Me despertó un delicioso aroma que provenía de la cocina, miré el despertador de mi mesilla y pude comprobar que ya era la hora de la comida, con suerte comería algo decente.
Con cuidado me incorporé en la cama, esa pequeña siesta me había sentado de maravilla pues ya me encontraba perfectamente sin mareos y sin nada. Iba a levantarme cuando Laura aparece por la puerta. Tenía puesto un mandilón que le quedaba enorme y el pelo lo lleva a recogido.
Al ver que estaba a punto de salir de cama avisó a su padre.
-Papiii- empezó a gritar- mamá ya se despertó-.
-Laura, baja la voz, se van a enterar todos los vecinos- le recriminé, no me gustaba la forma con la que se estaba comportando últimamente.
Álvaro apareció por la puerta también con un delantal y un trapo en la mano, estaba todo sudado, me mordí el labio, si no estuviera la niña delante me lo devoraba ahí mismo.
-Amor, no te levantes de la cama- dijo al ver mis intenciones - hoy comerás aquí, no quiero que hagas esfuerzos- terminó diciendo.
A regañadientes me volvi a meter en cama con la ayuda de Laura, en el fondo era un cielo pero me preocupaban ciertas cosas y más ahora que tendrá un hermanito. Y esa era otra, a ver como se lo tomaba, porque muy a mi pesar tendrá un ataque de celos tremendo, espero equivocarme.
-Cielo-dije llamando la atención de la pequeña - ¿te gusta el perrito? - pregunté aún sabiendo la respuesta.
-Si mami, es muy bueno y no que roba los juguetes-contestó tan tranquila.
-Pero si te los coge es porque quiere jugar - expliqué mientras veía como Laura cambiaba de cara- y no pongas esa cara - le dije muy seriamente al ver que se estaba empezando a enfadar.
-Pero es que me los rompe y son mis juguetes y no se los dejo a nadie-
Tras decir esto se fue corriendo a la cocina, seguramente iría a chivarse a su padre.
Supiéramos, me esperaban unos meses de arduo trabajo con la pequeña, si se puso así con el perro no me quiero imaginar como se pondrá con un niño pequeño.
Desde la habitación podía escuchar perfectamente lo que sucedía en la cocina, no es que fuera cotilla pero quería saber que le estaba diciendo Laura a su padre.
"- ¿ Porqué saliste corriendo y gritando de la habitación? - Preguntaba Álvaro a la niña. - Sabes perfectamente que mamá está cansada-
-Es que mamá me dijo que tenía que darle todos mis muñecos a Zeus- mintió ella - además me dijo que me iba a castigar sin juguetes -.
-Laura no digas mentiras porque se que eso no es verdad - escuché como Álvaro se lo decía duramente - ¿Porque dices mentiras?
- Porque los juguetes son míos y no se los voy a dejar a nadie- respondió el casi gritando.
-No grites- le regañó Álvaro acompañado de una cachetada en el culo , o por lo menos eso es lo que escuché . - Laura vuelve aquí ".Genial, la niña llorando, Álvaro mosqueado y yo postrada en la cama, vaya mesecitos me esperan.
Quise levantarme para ver donde estaba Laura y para hablar con su padre pero fue poner los pies en el suelo y comenzar a marearse, tenía ganas de devolver pero el baño estaba muy lejos y no podía levantarme sin caerme.
-Álvaro - grité suplicante.
Al instante apareció el aludido por la habitación.
- Qué pas..?, Anny estás bien? - preguntó poniendo su mano en mi frente -
-Quiero vomitar- me limité a decir, al momento tenía un cubo debajo.
Eché lo poco que tenía en el estómago, Álvaro me sujetaba el pelo con suavidad.
- ¿Quieres que llame al médico? - preguntó como pudo, se le veía preocupado.
Negué con la cabeza, sabía perfectamente que eso era debido al embarazo, tendría que acostumbrarse a verme en esa situación. Con su ayuda volví a estirarse en la cama.
- ¿Y la niña? - pregunté ya recuperada.
- En su habitación, le he dado un catchete- susurró cabizbajo-Soy un mal padre.
-No digas gilipolleces-le recriminé-por darle una cachetada no vas a convertirte en mal padre- respiré profundamente - tenemos trabajo con ella, esperemos que no se tome mal lo de tener un herman@- dije con una muñeca.
