Todos le miramos atentamente esperando algún movimiento por su parte, pero nada, Blas permanecía quieto y sin decir nada.
- Vero tía, confiesa, ¿qué le has hecho? - pregunté entre risas.
Mi amiga me lanzó una mirada asesina mientras Álvaro decidió actuar por su cuenta y le dio una bofetada a su amigo.
- Álvaro!! - le grité - ¿qué coño haces?
Antes de que contestara tuve que frenar a Vero que se le iba a lanzar al cuello.
- Cariño, tu novio es un poco tonto- me dijo Vero mientras le dirigía una mirada fulminante.
- Tranquilas fieras, solo quería ayudar - se disculpó Álvaro.
Si es que a veces Álvaro era más bruto...
- Dos... - susurró Blas.
Todos le miramos expectantes, por fin había abierto la boca.
- Amor-le dijo Vero mientras le pasaba la mano por la cara - ¿estás bien? no has abierto la boca desde que salimos de la consulta.
- Hombre como para no quedarse callado-protestó Blas - vaya regalo - añadió irónicamente.
- Queréis decirlo ya - exigí - no pongáis nerviosa a esta pobre embarazada - dije poniendo morritos- Laura, deja al perro en paz, ¿no ves que como lo agarres del cuello le vas a hacer daño? - le dije a la niña que acababa de aparecer toda mojada en el salón - ¿se puede saber porque estáis los dos mojados? Te acababa de bañar -
- Pues mami, Zeus también se quería duchar entonces lo metí en el baño y le eché agua - explicó inocentemente.
- Como!! - exclamé.
- Amor, tranquilízate- Álvaro puso una mano sobre mi hombro para tranquilizarme - eso lo solucionamos luego -
- Álvaro, ¿tu hija hace lo que le da la gana y tú te quedas tan tranquilo? Alucino contigo-dije molesta mientras me sentaba en el sofá.
- Ves, a esto me refería - le comentó Blas a Vero mientras se sentaban a mis lados –
- Que tu amigo no sepa educar a una niña de cinco años no quiere decir que tú seas igual - le dije mientras los demás se sentaban.
- Bueno, ya vale de criticar a mi persona- se quejó Álvaro - después hablo con la niña, ahora queréis contarnos lo que os ha dicho el médico-Vero y Blas se miraron y se echaron a reír algo que nos dejó confundidos al resto que estábamos allí.
- Coño Blas, primero te quedas en shock y ahora te echas a reír como un loco, aclárate- le dijo Dani.
- Eso, eso y rapidito que tengo hambre- se quejó Carlos que estaba besuqueándose con Pau.
- Tío te acabas de comer una tableta de chocolate, ¿dónde metes tanta comida?- preguntó Dani riéndose por la cara que puso Carlos.
- Mmmm déjame pensar- dijo el rubio- No.
- A ver, que nos dispersamos- dije interrumpiendo la conversación- dejemos que Vero y Blas hablen.
Mi amiga me lo agradeció con la mirada, cogió la mano de Blas y se levantaron. El resto se quedó callado, Álvaro y yo nos miramos sonrientes, al día siguiente seríamos nosotros los que estaríamos anunciando algo.