49. SUEÑO DE UN SITH 《VADERDALA》

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Había pasado años desde que el gran Darth Vader tuvo lo que se llamaría un "Buen sueño". Esto no era un simple sueño, esto era la misma fuerza en acción.

Estaba en un prado verde hierba, el cielo azul y nubes blancas, sentía el aire sobre su rostro miro abajo, vestía la túnica marrón y de cuero que solía utilizar cuando era un jedi. La luz del sol lo calentó después de mucho tiempo y el viento movía sus cabellos largos y casi juraba que escuchaba el sonido de las cascadas a lo lejos.

Naboo -se susurró para sí mismo.

Ani -dijo una voz dulce y familiar. Darth Vader se dio la vuelta para encontrarse con Padme con una sonrisa de alegría, vistiendo un vestido amarillo con el pelo recogido en dos moños.

¿Esto no puede ser posible? -pregunto, ya que esto era una mala jugada de la fuerza.

Tu más que nadie debe saberlo -contestó ella, mirándolo atentamente, sin dejar de sonreír- Es difícil de creer que mi esposo esté muerto cuando está luciendo así

Vader nota distraídamente que su mano izquierda es una vez más de carne, sangre y hueso.

Cree lo que tú quieras, tu marido está muerto al igual que tú -dijo Vader.

Padme da pasos lentos y tímidos hacia él, con una sonrisa todavía cálida, agradable y acogedora.

Nunca podrías matarme, Ani -dijo ella.

Estas muerta -dice, dejando con la cabeza con desesperación- Lo hice una vez. No lo dudaré en hacerlo otra vez

Ella ríe, escuchándose un sonido hermoso y melodioso.

Yo también te amo, Anakin -dijo ella con una sonrisa calidad.

Desconcertado por su alegría, repentina, Vader casi la llama loca, que era una tonta soñadora, pero estaba sorprendido para darle una respuesta. Intento de reprimir el impulso de unirse a ella en carcajadas, fingir que todo fue una pesadilla, antes de que la ira y su odio se presentara, ella se acercó, a tocarlo suavemente y, por la fuerza, él no se atrevió a negar su toque. La sensación que lo recorre por el cuerpo era algo que ningún señor oscuro de los sith debería tener permitido sentir.

¿Está mal para ser feliz, sabiendo que todavía estás con vida? -le pregunta ella mientras recorre la línea de su mandíbula.

-contestó el con voz ronca, inclinándose hacia el calor de su suave mano.

Ella se acercó aún más, cierra los ojos y se estremece.

¿Qué quieres de mí? -preguntó él con intriga.

Solo quería verte -contesto ella, deslizando sus brazos alrededor de él y presionando su mejilla contra su pecho, sintiendo los latidos de su corazón e incluso a través de la tela de su vestido y el grosor de su túnica- Te extraño

Su cuerpo lo tracciona mientras la envuelve en un abrazo, más ferozmente de lo que debería ser apropiada.

Te volviste en contra de mí -dijo gruñendo, mientras la abrazaba con fuerza.

Lo sé, pero todavía te amo -dijo ella temblando.

Ella había dicho algo similar en Mustafar y había sufrido por su traición. Ahorra, ya no estaba tan seguro de que sí matarla era posible.

Te preguntare de nuevo, ¿Por qué estás aquí? -dijo él sabiendo que ella no le traería consuelo. Ella ciertamente no le traerá ninguna paz.

Él pudo sentir su sonrisa, incluso si no podía verla.

Significa que todavía te amo, te lo mereces o no, Ani -dijo, mientras con sus manos trazaba patrones de arriba debajo de su espalda, ofreciéndole comodidad y familiaridad.

¿Incluso si te mato? -preguntó él, de forma seria.

Ella se aleja de él, y el evita que retroceda, y luego ella lo beso.

Todos sus pensamientos están ahí, dolor, anhelo, decepción, pero es su amor por Padme lo que más siente. No es suficiente y es demasiado a la vez. Puede sentir cómo se derrumba las paredes frías que ha construido detalladamente a lo largo de los años

La aparta de él, jadeando con dureza.

¡DEJAME EN PAZ! -grito Vader, agarrándola por los brazos mientras temblaba patéticamente por un simple beso. Esta vez, pudo verla sonreír.

Si eso es lo que quiere, Anakin -dijo ella dulcemente.

La ilusión comienza a desmoronarse a su alrededor y la mujer en sus brazos se convierte en polvo en un instante.

¡NO, ESPERA! -grito con desesperación.

Sus ojos se abren de golpe cayendo en cuenta que otra vez estaba en un mundo que es negro, frío, metálico y gris.

Padme -susurro para sí mismo, con una lagrima resbalando en su rostro de cicatrices y pálida.

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