Capítulo 51

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Narra Álvaro

-       Álvaro – me gritó Anny – arranca que nos mata –

Sin embargo mi cuerpo no fue capaz de reaccionar, es como si estuviera esperando alguna señal que no daba llegado.

Miré a Anny, la mujer que me tenía loco desde que la había conocido, estaba asustada, el miedo se reflejaba en sus ojos marrones, un miedo que cada vez estaba más cerca.

Intenté con todas mis fuerzas luchar por nuestras vidas y salir de aquel sitio lo más rápido posible, sin embargo era demasiado tarde, ese maldito coche negro se acercaba a nosotros rápidamente hasta chocar contra nosotros y sacarnos fuera de la carretera.

Noté como los pocos cristales del coche que permanecían intactos, estallaban en mil pedazos. El coche dio vueltas y vueltas hasta quedar boca abajo en un campo desierto, notaba la sangre caer por mis mejillas consecuencia de un fuerte golpe  en la cabeza, noté una punzada de dolor en la pierna, bajé la cabeza y sólo vi sangre, sangre que se mezclaba con la de Anny.

-       Dios, Anny- pensé para mis adentros - . Giré la cabeza y me topé con una imagen que nunca quise imaginar.

Inconsciente y con sangre por todo el cuerpo, Anny intentaba no abandonar este mundo, le tomé la mano como pude y comprobé que tenía un pulso muy débil, necesitaba sacarla de allí pero no tenía fuerzas, sólo quería cerrar los ojos y dejarme llevar y así lo hice, agarré la mano de la mujer que más amaba y esperé a la muerte con los brazos abiertos.

“Mientras tanto en casa de Mercedes”

-       Carlos, ya, deja a la niña en paz – decía Paula – eres peor que ella –

-       Pero si no he hecho nada – decía el rubio poniendo morritos- Anda cari, no te enfades – añadió dándole un beso a su novia –

-       Arg tito Carlos, eso es asqueroso – dijo la niña mirando la escena con cara de asco – cuando venga mi papi le voy a decir que hacéis cochinadas delante de mí-

-       Anda enana, no seas chivata – dijo Carlos agarrando a la niña como un saco de patatas – si te chivas te haré un ataque de cosquillas.-

-       No, cosquillas no – se quejaba la niña – Abu – gritó – Abu, el tito Carlos me quiere hacer cosquillas.

En ese momento entra Mercedes en el salón, lleva un trapo en la mano ya que estaba guardando las cosas del desayuno.

-       Pau, controla a tu novio que es peor que un niño pequeño – le dijo a Pau – el día que tengáis hijos no se quién será peor – añadió riendo.

-       Ay Mercedes, yo eso también me lo pregunto – dijo la chica mirando como el rubio no paraba de hacer el ganso por el salón – Carlos! – le regañó – para ya - .

Al instante el rubio se quedó quietecito en el salón mientras cotilleaba las redes sociales.

-       Oye Carlos – empezó a decir Pau – Anny y Álvaro tardan mucho, ¿no?-

En ese momento aparecieron Vero y Blas desperezándose y con cara de dormidos.

-       ¿Dónde está todo el mundo?- preguntó Vero acariciándose la tripa – Escuché jaleo hace un rato pero desde entonces no he vuelto  enterarme de nada.- añadió sentándose en el sofá – Blas, amor, tráeme un chocolate bien calentito, porfa – le dijo a su chico.

-       Marchando un chocolate para la mami más guapa – dijo este saliendo del salón.

-       Tita Vero ¿cuándo vienen mis papis? – preguntó Laura dejando la muñeca que tenía en la mano.

-       Pues no lo sé pequeña ¿cuándo salieron?- le preguntó a Carlos y a Pau.

-       Pues hace veinte minutos o así, lo raro es que no nos avisaron si llegaron bien o no – explicó Carlos – espera, me ha llegado un mensaje, seguro que es de ellos – añadió mientras desbloqueaba el móvil y abría el mensaje.

