Al-Haitham

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-Escuche de la investigadora de Mondstadt que vive en tu casa-

-No te le acerques-

Al-Haitham sonríe con malicia

-Así que es verdad que las has tomado-

-Si lo dices de esa forma pareciera que me acusas de algún crimen y no he cometido ninguno- el hombre frente a mi no pierde la sonrisa-¿A qué has venido a buscarme?-

-Solo quería confirmar lo que ocurre aquí en el Caravasar-

-Resumiendo: Solo has venido a molestarme-

-¿Sabes? Me gustaria conocer a la mujer que te tiene tan engatusado-se que solo está probando así que lo ignoro-Será interesante investigarla-

-No te permitiré molestarla-

-¿Molestarla a ella? Lo dudo, el único molesto aquí eres tú-

Me levanto de mi asiento y regreso a mi casa, esta reunión no fue más que una pérdida de tiempo.



-Volviste rápido-me dice Helga al verme entrar-Comenzaba a extrañarte-

-Quizá debo tardarme más-respondo besándola pero ella no me deja apartarme

-Hoy me siento particularmente feliz-murmura pegada a mis labios y volviendo a besarme haciendo que me encorve sobre ella y tirando mi sombrero-Así que quiero hacerte particularmente feliz a ti también este día-

Le sonrió mientras la sostenía de la cintura y la obligó a apoyarse en la encimera de la cocina.

-Déjame eso a mi-en un solo movimiento la siento en la encimera y aun besándola levantó su falda y empiezo a acariciarla.

-No es justo-reclama pero puedo ver como se sonroja.

Bajo mis besos hasta llegar a sus piernas donde lentamente la muerdo y chupo para mojarla lo suficiente. Fascinado hundo mi lengua en ella mientras ella tira su cabeza para atrás, sabe tan deliciosa y sus gemidos son tan asombrosos que no soy capaz de detenerme e incluso mis oídos ignoran el sonido de la puerta abriéndose hasta que el estruendo de varias piezas de metal rompiéndose en el suelo nos espanta a ambos.

-Por los siete-dice Al-Haitham con una mirada estupefacta y una caja con piezas robóticas esparcidas a sus pies.

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Luego del susto inicial, la molestia, los gritos y las disculpas estamos los 3 sentados en el suelo.

-Ejem-el hombre se afina la garganta aun apenado-Esta caja es para la señorita Helga, se me pidió que se la entregara ya que formará parte de su proyecto como una forma de ayudar a la academia-

-Que formal-digo tomando la caja y observando en contenido-interesante-

-Puedes irte ahora-gruñe Cyno

-Creo que no me he disculpado lo suficiente por interrumpir-

-Lo has hecho descuida-comentó cínica

-Puedes disculparte yendote y dejándonos terminar lo nuestro-

-¡CYNO!-exclamó apenada-Ignoralo por favor-

-No... Yo estoy impresionado la verdad, el Gran Juez actuando de esa forma y cometiendo esos actos lujuriosos es algo impactante-

-Okey ahora tendré que pedirle que se calle-

¿No tienen vergüenza?

Historias de TeyvatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora