Narra Anny
Mientras uno de los ladrones no paraba de metermela y sacármela de la boca, el otro se bajó los boxers, abrió mis piernas y justo cuando me la iba a meter, se abrió la puerta de golpe y aparecieron dos policias armados.
No me lo podía creer, por fin habian aparecido, por un momento llegué a pensar que no saldría de esta.
Mis agresores asustados me soltaron bruscamente provocando que mi cabeza chocara contra el cabecero de la cama dejándome semi-inconsciente.
A partir de ahí apenas me enteré de gran cosa, solo fui consciente de lo que estaban haciendo conmigo.
Noté como mi cuerpo era separado de la cama, por lo que supuse que alguien me estaba llevando el brazos, y colocado en otra superficie blanda que se movía, una camilla.
Mientras mi cuerpo era trasladado escuchaba unos gritos que me sonaban demasiado cerca, intenté regresar totalmente a la realidad para darme cuenta que los gritos provenían de mi gran amiga Vero.
Vero estaba gritando y llorando desconsolada mientras intentaba ser calmada por Blas, al cual se le escapaban las lágrimas. Quería tranquilizarlos, decirles que no me pasaba nada pero no fui capaz,estaba demasiado cansada, me pesaba todo el cuerpo y sólo quería dormir.
Y así me sumergí en un largo y profundo sueño.
Desperté gritando y sudando por culpa en una pesadilla donde era atacada por dos hombres en mi propia casa, me pareció tan real que no dudé en ir hacia la puerta y revisar que todo estuviera en orden. Llegué a la puerta de entrada y pude ver como efectivamente todo estaba cerrado con llave, respiré aliviada, nunca había tenido un sueño tan pero que tan realista.
Regresé a mi habitación después de prepararme una tila, aún eran las siete de la mañana por lo que podría dormir un par de horas antes de llevar a Laura al cole. Me dormí pensando en cómo habia cambiado mi vida en los último días.
Un ruido molesto terminó por despertarme, giré la cabeza y era el despertador, las 9 de la mañana. –Genial- pensé, la niña entraba a las nueve y media por lo que tenía el tiempo justo para despertarla, vestirla, darle el desayuno y llevarla al cole.
Me levanté corriendo y sin calzarme salí de casa y timbré varias veces en el piso de Blas. Tras llamar unas cinco veces, la puerta se abre dejandome ver a un somnoliento Blas en calzoncillo, tarda un poco en darse cuenta del motivo de mi presencia y yo como iba con el tiempo justo me limité a irme directa a despertar a Laura, dejando a Blas con la palabra en la boca.
La niña estaba placidamente dormida pero tenía que levantarse si o sí. Después unos cuantos gritos, Laura era igual de perezosa que el padre, conseguí vestirla por lo que me la llevé a la cocina. Por el camino nos encontramos con Vero que unicamente llevaba puesta una camiseta de Blas, lo que daba a entender lo ocurrido durante la noche.
Llegamos a la cocina y nos encontramos con un super desayuno echo por Blas.
- Ummm comidaaaaaa- dijo Laura despertándose por completo
- Se está empezando a parecer a Carlor- me dijo Vero riéndose- Esperemos que por lo menos no se vuelva adicta al chocolate-
- Ella siempre fue y será una glotona- dije mientras miraba como Laura se manchaba la cara con la mermelada de las tostadas.
- Laura no comas tanto que luego te duele la barriga- avisé
- Jo mami es que Blas cocina mejor que tú- me dijo mientras cojía otra mermelada.