VEINTICINCO

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ALAIA LEWIS

No fue muy inteligente de mi parte tener sexo con Isaac, mis pensamientos desde hace una semana con respecto al tema son un laberinto, la rudeza y vehemencia con la que me lo hizo me hizo sentir una ola de sensaciones placenteras e hizo que sacara ese lado sumiso que tenía en cuando al sexo se trataba.

No había visto al chico más que como una persona cualquiera que lleve a un lugar donde no había llevado a nadie, no quería que las cosas vayan más allá de ser solo conocidos pero ahora con todo esto no sé cómo verlo.

Mi mente ahora es un lío y no dormir bien lo hace peor así que prefiero sacar esos pensamientos para poder concentrarme en averiguar todo sobre la próxima carrera que estudiaré.

Mi celular timbra sobre mi cama y me levanto de mi escritorio para traerlo.

Veo quien es— Dime papi —contesto.

—Al, no podré llegar a la cena tengo asuntos importantes que atender, preparas algo para ti por favor.

—Está bien papi, no hay problema.

—Ok hija, cuídate, te quiero —colgó.

Todavía son tres con treinta y seis, falta mucho para la cena quizá pida algo ya que no tengo muchas ganas de cocinar.

Sigo viendo lo que serán mis próximos cinco años en la universidad tengo que ser buena para los números y letras no hay problema con eso.

Capacidad de liderazgo, también lo tengo.

Hablar otros idiomas aparte del de su natalidad sé francés, español y un poco de italiano.

Tengo varios puntos a mi favor, espero no se me haga complicado.

Desde mi cuarto escucho que tocan el timbre, bajo a ver quién es y al abrir la puerta me encuentro con mi mejor amiga sonriente.

—Hola nena —eso me hizo acordar... borré ese pensamiento de mi cabeza y cerré la puerta una vez que Rouse pasó.

—Holaa —dije algo confundida ya que no me aviso que vendría.

—Te preguntarás que hago aquí, bueno iremos a la playa en grupo y vine a llevarte.

—¿Llevarme?

—Si, por favor no quiero estar rodeada de chicas que no conozco bien —hizo un puchero— ahí solo está André.

—No tengo ganas, anda diviértete tú.

—No seas aburrida, anda nos divertiremos las dos.

Después de que me convenció de ir a la playa con la promesa de que no iba a fastidiar para tirarme al agua, me vestí con vestido playero manga larga holgado y amarré mi cabello en un moño alto, puse en un bolso pequeño todo lo necesario y salimos.

Al cerrar la puerta de mi casa había una camioneta negra que estaba esperando casi repleta de chicas y chicos siendo manejada por André, lo saludé y avisé que iría en mi auto siguiéndolos.

Algo me decía que Isaac también iría y dudaba que estaría en el grupo de personas ya que lo hubiera visto.

Y efectivamente minutos después estábamos en su casa y yo quería regresarme a la mía en ese mismo instante.

André bajó de la camioneta y tocó la puerta de la vivienda, en seguida vi a Ali saludarle amable como siempre y después de un rato salió Isaac, vestido con una bermuda azul y una camiseta manga cero color negro que se le veía la mitad del tatuaje, resaltaba sus tonificados brazos y abdomen, traía puestas sus gafas de sol y su bastón guía en una mano.

Un Mundo Diferente [completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora