Capítulo 60

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Durante el trayecto hacia la casa de mi suegra Laura no dejó de preguntar,  lo quería saber todo.

—Mami, mami - me llamó —¿Si las bebés están dentro de la tita Vero como van a salir? —

La enana y sus curiosidades,  miré a Álvaro que estaba conduciendo en busca de ayuda,  de reojo miró a la niña a través del espejo y se echó  a reír.

— Laura,  ¿porqué preguntas tanto? — preguntó  volviendo a poner la vista en la carretera — Eres un bicho muy curioso —

Padre e hija se echaron  a reír,  cuando lo hacían parecían dos gotas de agua,  ya que la pequeña había heredado lo que más me gustaba de Álvaro,  su sonrisa.

Por suerte para los dos Laura se olvidó  pronto del tema y se puso a ver por la ventana.

— Mamaaaa,  mira,  mira —

La enana se puso a gritar y a saltar sobre el elevado lo que hizo que tanto Álvaro como yo nos llevaramos un buen susto.

— Laura,  no te pongas a gritar en el coche que papá está conduciendo — le regañé a la vez que me dí  la vuelta para ver que era lo que quería  decir.

— Jo mamá,  es que vi a un pájaro muy bonito  era de muchos colores — explicó  mientras gesticulaba con las manos. — ¿Falta mucho para ver a la abuela? —

Miré  a la carretera para comprobar cuando nos faltaba por llegar,  por suerte ya estábamos en el pueblo asique en cinco minutos ya estaríamos en la casa de mi suegra.

— Pues....  Ya llegamos — intervino Álvaro mientras aparcada el coche delante de la casa — Amor, bajas tu,  dejas a la niña y nos vamos corriendo al hospital?

— Si,  si,  tranquilo seré  rápida,  quiero ser de las primeras en conocer a mis sobris — contesté  mientras salía del coche y sacaba a la niña de su elevador — Anda,  ahí  está la abuela — Mercedes al escuchar el coche salió  a recibirnos — Mercedes,  ahora no podemos pararnos,  te dejamos a la niña con sus cosas,  en cuanto salgamos del hospital nos pasamos a recogerla — expliqué mientras le daba a Mercedes la mochila con algunas cosas de la enana.

— Tranquilos chicos,  la niña se queda conmigo hasta mañana ¿a que si cariño? — Laura afirmó con la cabeza — Vosotros tranquilos,  la pequeña y yo nos lo pasaremos muy bien —

Tras despedirnos de mi suegra y avisarle una y otra vez que no perdiera la vista de la enana,  nos subimos al coche y pusimos rumbo al hospital donde ya se encontraban todos nuestros amigos,  aquello iba a ser un show.

- Álvaro reduce la velocidad que me estoy mareando un montón — me quejé.

Me empecé a marear en cuanto salimos de la casa de Mercedes.

— Estás bien? — preguntó apartando la vista de la carretera durante un segundo — ¿quieres que pare? —

Negué con la cabeza. Lo último que quería era llegar tarde,  continuamos y el mareo desapareció.

Nada más llegar echamos a correr hacia recepción donde nos encontramos con Pau y con Carlos,  al parecer acababan  de llegar y ya estaban sacando de quicio a la pobre enfermera.

—Chicos,  ¿vamos a la sala de espera? — pregunté apoyandome  en Álvaro.

— Eso cabezón,  vamos que no vaya a ser que las niñas sean rápidas y ya hallan nacido — apuró Pau.

Con el rubio y Álvaro siguiendonos apresuradamente llegamos a la sala que había enfrente del paritorio donde supuestamente estaba Vero acompañada de Blas. Allí nos encontramos con los demás chicos y a la madre de Blas que estaba mirando el móvil,  pero nada más vernos se levantó  a saludarnos.

Lo que nos deparará el destino (Álvaro Auryn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora