Por fin arrancamos, durante el trayecto Laura se dedicó a cantar cada una de las canciones de Auryn que sonaban en la radio ¡ se las sabía todas!
Cuando llegamos al recinto, recibí una llamada, miré a la pantalla del móvil y descolgué rapidamente.
¿Vero?- pregunté soprendida.
- Anny, tenemos que hablar- contestó ella nerviosa.
- ¿Estás en Madrid?- pregunté bajo la atenta mirada de Álvaro, quien tenía una cara de no saber nada.
- Sí, estoy en mi piso- respondió- ¿Quedamos mas tarde?
- Perfecto, yo ahora estoy con Álvaro y con la niña en la piscina cubierta , si no te importa que vayan podemos quedar en dos horas en el centro comercial cercano a mi casa.- propuse
- Vale, nos vemos- se despidió Vero.
Tras despedirme de ella, volví con Álvaro que me miraba curioso.
- Me acaba de llamar Vero, quiere hablar- expliqué- he quedado con ella en dos horas en el centro comercial.
- ¿ Y sabes que te quiere decir?- preguntó Álvaro curioso.- Si quieres me quedo yo con la niña para que esteis más tranquilas- añadió.
- No, no tengo ni idea de lo que quiere contarme- respondí a al primera pregunta- en cuanto a lo segundo, si te quedas con la niña me harías un gran favor, así por lo menos está entretenida-
- Ya sabes que yo me quedo con ella encantada- dijo con una sonrisa.
Ojalá pudiera parar en mundo en ese momento. Tenía una hija maravillosa y un chico que no me merecía por mi cabezonería.
Nos quedamos mirándonos fijamente durante unos minutos, sólo existíamos él y yo y nadie más...
Pero como todo lo bueno es interrumpido, nuestro pequeño terremoto aprovechó ese preciso momento para pegar unos cuatro gritos, haciendo que tanto su padre como yo nos llevaramos un buen susto.
- Papá, mamá vamos- gritaba Laura haciendo aspavientos con la mano- daos prisa que nos van a dar las uvas-
Suspiré, esta niña se parecía demasiado a su padre. Caminé lentamente hasta donde estaba ella.
La iba a cojer pero alguien se me adelantó, pude ver como su padre la cojía a caballito y la colocaba sobre sus hombros, no me gustaba verla allí arriba pues tenía miedo que se hiciera daño.
- Álvaro !- exclamé llamándole la atención- baja a la niña ahora mismo de ahí, se puede caer-
Él continuó caminando sin hacerme caso, al parecer pensaba que lo que le acababa de decir era una tontería.
- ¿Estás sordo?- pregunté medio enfadada.
- ¿Que pasa Anny?- preguntó deteniéndose.
- ¿Que pasa?-repetí- Pasa que te acabo de decir que bajes a la niña de ahí que se puede caer-
- No se va a caer, no seas exagerada- respondió- ¿Laura a que vas bien agarrada?- preguntó a la niña.
- Si papi- contestó Laura- Mami no seas aguafiestas- dijo riéndose.
Decidí callarme y dejarlo estar, la verdad es que me había enfadado. Vale que era una tonteria y que claro que no iba a pasar nada, pero me fastidiaba que Álvaro no me hiciera caso y consintiera a la niña. Sin duda al llegar a casa hablaría muy seriamente con él.