-Lo terminará aceptando - dijo Álvaro no muy convencido - Voy a hablar con ella, pero antes te voy a traer algo de comer-dijo mientras se levantaba de la cama. -Ni se te ocurra mover un dedo.
Después de decirme esto salió decidió de la habitación para volver dos minutos después con un plato de spaghettis a la carbonara, me relami del gusto.
-Espero que te gusten - dijo guiñandome un ojo y volviendo a salir de la habitación.
Estaban deliciosos ¿donde tenía álvaro guardada esta faceta de cocinillas? creo que a partir de ahora la cocina de esta casa por fin tenía un chef en condiciones.
Me comí el plato entero disfrutando de cada uno de los bocados. - Querido hijo no me hagas devolver este suculento manjar- dije acariciando mi vientre plano. Me quedé con la mano ahí durante unos instantes, aunque la noticia no las esperábamos, no aún , la verdad es que estaba muy ilusionada y Álvaro igual.
-Miami, ¿te duele la tripita? - preguntó Laura interrumpiendo mis pensamientos.
Ya no la notaba enfadada, además tenía los labios manchados de la salsa de los spaghetti, me hizo mucha gracia.. Parecía que tenía un bigotudo blanco.
-Laura vete a lavarte la cara anda, que la tienes sucia-le ordené mientras miraba como iba hacia el baño.
-¿Está aquí la niña? - preguntó Álvaro asomando la cabeza por la puerta, al ver mi respuesta afirmativa, se tumbó en la cama conmigo.
Escuchábamos a la niña cantar en el baño de la habitación, miré a Álvaro y estaba sonriendo, le hacía mucha ilusión que cantará las canciones de Áurea, bueno lo hacía a su manera pero él se sentía orgulloso igual.
-¿Sabes? - preguntó Álvaro mirando al techo y rompiendo el silencio-he hablado con ella de lo de antes.
-¿Y que te dijo? - pregunté girandome hacia él.
-Tiene cinco años pero parece que tiene más, es muy lista-comenzó a decir-me dijo que mintió porque sabía que se había portado mal contigo y no quería quedarse castigada - explicó Álvaro mientras yo me quedaba sorprendida - cosas de niños - añadió.
Iba a decir algo pero Laura se tiro encima mía y se llevó una buena bronca por parte del padre y esta vez con razón.
-Laura sal de encima de tu madre, no ves que aún está enferma - le gritó Álvaro haciendo que la niña rompiera a llorar. - No seas tonta y deja de llorar-Álvaro estaba muy enfadado
-Álvaro ya- le avisé - no me ha echo nada, estoy bien, tranquilizate por favor-
-Pero... - comenzó a decir.
-Ni peros ni nada, mira-dije señalando a la niña-está llorando y temblando y eso lo has provocado tú - le recriminé-A ver si tienes más tacto.
Àlvaro se levantó furioso de la cama y salió de la habitación, minutos después escuchamos un portazo en la entrada, Álvaro se había ido de casa.
-Mierda-pensé. Esperaba que sólo fuera un calentó y regresará pronto a casa, tenía miedo que hiciera algo indebido, estaba muy enfadado y era capaz de cualquier cosa.
Justo en ese momento llamaron al timbre, con Laura en brazos me levanté como pude, por suerte esa vez no me maree por lo que pude llegar a la puerta tranquilamente, con la niña un poco más calmada abrí la puerta.
Al otro lado de la puerta estaba un repartidor con un ramo de rosas blancas enorme, ¡que preciosidad!
-Señorita este ramo es para usted - dijo tendiendo me el ramo. - Que pase una buena tarde.
Cerré la puerta y contemplé lo que me acababan de entregar, eran preciosas y is flores favoritas ¿quien sería el responsable?
Dejé a la niña en el suelo y me puse a buscar la tarjeta, entre las rosas la encontré, con cuidado de no estropearlo la conseguí sacar.
Miré a la niña que estaba mirándome curiosa.
-Mami ¿que es eso?- preguntó señalando el ramo.
-Un ramo de flores - contesté mientras abría la tarjeta.
- ¿Y quien te lo dio? - volvió a preguntar.
Estaba leyendo la tarjeta por lo que no contesté, ella al no recibir respuesta comenzó a tirarme de la camiseta pero yo estaba demasiado concentrada leyendo como para hacerle caso.