Sin embargo, parece que el mensaje no era lo que esperaba ya que el color de su cara cambió por completo.

-       Que cojones es esto – dijo enseñando las fotos a todos los que estaban en el salón.

-       NO!- exclamó Vero al borde del llanto y tapándose la boca con la mano – No puede ser – dijo cada vez más nerviosa.

-       Que pasa!-gritó Blas entrando rápidamente en el salón – Vero, amor, ¿Qué te pasa? ¿estás bien?- preguntó preocupado al ver a su novia con la cara desencajada - ¿Va algo mal?-

Vero permaneció muda por lo que Carlo le enseñó la imagen en la que salía el coche de Álvaro boca abajo a punto de explotar.

-       Tenemos que ir hasta allí- gritaba Blas – el coche puede estallar el cualquier momento –

-       Que coche?- preguntó inocentemente Laura.- ¿Va a haber una explosión?-

Genial, ninguno de los tres se acordaba de que la niña estaba con ellos en el salón y había escuchado toda la conversación, por lo menos no había visto la foto.

-       Nada cariño – dijo Pau lo más tranquila posible- vete a jugar con Zeus que ahora va Carlos contigo.-

Tras decir esto, la niña, extrañamente obediente, se levantó y salió al jardín cojeando. Mientras los demás le estaban explicando lo ocurrido a Mercedes, pues acababa de entrar en el salón.

Al final acordamos ir al lugar del accidente todos menos Vero y Mercedes que se quedarían con Laura.

-       Id con cuidado, por favor – dijo Mercedes llorando.

-       Tranquila, ya verás cómo están bien – dijo Carlos en un intento de consolarla – en cuanto sepamos algo os avisamos, no os preocupéis, cuidad de la enana –

Vero y Mercedes se quedaron en la puerta de la casa viendo como los coches se alejaban cada vez más.

“De vuelta al lugar del accidente”

-       Chicos ahí – dijo Carlos señalando el coche estrellado – es ese, rápido – instó a sus compañeros.

-       Dios, que estén vivos – pensó en voz alta Blas.

-       Ay Carlos, no puedo mirar, vete tú – dijo Pau a unos metros del coche.

Los chicos se acercaron a la puerta del copiloto que era la más próxima, al llegar allí se encontraron con Anny sangrando por todas partes, instintivamente se taparon la boca para evitar gritar, la imagen que estaban viendo no les gustaba a ninguno de los dos.

Respiraron hondo, se secaron las lágrimas y tiraron de la puerta del coche, debido a las vueltas que el coche había dado, la puerta salió del sitio con facilidad, ahora sin embargo, venía lo peor.

-       Carlos, tío, está boca abajo – comenzó a decir Blas – tenemos que esperar a que venga la ambulancia ,no la podemos sacar, a lo mejor tiene lesiones en la espalda –

-       Joder – resopló el rubio – Vamos a por Álvaro, a lo mejor está en mejores condiciones – añadió.

El rubio estaba en lo cierto, en cuanto llegaron a la parte del piloto, Álvaro, milagrosamente estaba conscientes, débil pero consciente.

-       Aa-Aan – Álvaro intentaba decir algo pero Blas se lo impidió.

-       Álvaro, no hables, hemos llamado a la ambulancia, viene en camino, os vamos a sacar de aquí, os vais a poner bien – decía Blas entre lágrimas.

Al final tanto Carlos como Blas consiguieron sacar a Álvaro con muchos esfuerzos, nada más salir Pau se acercó corriendo preocupada por la salud de su amigo.

-       Álvaro – exclamó acercándose – joder, pensé que te habíamos perdido.

Álvaro no hablaba, no quería caminar, quería quedarse quieto en ese sitio, no se quería mover de allí.

Al principio nos costó saber el porqué de esa actitud, más tarde entendimos porqué.

Lo que nos deparará el destino (Álvaro Auryn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora