Narra Pau
- Anda Alvarito estarás contento, ya estas con tu Julieta – Álvaro me asesinó con la mirada.- Y no me mires así-
- Pau yo te miro como me dé la gana- respondió él bordemente.
- Vaya humos te gastas colega – dije- ya puedes ir cambiando esa actitud –
- ¿Para qué?- Álvaro continuaba con esa actitud pasota e insoportable – Anny nunca se va a despertar-
Este hombre me estaba empezando a sacar de quicio, ya estaba con Anny ¿qué más quiere?
- Álvaro ni se te ocurra volver a decir eso- le recriminé- Anny se despertará pronto y lo sabes. ¿Sabes una cosa? No te entiendo Álvaro, hace cinco minutos rogabas por estar en la misma habitación que ella, confiabas en su recuperación y ahora... Ahora dices todo lo contrario – mientras le decía esto él miraba hacia el otro día – No te entiendo Álvaro, no te entiendo- concluí mientras salía de la habitación dando un portazo.
Creo que Álvaro iba a abrir la boca para contestarme pero salí tan rápido que lo dejé con la palabra en la boca.
Empecé a caminar por los largos pasillos del hospital en busca de Carlos, técnicamente tenía que estar cuidando de la enana pero seguramente estarían liándola por ahí.
Por el camino me encontré con Vero y con Blas, ella no tenía muy buena cara y Blas parecía preocupado por su estado.
- Eey Pau ¿ya te vas? – preguntó Vero acariciándose la barriga – Pensé que te quedarías todo el día con Anny.
- Iba a quedarme pero a Álvaro lo cambiaron de habitación, ahora está con Anny y tiene el día tonto – expliqué restándole importancia - ¿Y vosotros que tal estáis?- pregunté al ver como Blas acariciaba la espalda de Vero.
- Pues más o menos – empezó a decir Blas – Ya conoces a Vero, es muy tozuda y se empeñó en venir al hospital cuando el médico le recomendó tranquilidad- explicó Blas mientras su novia le miraba con reproche.
- Blas, cariño, Anny es mi amiga, es mi hermana necesito estar con ella –
- Pero Vero ya sabes lo que te dijo el médico- Blas la miró con cariño – Nada de sobresaltos ni preocupaciones –
- Deberías hacerle caso a Blas, Vero – dije – Sabes que es por tu bien y por el de las niñas – le acaricié la tripa- supongo que no querrás que les pasa nada –
- Está bien, os haré caso, pero dejadme verla – suplicó Vero.
Cuando Vero ponía esos ojillos no había nada que se les resistiera, creo que eso fue una de las cosas que enamoraron a Blas, aunque los ojazos del chiqui no se quedaban atrás.
- Bueno chicos me voy a buscar a Carlos que está cuidando a Laura y no me fío mucho-
Después de dejar a los tortolitos continué mi búsqueda, conociendo a Carlos estaría en la cafetería o en el parque que había en frente del hospital así que allí fui. Tras recorrerme el hospital por completo llegué a la cafetería y efectivamente allí estaba Carlos con Laura y Mercedes.
Lo que más me sorprendió fue ver a Carlos bebiendo agua, raramente la tomaba, siempre pedía algo cargado de azúcar.
- Tita Pau- exclamó la niña nada más verme- El tito Carlos se portó mal.