Capítulo 64

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Narra Álvaro

Nada más llegar al hospital nos fuimos directos a la habitación donde Vero y blas nos esperaban con las niñas. Anny y yo habíamos acordado dejar a Laura con ellos mientras ella se hacía las pruebas, con lo trasto que era la pequeña si se viene con nosotros es capaz de liar una buena.

-Álvaro- la voz de Anny me hizo volver a la realidad.

-Dime- contesté tranquilamente.

- Dile a tu hija que se esté quieta, a ver si a ti te hace caso, porque a mi me está poniendo de los nervios - se quedó ella mientras miraba enfadada como Laura no paraba de correr por los pasillos del hospital.

-Tranquila- le acaricié la mejilla con el dorso de la mano después de darle un beso suave en el mismo lugar- Laura estate quieta de una vez, eso o te quedas castigada en casa de la abuela - le regañé, pero la enana era demasiado teatrera y se puso a llorar a grito pelado, bueno a gritar y a patalear. Miré a Anny, la pobre no sabía donde meterse de la vergüenza que estaba pasando - Laura, ya, deja de hacer el tonto. Como sigas así le digo a Blas o a Vero que no te deje ver a las primas-

Con esta amenaza la niña se relajo un poco, por suerte ya habíamos llegado a la habitación, en la puerta estaba Blas esperándonos y la niña, como no, se lanzó a sus brazos y comenzó a comerle la cara a besos.

- Tito Blas, tito Blas ¿puedo ver a las primas? Perfil, porfi - suplicaba Laura.

Blas nos miró y yo asenti con la cabeza, se hizo a un lado y le dejó pasar no sin antes avisarle de que tuviera cuidado, no fuera a lastimar a las bebés.

-Bueno, y vosotros no os preocupéis, haceros las pruebas tranquilos, Laura está en buenas manos - Blas me dio una palmada en el hombro - Ya veréis como todo va bien y pronto tendremos otro enano correteando por casa -

-Dios te oiga Blas - murmuró Anny.

- Ojalá Blas, no sabes las ganas que tengo, bueno tu me conoces bien y sabes la ilusión que me haría - suspiré- Oye Blas, esto no se lo digas a nadie, hasta que estemos completamente seguros que no se entere nadie porque después pasa lo que pasa -

-Tranquilos podéis confiar en nosotros dos, bueno cuatro - dijo con una sonrisa - Y ahora iros, a mi me esperan cuatro bellezas en la habitación, si pasa algo os aviso.

Dicho esto Blas se metió en la habitación y cerró la puerta con cuidado.
Me giré y me encontré con Anny concentrada escribiendo algo en el móvil, tenía una cara extraña pero aún así era la mujer más guapa del mundo.

-Oye cari, te traigo un cubo para las babas? - preguntó con sorna - Porque he de decir que me estabas desnudando con la mirada -

-Esta noche no te libras, embarazada o no vas a pagar por dejarme con este calentón - susurré en su oído acompañándolo con un mordisco en el lóbulo de la oreja, ella se giró mordiendose el labio, mi perdición - Anny... para o te arrepentirás-

-No te tengo miedo - dijo sobre mis labios antes de besarme - Aquí el problema lo tienes tú - posó su mano sobre mi bulto ya crecido por el calentón - Vaya, tu amigo quiere divertirse - Pasó si mano suavemente por la tele del pantalón y aun así consiguió sacarme un pequeño gemido de placer. - Umm. -

Cerré los ojos y disfruté del momento, poco me importaba la gente que había por los pasillos.

-¿A donde te crees que vas? - pregunté indignado al ver como Anny se alejaba por el pasillo dejándome con el calentón.

-Pues - mira el reloj - Mierda, joder Álvaro que llegamos tarde -

Comenzamos a correr, que típico era en nosotros llegar tarde a todos los sitios, todo lo malo se pega y yo le había pegado mi inpuntualidad a Anny .
Llegamos a la sala de espera exhaustos, me acerqué a una enfermera para preguntarle si ya nos habían llamado, tuvimos suerte ya que iban con retraso, nos tocaba esperar.

Lo que nos deparará el destino (Álvaro Auryn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora