Tras finalizar la llamada clavé la mirada en Álvaro, mientras estaba hablando con su madre cada uno de sus músculos se fueron tensando conforme Mercedes explicaba lo sucedido. Ahora, tenía la mirada clavada en la carretera, íbamos demasiado rápido para mi gusto, pero no debíamos de perder tiempo teníamos que llegaré cuanto antes, no me había quedado claro lo que estaba sucediendo es esos momentos en casa de mi suegra, por eso teníamos que llegar lo más pronto posible.
Cruzamos el peaje a una velocidad muy superior a la permitida lo que provocó que de la nada, un coche de policía se situará delante nuestra obligándonos a parar en el arcén.
- ¿A dónde van con tanta prisa? - preguntó uno de los agentes después de que Álvaro bajara la ventanilla bufando.
- Tenemos prisa, solo eso - se limitó a decir Álvaro.
- Eso no es la mejor excusa para exceder el límite de velocidad permitida, por favor salgan del coche y entréguenme los documentos del coche -
Álvaro iba a protestar y que con lo enfadado que estaba seguro que decía cualquier burrada.
- Tomen - dije entregándole los documentos nada más salir del coche.
Después de que nos hicieron la prueba de alcoholemia y de cubrir unos cuantos datos, si nos habían puesto una multa considerable, nos pusimos de nuevo rumbo a casa, llega vez fui yo la que llevó el coche hasta nuestro destino.
- Ahí está tu madre con la niña - le dije a Álvaro mientras apagaba el coche - a simple vista parece estar bien, no? - comenté aliviada.
- La niña nos la ha liado pero bien - dijo él negando con la cabeza. - Ya verás cómo nos hemos ganado una multa y un disgusto por nada -
Esta vez tenía que darle la razón, Laura parecía no tener nada, estaba en los brazos de su abuela pero nada más vernos se lanzó al suelo y se acercó corriendo hacían nosotros.
- Mami - exclamó la pequeña. –
- Cariño, ¿qué te pasa? - pregunté mientras le apartaba el pelo de la cara e buscar de posibles golpes.
Fue Mercedes la que contestó a la pregunta.
- Aunque parezca mentira, hace unos minutos cuando te llame, no paraba de llorar y de decir que quería estar con vosotros, ni siquiera me quería decir lo que le pasaba -.
Miré a Laura con desaprobación mientras Álvaro entraba en el coche dando un portazo.
- Lo siento Mercedes, siento que haya ocurrido esto, nunca hizo algo parecido - me disculpé - Y tú sube al coche que en cuanto lleguemos a casa vamos a hablar seriamente - le dije a la niña - Que sea la última vez que te pones a llorar sin motivo, sabes que la abuela se preocupa por cualquier cosa ¡No sabes el susto que nos has dado! - la niña me miró inocentemente, pero esta vez no se iba a resolver tan fácilmente la cosa. - No me mires con esa cara que te conozco -.
Esta vez fue Álvaro quien llevó el coche, yo iba en el asiento trasero con la niña ¡Laura me iba a matar a disgustos! Pero lo peor de todo es que Álvaro llevaba encima un cabreo considerable, todo su plan se había ido a la basura, un plan que llevaba preparándolo mucho tiempo.
- Álvaro - llamé - Álvaro - repetí al ver que este no contestaba.
- ¡QUÉ! - exclamó mosqueado - ¿Qué quieres? –