Capítulo 52

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Narra Álvaro               

Carlos y Blas estaban empeñados en sacarme de ahí, de apartarme de Anny, pero no, no lo iba a permitir, iba a permanecer junto a ella hasta que todo esto pasase.

Como si me leyeran el pensamiento, mis dos amigos desistieron en sus intentos de alejarme de allí y se quedaron conmigo esperando la ambulancia que no daba llegado.

No me podía creer que todo lo que había pasado ¿por qué el destino se empeñaba en ponernos piedras en el camino? ¿Por qué no podíamos ser felices de una vez por todas?

Dicen que el amor es sufrido, que todo lo sufre, que todo lo soporta, el amor es simplemente eso. Nunca quise creer en esas palabras pero poco a poco, en los obstáculos que fueron apareciendo en mi vida y en mi relación con Anny estas palabras fueron cobrando cada vez más sentido ¿acaso no había sufrido lo suficiente?

En estos momentos, en este lugar, quiero creer que lo ocurrido no es más que otra prueba que afiance nuestra relación, una relación que, aunque pasen los años, los días, los meses y pase lo que pase, permanecerá fuerte e inquebrantable.

-       Álvaro- llamó Pau interrumpiendo mis pensamientos – Anny se pondrá bien, ella es fuerte, lo sabes y lo sabemos –

Quise creer en esas palabras de consuelo, Anny era fuerte, muy fuerte. Durante cinco años educó a Laura sola, dios Laura, ¿cómo le iba a explicar a la niña lo que acababa de pasas? ¿Cómo le explico que su herman@ ya no va a nacer?  Miles de preguntas comenzaron a rondar mi cabeza provocándome un fuerte dolor.

-       Blas, como no venga ya la ambulancia perdemos también a Alv- escuché como Carlos se acercaba a Blas sin sacarme el ojo de encima.

-       Carlos, tranquilízate- le decía Pau – Es normal que esté así, todo lo que ha visto y vivido en apenas minutos, no se olvida fácilmente –

-       Joder!- exclamó el rubio – Pero como no atiendan a Anny ya, la perdemos para siempre – dicho esto Carlos se echó a llorar en el hombro de su novia mientras esta le acariciaba la cabeza en un intento de tranquilizarlo.

Los únicos que hablaban era la parejita, Blas no se separaba de mi  lado, aunque no decía nada sabía perfectamente que estaba detrás mía, justo en el lado en el que se encontraba Anny inconsciente.

Me giré y solté un grito de dolor alertando a los demás. La maldita pierna me impedía desplazarme y acercarme a mi Anny, en esos momentos tenía unas ganas tremendas de arrancarme la pierna y acabar ya con el segundo dolor que estaba acabando conmigo, el primero claramente era ver a mi primer amor, a mi media naranja inconsciente y llena de sangre.

-       Álvaro- Blas por fin había abierto la boca- quédate ahí, te prometo que a Anny no le pasará nada pero por tu bien no muevas la pierna, si no el dolor irá a peor –.

Blas y sus oportunas palabras ¿qué sería de Auryn sin  sus consejos?, a pesar de ser uno de los más pequeños, siempre tenía palabras para todos, ya fueran de consuelo o de alegría.

Lo miré y nuestras miradas se cruzaron, en ese instante supe que él lo estaba pasando mal, Anny era una de sus mejores amigas, ella fue quien le presentó a Vero su chica y madre de sus futuras niñas.

Justo en el momento en el que iba a decir algo, un ruido nos alertó de que la ambulancia estaba acercándose al lugar del siniestro.

-       Por fin – conseguí decir haciendo una mueca de dolor -  Chicos, por favor, avisad a mi madre pero que no le diga nada a la niña, ya hablaré yo con ella – añadí mientras me subían a una camilla y me metían en la ambulancia.

Lo que nos deparará el destino (Álvaro Auryn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora