Bañera

95 9 0
                                    

-Entonces yo no vi una alucinación-

-No-

-Si era una persona real-

-Si-

-Estabas escondiendo a una persona en el viñedo como un vil delincuente-

-No responderé a eso-

-Entonces es un si-

Kaeya mira a su hermano con fascinación, su mirada pasa por mi y me sonríe.

-Dime si este atrevido te ha hecho algo malo, tu cuñado podrá defenderte-dice alegre

-No, para nada, estoy aqui por que quiero-

-No dije nada de que estuvieras contra tu voluntad, si me hubiera dado cuenta de eso te habría sacado de esta mansión hace 5 minutos-

-Yo no haría algo como eso-responde el pelirrojo a mi lado más molesto que antes

-¿Qué? ¿Disculpa?-

-Kaeya-

-Vaya creía haberte oído decir que no harías algo malvado... Claro que ya no puedes decir eso luego de mantener oculta a una ex-esclava dentro de tu casa ¿Cierto?-

Esta vez no puedo evitar soltar una risilla, pero no porque realmente encuentre gracia en lo que dijo, simplemente me gusta verlos interactuar así. Diluc siempre habla de forma tan hostil sobre su hermano pero pasó toda la mañana preocupado de que la mansión y la comida estuvieran listas antes de su llegada.

No lo dirá jamás pero para él era muy importante presentarme formalmente con Kaeya.

Kaeya se va cuando entra la noche, dice que la siguiente vez vendrá con su chica y oir eso me recuerda que debo escribirle una carta a Shirin y enviarla pronto a Sumeru.

-¿Una carta?-

-Si, ella ya debe de haber llegado a la casa de su hermana-Diluc me pasa el papel y acomoda una lámpara cerca de mi escritorio-Me siento un poco triste por no haberla podido conocer cuando vino de visita, oi que se fue muy enferma de aquí-

-El cambio de aires pudo afectarla-

-No lo se, pero Shirin estaba tan angustiada por que no le respondía las cartas que casi enferma como ella, por lo que me dijo fue idea de Venti ir a Sumeru sin aviso-

-No parece buen plan-

-Yo creo que sí lo es-

-Por cierto, hace unos días te vi hablando con el alquimista-

-¿Alquimista?-

-El rubio-

Lo miro sin entender bien hasta que recuerdo que Albedo pasó por aquí para comprar una botella de vino de la colección privada de Diluc... Cosa que si le vendí.

-Estaba aquí buscando un vino especial para su madre-

/////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////

Vivian recuesta su cabeza en la orilla de la tina mientras tallo su brazo derecho.

La espuma huele a madreselva y hay un leve vapor envolviendonos.

-No tienes que hacer esto-dice de repente-Creí que entrarias conmigo al agua-

-No es lo suficientemente grande para ambos-respondo dejando su brazo y poniendo espuma en su nariz-Ademas ¿Quien sabe que podria pasar?-

Ella bufó molesta y saca una de sus piernas del agua, acomodo mi banquillo para seguir tallando

-No es tan molesto-

-¿Esto?-

-No, Kaeya-

No respondo de inmediato, las emociones en mi son extrañas pero creo que si me siento feliz de que le haya agradado ese imbécil, incluso la idea de que también quiere que yo dé el visto bueno a su pareja me emociona un poco... Solo un poco.

-Que bueno-

-Ya quiero conocer a Mazda-

-Igual-

De pronto Vivian estira sus manos fuera del agua y me abraza por el cuello mojando por completo mi camisa

-Te quiero-dice sonriente

-Yo también te quiero-respondo dándole un beso corto pero ella se queja-¿Que?-

-Entra al agua conmigo-

-Vivi-

-Menti-

-¿De qué hablas?-

-No te quiero-se pone roja al decirlo-Te deseo, ahora mismo quiero hacerlo, no puedo pensar en otra cosa-

Aprieto los labios al oírla decir tantas cosas. Adoro a esta mujer, la adoro demasiado.

Después de unas horas Vivian sigue arriba de mi con solo su largo cabello deslizándose sobre su piel desnuda, sus gemidos son apagados con mis besos, no me molesta que haga ruido, igual nadie puede escucharme es que solo quiero besarla sin parar.

-Diluc-gime mi nombre cuando termino dentro de ella, puedo sentir sus uñas clavándose en mis hombros.

Necesito más de ella, quiero más de ella, la quiero toda. Sin salir de su cuerpo la sigo besando, sus manos acarician mis espalda y suben hasta mi nuca.

-Te amo-le digo despacio al momento de pararme, con menos delicadeza en mis movimientos la embisto de pie, sus piernas cuelgan sobre mis brazos y sus gemidos se vuelven gritos de placer.

Muerdo su labio hasta que el sabor metálico de la sangre toca mi lengua, estoy extasiado.

La recuesto en la cama y sigo sobre ella, mis manos parecen estar a la medida de cada parte de su cuerpo, el pecho de ambos encaja a la perfección cada que nos abrazamos, todo en ella me indica que es la única para mi y soy el único para ella. Vivian no me suelta ni un solo segundo, gime, grita, llama a mi nombre con desesperación, estoy enamorado de ella.

Puedo sentirla contraerse y la presión de su cuerpo al correrse me impulsa a seguirla, aun en medio de sus piernas no la suelto y continuó besándola, no pienso detenerme esta noche.

-Te amo-

-Te amo-

Historias de TeyvatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora