están totalmente terminadas y la construcción interior va bastante bien.
-¿Qué está pasando?-
-Deja de hacerte-
-Me acuesto con ambos-digo a secas lo que lo deja callado un segundo-No engañandolos o algo asi, cuando digo con ambos es que es ambos al mismo tiempo, mismo espacio-
-Ni iba a preguntar por eso-
-Yo crei que si, ya que el día de hoy estas tan pregunton-
-Callate-
Comimos en silencio hasta que centré mi atención en las tunas dentro de su bolsa.
-¿No sabías que podrías enfermarte si comías demasiadas tunas?-
Helga me mira incrédula mientras desempaca sus maletas
-Bueno jamás he comida más de 5 yo solo-
-Debes preguntar antes de comer algo que una extraña te deja dentro de una bolsa-responde burlona por lo que la abrazó en seguida
-Si hubiera ignorado a es extraña y su bolsa de comida no estaríamos aquí ahora-la beso cerca de la oreja y me responde con un leve murmullo-¿Pasa algo?-
-No, no es nada-sin soltarla vuelvo a besar en el mismo lugar, esta vez más lento-Cyno-
-¿Que pasa?-rozo mis labios en la delicada piel de su cuello-¿Te estoy molestando?-
-Mi cuerpo está sensible- puedo ver sus orejas volverse rojas por la vergüenza, es tan linda y por fin está en mis manos ¿Como dejar las cosas solo así?
De nuevo la beso y me aseguro de dejar una leve marca, un gemido escapa de ella y mis manos se deslizan debajo de su blusa, no me detiene y se deja llevar por mis caricias.
-Me hiciste esperar mucho-le digo al oído lo que la hace erizarse-Espero que tomes la responsabilidad-
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-Bésame más-pide Cyno cuando estoy arriba de él. A pesar de haber actuado tan dominante hace un momento ahora me ruega por mis besos.
El placer de sentirlo en mi interior es embriagador, no puedo pensar en nada más que hacerlo correrse dentro de mí una y otra vez.
-Te amo-digo antes de besarlo-No te atrevas a soltarme-
Estamos en la alfombra de la habitación, no tuvimos tiempo de llegar a la cama pero no importa, ahora él está aquí solo para mí.
-Helga-
Mis manos están sobre su pecho, lentamente deslizó una hasta su cuello y lo sujeto con delicadeza, es imposible que mis pequeñas manos puedan rodearlo o suponer un daño para él, aun así cuando siento que tengo el control me exito demasiado y no puedo parar.
-Eres solo mio-ejerzo un poco más de fuerza y él me sonríe, le gusta.
Seguimos así por un poco más de tiempo, jadeando juntos llegamos al clímax y mi cuerpo cede ante el cansancio.
-¿Estas bien?-esta vez se pone sobre mi para darme besos por todo el rostro
-Si, creo que fue mucho después de no haber estado juntos un tiempo-