La nota decía :
"Amor, siento haberos gritado, siento haberme comportado como un imbéciles no era consciente de lo que hacía, estaba preocupado por si la niña te hacía daño, no quiero que te pase nada, mi vida sin ti no tiene semtido
Os quiere y os adora
Álvaro"
Terminé de leer la carta entre lágrimas,madre mía que romanticón era Álv.En el fondo entendía su preocupación, era un embarazo de riesgo y las posibiidades de perder al bebé estaban ahí por lo que comprendía perfectamente sus cuidados. Además ya se había perdido mi anterior embarazo así que con más razón se involucraba en este.
Bajé la mirada y me encontré a la niña agarrada a mi camiseta mirándome de forma interrogante, a veces me daba un poco de miedo las caras que ponía.
- Laura ¿ se puede saber que haces tirándome de la camiseta?- pregunté al ver su mano estirando la tela- Sueltala anda.
- ¿Y papá?, ¿ se ha marchado por mi culpa?- preguntó cabizabaja.
Me agaché para ponerme a su altura, le alcé el mentón y la miré directamente a los ojos, tenía los ojos de su padre, bueno en su totalidad era un Álvaro en versión chica, excepto el pelo que era rubio como el mío.
- Cariño, papá volverá enseguida- contesté dandole un beso en la mejilla- ¿Vamos a pasear a Zeus por el parque?
La niña se puso loca de alegría y el perro no se quedaba atrás, debido a mi estancia en el hospital apenas tuvimos tiempo de pasearlo por la urbanización por lo que ese día era el día perfecto.
Cogí la merienda de Laura, la metí en su mochila y se la puso ella sola, ella quería llevar una mcohila como las chicas mayores, - mejor para mí, menos pesos que cargar- pensé.
Até a Zeus a la correa y salimos de casa, justo cuando salíamos entraba Vero acompañada de Blas, no tenía ni idea de que le habían dado el alta.
- Chicos- exclamé- no sabía que ya estabais en casa- dije acercándome con el perro, Laura se me había adelantado y estaba abrazando a su tita con devoción.
- Acabamos de llegar- aclaró Blas mientras veía como su chica se comía a besos a Laura- ¿ y vosotras?- preguntó mirando la correa y a Zeus.
- Salimos a dar un paseo ¿ os venís?-
- Mejor no , necesitamos descansar, quizás otro día- contestó mi amiga incorporándose y acariciándose la barriga.
- Bueno pues otro día entonces, Laura cariño vamos-
Laura se acercó a mí y me tendió la mano, yo se la cogí con gusto y salimos por la puerta.
Durante nuestro paseo nos encontramos con varios vecinos que se preocuparon por mi estado de salud, yo amablemente le respondí a todas sus preguntas, agadecía tanta preocupación.
Cuando estábamos a mitad de camino, tuvimos que hacer una parada obligatoria, Laura tenía hambre y yo estaba cansada por lo que decidimos sentarnos en uno de los bancos que había en la acera de enfrente.
Nos sentamos y le dí la merienda a la niña , se la comió con hambre bueno mas que comerséla se la devoró, yo mientras tanto me dedicaba a vigilar a Zeus que estaba muy entretenido comiendose las hormigas que había en el suelo aunque de vez en cuando veía como Laura le echaba migas de pan.
Cuando la niña acabó de merendar decidí regresar a casa, ya era algo tarde y con suerte Álvaro estaría en casa y no quería que se preocupase.
- Laura levanta el culo- ordené mientras le cerraba la mochila- nos vamos.
- Jo mami, estoy cansada- contestó la pequeña estirándose en el banco- tengo sueño.
- Puff mira que eres vaga ¿como vas a tener sueño si son las 6 de la tarde?- preggunté mientras sacaba el móvil y llamaba a Álvaro.- No te muevas, voy a llamar a tu padre a ver si puede venir a buscarnos en coche.
- Viva- gritó la niña.
-Pero que vaga es, igualita a su padre- prensé mientras le explicaba a Álvaro donde estábamos.- Laura levántate que como te vea tu padre así te va a dejar el culo bien caliente-le avisé.
Cinco minutos después de realizar la llamada apareció el coche negro de Álvaro, al parecer no venía sólo. Se bajó del coche y cargó con la niña que le plantó un sonoro beso sacándole así una sonrisa a su padre.
Iba a subirme en el asiento trasero cuando se abrió la puerta del copiloto y pude ver con claridad quien era el acompañante de mi novio, me quedé soprendida, no me esperaba para nada ver a esa persona ¿ Qué hacía aquí ? o mejor aún ¿Porqué Álvaro no me habia dicho nada?.