21. NUNCA TE OLVIDARE 《OBITINE》

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Obi-Wan Kenobi aterrizó en Mandalore, cubriéndose la cabeza con la capucha de su larga capa marrón. En los últimos días, había perdido a su aprendiz se unió al lado oscuro y había perdido a uno de sus amigos más cercanos, Padme Amidala y el único legado que quedaba de las dos personas que quería como hermanos eran los pequeños gemelos Luke y Leia. Bail Organa organizaba los preparativos para llevar el cuerpo de la senadora a Naboo, también había hecho los arreglos para que unos de sus asistentes personales enviasen a Luke Skywalker, a Tatooine con sus tíos, donde él viajaría en breve y permanecería allí para vigilar a Luke.

Salió de la pequeña nave y fue recibido por Bo-Katan Kryze que tenía la familiar armadura Mandaloriana, y a su lado, vestido de negro estaba su hijo y de Satine, Korkie Kenobi Kryze.

Kenobi -dijo Bo-Katan, su voz estaba llena de dolor y alivio a la vez- Es bueno ver que sobreviviste

Lo mismo va para ti, Bo-Katan -dijo Obi-Wan con una leve sonrisa- Ahora toda la galaxia está a manos por el Lord de los Sith

¿Y qué paso con los líderes separatistas? -pregunto Bo-Katan mientras se dirigían a la gran mansión en la tierra del Clan Kryze. Ambos habían determinado que era muy peligroso en aterrizar en la capital de Sundari con el imperio enviando soldados a los sistemas estelares para ponerlos bajo su control.

Todos muertos, fueron asesinados por el nuevo aprendiz del emperador, Darth Vader -respondió, mientras Korkie caminaba a su lado.

¿Sabes quién es Darth Vader? -preguntó Bo-Katan seria.

No -mintió Obi-Wan- No lo sé. ¿Alguna noticia de Ahsoka?

Ninguna -respondió Bo-Katan mientras la preocupación consumía a Obi-Wan.

Lo más probable es que Ahsoka hubiera sido atacada, junto con Maul y por los clones. En el crucero lleno de clones y un sith caído, solo había una manera para sobrevivir. Obi-Wan alejo esos pensamientos, tenía esperanza que Ahsoka hallara una forma de escapar.

Estamos seguros de que ella está bien, padre -dijo Korkie dando ánimos a su padre

Entraban al edificio azul, se dirigieron a un pabellón de cristal rodeado de arreglos florales de Lirios blancos. Obi-Wan se acercó al centro donde estaba colocado un ataúd de cristal.

Satine yacía tranquilamente, con vestido sencillo color verde y azul como el cuándo se conocieron por primera vez. Sus manos sostenían un lirio y estaban unidas justo debajo de su pecho. Su cabello estaba suelto sin ningún tocado y su rostro estaba ligeramente maquillada.

Las lágrimas nublaron la visión de Obi-Wan mientras varias corrían por su rostro. Bo-Katan apoyó la mano en el hombro de su sobrino y lo condujo fuera del pabellón para así dejar a Obi-Wan en privado.

Satine -susurro el jedi, su voz llena de dolor. Le pasó la mano por la mejilla, su piel estaba fría-¿Qué hago? He perdido a todas las personas que me han importado, pero la peor fue verte morir en mis brazos -dijo sollozando mientras se inclinaba, la besó en la frente- Te amo, Satine. Siempre lo he hecho y siempre lo hare-susurró viendo a su amada- Prometo que cuidaré de nuestro hijo, lo juro, nunca te olvidaré -le dio un último beso en la boca a su duquesa para luego alejarse de ahí con el corazón y el alma destruida.

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