Capitulo 28

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Miramos hacia arriba y sobre nuestras cabezas se alzaba una de las plataformas para la practica de salto, esta en cuestión tenía una altura de unos 15m y al borde de esta estaba nuestra pequeña Laura llorando a pleno pulmón, pero no estaba sola ya que detrás de ella, obligándola a situarse en el bordillo estaba un hombre vestido de negro.

Álvaro no lo dudó ni un instante y echó a correr escaleras arriba hasta llegar a la plataforma, yo muerta de miedo, cruzaba los dedos para que no les pasase nada.

- Suelta a la niña- decía Álvaro.-Ella no ha echo nada-.

-No te acerque-le avisó el hombre vestido de negro.- Si te acercas más la niña acabará en el agua.

-NO!- exclamé desde mi posición llamando la atención de aquel hombre, provocando que este mirase hacia abajo.

Por suerte o por desgracia, Álvaro aprovechó ese descuido para lanzar al hombre de un empujón al agua y coger a la niña que estaba muerta de miedo.

-Tranquila mi niña, ya estoy aquí- escuché decirle a Laura.

La verdad es que estaba prestando poca atención a esa conversación, mi atención estaba centrada en la figura negra que luchaba por subir a la superficie, se había dado un buen golpe, pero no sentía lástima ninguna.

Mientras observaba como los socorristas intentaban sacar al hombre aquel, Álvaro y la niña bajaron las escaleras hasta situarse a mimado, ambos estaban nerviosos pero sin duda alguna la que más me preocupaba era Laura.

-Laura, cariño, te hizo algo el señor?- pregunté mientras intentaba calmarla.

Silencio. No obtuve respuesta.

-Laura,¿te duele algo?-pregunté preocupada.

La niña no hablaba, no reaccionaba, solo se limitaba a agarrar fuertemente la mano de su padre.

-Álvaro joder, que le pasa?-pregunté a punto de llorar- no habla.

-Anny, no le pidas que hable cuando acaba de vivir una experiencia traumática, seguro que esta en shock-me tranquilizó - enseguida se le pasará.

Ojalá Álvaro tenga razón y pronto se le pase, no quería que le pasase nada por culpa mía.

Me agarré al brazo que tenían libre, necesitaba su calor y protección. Agarrados el uno al otro nos encontró encargado de la piscina

- Perdone, lo ¿son ustedes los padres de la niña que secuestraron?-preguntó un señor bajo y de bigote, supusimos que era el encargado

Si, somos nosotros-respondió Álvaro agarrándonos fuertemente- ¿sabe quien era el individuo?-inquirió mi chico.

-No, no lo conocía, de echo nunca lo hemos visto por aqui- comentó el encargado, de todas formas hemos avisado a la policía por lo que supongo que les llamaran para tomar declaración o algo similar. Si desean algo mas ya sabe donde estamos- sentenció el señor

-Muchas gracias contesté en un susurro.

El hombre se fue y nos volvió a dejase solos, bueno sólo no ya que había mas gente entre el estaban los de seguridad custodiando al maldito hombre que casi mata a nuestra hija, estaba en un rincón esperando a que llegara la policía. El susodicho no había puesto ninguna resistencia cuando fue capturado y sacado del agua, sabia a o que venía.

Lo miré a la cara y nuestras miradas se cruzaron desde la lejanía, un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, no sabía el porqué pero ese hombre me era conocido, lo había visto en algún sitio.

Álvaro mientras tanto miraba con preocupación a la niña, desde que la había bajado de allí, no había dejado de temblar, la apretaban contra si para darle calor y para tranquilizarla. Lo que mas deseaba era salir de ahí lo mas rápido posible y regresar a la tranquilidad de mi hogar.

Lo que nos deparará el destino (Álvaro Auryn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora