Los días fueron pasando en aquella enorme casa que a veces se nos hacía pequeña, Álvaro ya estaba totalmente recuperado ¡gracias a dios! Los chicos retomarán hoy la grabación del nuevo disco, según ellos este sería totalmente diferente a los dos anteriores.
— Álvaro anda, cántame un cachito de alguna canción —supliqué casi de rodillas. —Te juro que no diré nada —.
Álvaro se echó a reír, últimamente no hacía más que reír y eso me ha ir feliz, por fin los malos momentos habían quedado atrás.
—Amor, no puedo decir nada, los chicos me matarían — junto su frente con la mía - La cinco queremos que el disco os sorprenda —
—Vosotros siempre nos sorprendeis, tú sobretodo — dije clavandole un dedo en el pecho y dándole un suave beso en los labios — Te has quedado castigado por no querer decirme nada —añadí apartándome.
-Con que esas tenemos — dijo este moviendo las cejas de arriba abajo - Ahora verás —Me cogió como un saco de patatas, me tiro en cama y comenzó a hacerme cosquillas, por más que quisiera no podía zafarme de él, me tenía bien agarrada. en esas estábamos cuando un pequeño terremoto interrumpió en la habitación sin antes llamar a la puerta.
— Mami, papi — exclamó la pequeña tirándose encima nuestra — Los tipos acaban de llegar —
Los tres nos levantamos dispuestos a salir de la habitación. Todos los chicos excepto Álvaro habían decidido escaparse a una casa rural para aprovechar así los últimos días de vacaciones, además serían las últimas vacaciones sin "bultos" añadidos pues Vero estaba ya en la recta final, bueno estaba de siete meses pero al esper gemelas la médica le dijo que estuviese atenta a partir del séptimo mes y claro, Blas no la dejaba sola ni un minuto, parecía una lapa, pero a Vero eso parecía encantarle.
En cuánto a Pau, Pau y Carlos eran un caso aparte, si no se separaban ahora no lo harían nunca. Con el embarazo ella se había vuelto de lo más exigente, más aún, y el pobre Carlos tenía que hacer todo lo que ella quería, por no hablar del chocolate, ese era un tema delicado para los dos.— Se acabó la paz en esta casa -— Álvaro suspiro.
— Álvaro, cariño mío, con Laura en casa nunca hay paz — dije riendo.
— Vamos mi, no seas una lenta, quiero ver a los titos— Se quejó la enana mientras tiraba de mi escaleras abajo. —Ala, tita Pau que barriga, ¿te has comido el chocolate del tito? -— nada más ver a Carlos, Laura se lanzó a sus brazos — Tito, la tita se ha comido todo tu chocolate — dijo riéndose mientras pellizcar al rubio en la cara.Apesar de haberle explicado que Pau estaba embarazada, la niña estaba empeñada en que estaba gorda de comer chocolate, parecía no aceptar la idea de que otro niño ocupará su puesto.
— Cariño, ya te hemos dicho que Pau está esperando un bebé — volví a explicar después de abrazar o intentar abrazar a Vero — Pau va a ser mamá como Vero —.
A la niña no le debió de gustar lo que le había dicho porque cambió de cara completamente.
— Entonces si la títa Pau está esperando un bebé, el tito Carlos también — se deshizo de los brazos de Carlos y se agarró a la pierna de su padre — Ya no me va a querer—
Álvaro al ver que la niña estaba sollozando la cogió en brazos y comenzó a cariciarle la espalda mientras la pequeña escondía la cara.
Tarde o temprano iba a llegar un momento en el que Laura se pudiera sentir reemplazada por un nuevo niño, el embarazo de Vero se lo tomó demasiado bien, es más, estaba encantada, por fin iba a tener niñas con quien jugar, aunque fueran pequeñas.
Sin embargo el embarazo de Pau si que no le gustó mucho, el simple echo de compartir a su querido tito Carlos no le gustaba ni un pelo, de ahí la reacción que acabábamos de presenciar.