Noche larga

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Sharifa está de pie en la cocina con las manos metidas nuevamente en una infusión curativa, no digo nada y solo la observo desde la silla en la que estoy.

Tengo 3 días aquí con ella y su aspecto no ha mejorado nada, sigue delgada y su piel canela ahora tiene un aspecto casi blanquecino y enfermo.

Un suspiro pesado sale de mi cuando noto que se tambalea al alejarse del recipiente donde tenía sus manos.

-¿Tienes hambre?-le pregunto pero ella me sonríe distraídamente-¿Sharifa?-

-¿Si?-

-Pregunte algo-me levanto de mi silla y avanzó hasta ella para cargarla-¿Te sientes mal?-

-¿Eso fue lo que preguntaste?-Su cabeza descansa en mi hombro, es algo más alta que yo pero no me molesta cargarla.

-No pero es lo que me está preocupando ahora-

-No me recuperaré mágicamente por el poder del amor en tres días ¿Sabes?-la dejo en la silla donde antes estaba sentado y comienzo a vendar sus manos-¿Tienes tanta prisa?-

-No es eso-

-Puedes irte si quieres, antier estaba muy dolida y me sentía indefensa, no quería estar sola ni mucho menos lejos de ti, pero tú también tienes cosas que hacer-

-Eres más importante-sentenció molesto por lo que ha dicho

-Confio en ti, de verdad-

Vuelvo a suspirar y tomo sus muñecas para hacer que me mire a los ojos.

-Tu estado de salud es muy malo, estás débil, delgada, pálida, aún estás resfriada y recién estás acomodando tus horarios de sueño. No tengo prisa por irme, tengo urgencia en que te encuentres sana de nuevo, tengo miedo por que no se que hacer más que seguir las indicaciones del médico-

Sharifa me abraza. Incluso su personalidad despreocupada y brusca ha desaparecido.

-Gracias por estar conmigo-dice genuinamente feliz-Gracias por volver por mi-

La beso rápido y le sonrió.

-Claro que volvería, ese estupido desierto no bastaría para que te deshicieras de mi-vuelvo a besarla y me conformo con eso, no quiero presionar su cuerpo demasiado-Comamos algo ¿Si?-

-Si-

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-Ahh, Scara...

Sus ojos brillan como los de un animal salvaje mientras me retuerzo en la cama.

-¿Te gustaria casarte?-

La pregunta es repentina pero a pesar de eso no deja de entrar y salir de mi

-No hagas esa clase de preguntas en momentos así-

Me sonríe con malicia a la vez que inclina su cuerpo hacia adelante provocando que vaya aún más profundo, el orgasmo me alcanza justo cuando me besa.

-A mi si, quisiera verte con un vestido blanco, como lo hace la gente de Mondstadt-vuelve a besarme y me ahoga con su lengua, sus movimientos son más bruscos y se que está a punto de terminar-Una noche de bodas sería en verdad divertida-

-Pero si todas, aghh-

-¿Todas?-

Los gemidos vuelven a salir de mi cuando se corre y lo siento desbordarse fuera de mi, es sublime.

-Más-exigo con la mente entumecida por el placer

-Te dare mas si terminas lo que ibas a decir-

-Todas nuestras noches parecen noche de bodas-susurro mirándolo directamente, Scaramouche se ríe y acaricia mi rostro.

-Entonces imagina como llegaría a ser una noche de bodas real entre nosotros-

La simple forma en la que lo menciona, tan seguro y feliz por un hecho que aún no acontece me enamora un poco más y la forma en que su miembro vuelve a endurecerse dentro de mi termina de enamorarme más.

-Tu mirada es tan lasciva, jamas te dejare ir-me hace ponerme en posicion de perrito y mi interior lo recibe con deseo-Eres mia-

Es intenso desde el inicio, el sonido de chapoteo y los fluidos bajando por mis muslos me hacen sentir indecente y cuando su mano empieza a azotar contra mi culo gimo como animal en celo.

-¡¡Scaramouche!!-su otra mano aprieta con fuerza mi cintura y atrae mi cuerpo al suyo con más rudeza, puedo sentirlo entrar y salir de una forma tan deliciosa que mi mente queda en blanco.

-¿Te gusta cuando lo hago así?-pregunta en tono burlón y se escucha la excitación en su voz-¿Te gusta solo así o prefieres esto?-deja de azotarme para introducir uno de sus dedos en mi trasero, me erizo cual gato al correrme por ese simple gesto.

-¡Me gusta!-

Un segundo dedo se abre paso dentro de mi ano desbordando mis sentidos en extasis

-¿Dónde te gusta?-pregunta cuando el tercer dedo acompaña a los otros dos y los hace girar

-En mi culo, me gusta ahi-un quejido de reclamo se apodera de mí cuando sus dedos se alejan y la sensación no dura mucho cuando siento su verga caliente empujar hacia enfrente.

-Entonces vas a amar esto-poco a poco introduce la punta y se detiene para ver como me encuentro, apenas y puedo balbucear por el placer hasta que entra totalmente y sus bolas chocan contra mi vagina.

Inclinó aún más mi espalda para poder levantar mi culo y recibirlo por completo, cada precioso centímetro de su ser entra de forma dolorosa hasta el fondo mientras gruñe y bufa sobre mi.

-Sharifa, maldición-

Será una noche larga... Una noche demasiado larga.

 Una noche demasiado larga

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