Historias de Teyvat

Perro

Cuando recuperó la conciencia puedo oír los llantos de una mujer cerca de mí, debajo mío puedo sentir mantas cálidas y una pesada colcha aplasta mi cuerpo que se siente más débil que nunca.

Unas manos se posan sobre mi y el llanto sigue.

Quizá estoy muerta.

-¿Mamá?-mi voz suena raposa y me duele la garganta, más bien me arde

-¡Lourdes!-un eje de decepción me inunda cuando reconozco la voz de Azumi-¡Está despierta!-

Despacio abro los ojos y miró la habitación que me rodea, es mi casa pero se ve mucho más limpia y cálida que la última vez. Nobile abre la puerta consternado y se inclina a un lado de mi amiga para tocar mi frente y mis mejillas.

-No me toques-rezongo tratando de levantar mi mano y esquivarlo pero no puedo hacerlo, no puedo moverme por más que quiera. En seguida noto las miradas furiosas de ambos cayendo sobre mi.

-¿Como te atreves?-Azumi realmente molesta hace el ademán de golpearle pero otra mano la para.

-¡Señorita por favor!-es la voz de un chico joven... ¿Por qué mi casa huele a perro mojado?

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Gorou frena mi mano, enseguida Nobile me sujeta por los hombros.

-Azumi tranquilizate-

-¡No tienes idea de lo preocupados que estábamos por ti! ¡¡No sabes nada!!-comienzo a gritarle a la chica aturdida que está acostada en su futón-¡Y aun así te niegas a ser revisada por nosotros! ¡¿Qué mierda tienes en la cabeza?!-

-Señorita por favor, no creo que gritarle asi sea bueno-Gorou se interpone en mi vista hacia ella nervioso

-Déjala-dice Lourdes desde atrás-Dejala desahogarse, le hará bien-

-¡Maldita cínica!-no me cabe en la cabeza se porte de esa forma ¿Como puede ser así?-¡No tienes vergüenza!-

Nobile me saca a rastras de la habitación junto con Gorou mientras siento que pierdo la cordura y la paciencia con ella.

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Estamos Azumi y yo sentados en la sala de la pequeña casa de Lourdes, Gorou volvió con ella para cuidarla y explicarle la situación de todo lo que pasó anoche.

Intenté hacer té para ambos pero descubrí que no hay nada en la cocina de Lourdes, es como si nadie viviera aquí realmente.

-Si tiene algo de comida puede que la tenga en el taller, una vez vi un fogón pequeño ahí-Azumi sostiene su cabeza entre sus manos, puedo ver como tiembla un poco.

-Cariño-

-Trate de golpearla, soy horrible-

Se que no escuchara nada que tenga para decirle así que salgo para ir al taller que está detrás de la casa, por el camino puedo ver una tumba pequeña pobremente adornada donde reza:

Aurora Kanroji

Y se por Azumi que ella debió ser la madre de Lourdes.

Me muerdo el labio. Es por el asesinato de su madre que ella esta asi.

Pero ni Yelan ni yo hemos logrado encontrar algo sobre ese tema, quizá si Lourdes pudiera vengarse podría estar en paz con ella misma, se culpa pero ella también fue una víctima de lo que pasó.

Cuando llego al taller mi estómago está revuelto y en una pequeña alacena que cuelga de la pared encuentro una caja de cristal con sobres de té, azúcar y lo que parecen ser bolsitas de leche en polvo; tomó unos cuantos y me voy procurando cerrar bien la pesada puerta de acero.

Cuando regresó Azumi me esperaba en la entrada de la casa con su abrigo puesto.

-Vamonos-

-Acabo de encontrar el té-

-Vamonos-repite bajando las escaleras del pórtico y pasando a un lado mío-No somos de utilidad aquí-

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Nobile tarda mucho en volver, lo que me pone ansiosa ¿Verá la tumba de Aurora?

Tallo mis manos contra mi falda y decido ir a ver qué pasa con Lourdes pero al entrar a verla me siento como una intrusa.

Gorou la está abrazando mientras mi amiga llora desconsolada, solo puedo ver la espalda del chico y como unas manos femeninas se aferran a él... Lourdes nunca llora conmigo.

-Esta bien, entiendo, gracias por decirmelo-dice Gorou de forma consoladora... Ella nunca me ha dicho nada, al menos no del tipo de cosas que creo le acaba de contar a Gorou, quien por cierto debe ser un completo desconocido para ella.

Una sensación agria y fría me llena la boca y me voy de ahí antes de que me vean. Tomo mi abrigo y salgo por la puerta queriendo llorar.

Nobile dice algo al verme pero lo ignoro y lo obligó a irse conmigo de ahí, Lourdes está bien, ella no nos necesita ahí.

Ya en casa con dificultad y pena le cuento a mi futuro esposo lo que paso y lo que sentí, me amarga mucho pensar en mi reacción y que en vez de aliviarme por que ella esta bien siento envidia y celos.

Él no me dice mucho y solo me abraza hasta que me siento mejor, lo cual tarda mucho en pasar.