Capítulo 57

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-       Pau, ¿qué me tienes que decir? – volvió a preguntar el rubio esta vez acercándose a nosotros.

La escena parecía sacada de una película, el rubio cabezón delante de su novia y el resto de espectadores, unos de pie y otros sentados, nadie se quería perder por nada del mundo aquel anuncio.

Vero y yo ya la sabíamos y Álvaro, Blas y el resto se olía algo pero ahora que era oficial tenía todo más emoción.

-       Chicas – murmuró Pau desde sus sitio – Ayudadme.-

Yo ya no sabía si reír o llorar y creo que Vero estaba en mi misma situación, decirle a la persona que quiere que vas a tener un hijo suyo no es nada complicado, es más, es muy especial, pero al parecer a nuestra amiga le costaba horrores dar la noticia.

-       Pau….- comenzó a decir Carlos - ¿qué coño pasa?

La futura mamá tomó aire y soltó la bomba.

-       Carlos, soy una chocolatina rellena – soltó de golpe.

Definitivamente con esta mujer no puedo ¿chocolatina rellena? mira que hay formas de decirlo, pero esta se llevaba la palma.-

-       ¿Dónde hay chocolatinas rellenas?- preguntó Carlos desesperado olvidándose de que su novia le tenía que decir algo.

Pau nos miró pidiéndonos auxilio pero tanto Vero como yo estábamos muy ocupados riéndonos de su ocurrencia y tengo que decir que nuestras risas aumentaron cuando vimos aparecer a Mercedes mojada de los pies a la cabeza.

-       Pero mamá ¿qué te ha pasado ¿ - preguntó Álvaro aguantándose la risa- ¿ Te ha pasado un tsunami por encima o qué ?-

En esos momentos mi “suegri” miró a su hijo con unos ojos que echaban para atrás, no quería estar en la piel de Álvaro.

-       Cero gracias Álvaro – le cortó – Vuestra hija es un terremoto, un culo inquieto – continuó diciendo adjetivos hasta que recorrió todo el diccionario.

-       Mercedes, Laura es una niña inquieta pero para que tú digas eso ha debido de hacer algo gordo, gordísimo – dije seriamente - ¿Que has hecho granuja?  - pregunté a la pequeña que acababa de aparecer envuelta en su bata - ¿Qué has liado pollito?

Por un momento nos olvidamos del asunto de Pau y nos centramos unos minutos en la pequeña revolucionaria que un día nos iba a dar un disgusto.

-       Nada mami – dijo con su cara de niña buena – Sin querer mojé a la abuelita pero nada más-

Miré a Mercedes para que diera su versión, o sea, la verdad de lo ocurrido.

-       Pues que aquí la pequeña se ha tirado en bomba a la bañera y ha inundado todo el baño y por supuesto me ha mojado de arriba abajo.- a cada palabra que decía estaba más alucinada y más enfadada.

-       Laura ¡ ESTÁS CASTIGADA SIN DIBUJOS Y SIN CHOCOLATE Y SIN PISCINA !- exclamé, creo que grité tan fuerte que se enteraron los vecinos más próximos –  Y ni se te ocurra ponerte a llorar – aclaré al ver como las lágrimas amenazaban con salir y ella más lista que un ajo se refugió en los brazos de su querido papá – Álvaro, dile algo – dije enfadada al ver cómo se limitaba a acariciarle el pelo – A ver si la única mala aquí voy a ser yo.-

Tenía todas las miradas fijas en mí, normal, debía tener una cara de cabreo descomunal, Pau sollozaba en brazos de Carlos ¿ por qué narices estaba llorando ? y los demás se limitaban a mirar primero a Laura y después a mí y así sucesivamente, parecía que estaban presenciando un partido de tenis.

Lo que nos deparará el destino (Álvaro Auryn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora