Narra Álvaro
Nada más llegar al hospital nos fuimos directos a la habitación donde Vero y blas nos esperaban con las niñas. Anny y yo habíamos acordado dejar a Laura con ellos mientras ella se hacía las pruebas, con lo trasto que era la pequeña si se viene con nosotros es capaz de liar una buena.
-Álvaro- la voz de Anny me hizo volver a la realidad.
-Dime- contesté tranquilamente.
- Dile a tu hija que se esté quieta, a ver si a ti te hace caso, porque a mi me está poniendo de los nervios - se quedó ella mientras miraba enfadada como Laura no paraba de correr por los pasillos del hospital.
-Tranquila- le acaricié la mejilla con el dorso de la mano después de darle un beso suave en el mismo lugar- Laura estate quieta de una vez, eso o te quedas castigada en casa de la abuela - le regañé, pero la enana era demasiado teatrera y se puso a llorar a grito pelado, bueno a gritar y a patalear. Miré a Anny, la pobre no sabía donde meterse de la vergüenza que estaba pasando - Laura, ya, deja de hacer el tonto. Como sigas así le digo a Blas o a Vero que no te deje ver a las primas-
Con esta amenaza la niña se relajo un poco, por suerte ya habíamos llegado a la habitación, en la puerta estaba Blas esperándonos y la niña, como no, se lanzó a sus brazos y comenzó a comerle la cara a besos.
- Tito Blas, tito Blas ¿puedo ver a las primas? Perfil, porfi - suplicaba Laura.
Blas nos miró y yo asenti con la cabeza, se hizo a un lado y le dejó pasar no sin antes avisarle de que tuviera cuidado, no fuera a lastimar a las bebés.
-Bueno, y vosotros no os preocupéis, haceros las pruebas tranquilos, Laura está en buenas manos - Blas me dio una palmada en el hombro - Ya veréis como todo va bien y pronto tendremos otro enano correteando por casa -
-Dios te oiga Blas - murmuró Anny.
- Ojalá Blas, no sabes las ganas que tengo, bueno tu me conoces bien y sabes la ilusión que me haría - suspiré- Oye Blas, esto no se lo digas a nadie, hasta que estemos completamente seguros que no se entere nadie porque después pasa lo que pasa -
-Tranquilos podéis confiar en nosotros dos, bueno cuatro - dijo con una sonrisa - Y ahora iros, a mi me esperan cuatro bellezas en la habitación, si pasa algo os aviso.
Dicho esto Blas se metió en la habitación y cerró la puerta con cuidado.
Me giré y me encontré con Anny concentrada escribiendo algo en el móvil, tenía una cara extraña pero aún así era la mujer más guapa del mundo.-Oye cari, te traigo un cubo para las babas? - preguntó con sorna - Porque he de decir que me estabas desnudando con la mirada -
-Esta noche no te libras, embarazada o no vas a pagar por dejarme con este calentón - susurré en su oído acompañándolo con un mordisco en el lóbulo de la oreja, ella se giró mordiendose el labio, mi perdición - Anny... para o te arrepentirás-
-No te tengo miedo - dijo sobre mis labios antes de besarme - Aquí el problema lo tienes tú - posó su mano sobre mi bulto ya crecido por el calentón - Vaya, tu amigo quiere divertirse - Pasó si mano suavemente por la tele del pantalón y aun así consiguió sacarme un pequeño gemido de placer. - Umm. -
Cerré los ojos y disfruté del momento, poco me importaba la gente que había por los pasillos.
-¿A donde te crees que vas? - pregunté indignado al ver como Anny se alejaba por el pasillo dejándome con el calentón.
-Pues - mira el reloj - Mierda, joder Álvaro que llegamos tarde -
Comenzamos a correr, que típico era en nosotros llegar tarde a todos los sitios, todo lo malo se pega y yo le había pegado mi inpuntualidad a Anny .
Llegamos a la sala de espera exhaustos, me acerqué a una enfermera para preguntarle si ya nos habían llamado, tuvimos suerte ya que iban con retraso, nos tocaba esperar.