Capítulo 69

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- ¿Qué pasó después? - Pregunté poniendo cara de intriga.

- PUES QUE PAPI APLASTÓ UNA CACA DE PERRO CON LA MANO -

Tras decir, más bien gritar, eso Laura se echó a reír mientras veía a alvaro acercarse con cara de asco.

- Ni se te ocurra acercarte con esa mano llena de mierda - le amenacé con el dedo - Hasta que te la laves bien lavada a un metro de distancia.

Mientras Álvaro se fue a la fuente lavarse la mano, Laura se empezó a llamar a Zeus, con tanto revolcon el perro se les escapó y no aparecía por ningún lado.

- Aún no ha aparecido? - Preguntó Álvaro mientras se secaba la manos contra el pantalón - Te juro que yo no lo solté ni un minuto, seguro que ha sido la niña sin darse cuenta -

- Si, ahora échale la culpa a tu hija pequeña -

- Bueno, no pasa nada ya aparecerá - dijo él muy convencido. -Es un perro listo, sabe donde vivimos. -

Media hora más tarde pusimos rumbo a casa, Laura lloraba como una magdalena porque Zeus no aparecía y Alvaro en vez de consolarla le regañaba por no sujetar bien la correa, si es que me daban ganas da matarlo allí mismo.

- Cielo, no le hagas caso a tu padre - Álvaro me acribillo con la mirada - Nadie tuvo la culpa, Zeus quería jugar y se fue a buscar amigos, ya verás como aparece pronto -

Después del pequeño sermón, la niña se tranquilizó y se quedó dormida justo en el momento en el que llegamos a casa.
A diferencia de otros días, esa noche si que había gente en casa, vaya si mo había gente.
A pesar de que las ventanas y puertas estaban cerradas, la música atravesaba las paredes de la planta baja, alguien había montado una fiesta sin avisar.

- Álvaro, ¿sabias algo de alguna fiesta? - Pregunté mientras miraba como sacaba con cuidado a Laura del asiento de atrás - A mi no me dijeron nada, y no tengo el cuerpo para fiestas -

- no, ninguno me avisó de que planeaban celebrar una fiesta y mucho menos con lo que hay en casa en estos momentos, fijo que ha sido David -

Álvaro me pasó las llaves de casa para que abriera la puerta, pero no hizo falta, en esos momentos salía una pareja un poco perjudicada, la chica no no se aguantaba en pié.
Empezaba bien la cosa.

- J O D E R - alcancé a decir al mirar el salón, por allí había pasado un tornado o un huracán, todo estaba patas arriba - Te juro que quien halla organizado la fiesta lo va a limpiar todo antes de irse a dormir la mona - le dije a alvaro que intentaba volver a dormir a Laura.

Al subir al piso de arriba, la música no era tan estridente pero aún era perceptible, además teníamos la mal suerte de que nuestra habitación estaba justo encima del centro de la fiesta, el salón. Maldeci en ese momento no haber escogido la habitación del fondo.

Mientras alvaro llevaba a la niña a la habitación y la tranquilizaba un poco, se había asustado por el ruido, me fui a nuestra habitación a ponerme cómoda, no aguantaba con el dolor de espalda y de pies.

- Esto... - Dijo alvaro entrando en la habitación cargando aún a Laura - Tenemos un problema en la habitación de la niña -

- ¿que problema? - Pregunté extrañada.

- Tenemos ocupas - soltó Alvaro de golpe.

- COMO? - Grité - Lo siento cariño, te desperté - le dije suavemente a Laura que me miraba con cara de susto. - Álvaro no me jodas -

- Si no me crees míralo tú misma -contestó él señalando con la cabeza ala puerta de la habitación - Y por favor, nada de alterarse -

Esto último ya me hizo desconfiar, me dirigí hacia dicha habitación dejando a Álvaro y a Laura atrás.
La puerta de la habitación de la pequeña estaba entreabierta, y de ella salían leves suspiros que dejaban claroo que estaba sucediendo ahí. Tomé aire, me preparé y entré de golpe.

Lo que nos deparará el destino (Álvaro Auryn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora