DOCE

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ALAIA LEWIS

Es miércoles por la tarde y milagrosamente hace sol, lo que llevo puesto me está derritiendo por dentro pero de otra manera no se pueden tapar las marcas en mis brazos.

Estoy en camino al trabajo manejando el auto, entré por el portón de rejas y me estacioné frente a la casa, me di cuenta que la señora Ana estaba parada en la puerta como si esperara a alguien.

—Buenos días señora Ana —saludé, ella se acercó a mí, pasó su brazo por encima de mis hombros.

—Buenos días, Alaia —ven por aquí, hizo que entrara a la casa, cerró la puerta y caminamos hasta el despacho— Entra —me hizo pasar— siéntate aquí por favor —señalo un sofá e hice lo que pidió.

—¿Qué sucede? —pregunté, estaba confundida, en los días que estuve aquí ni siquiera la había encontrado a estas horas. Su semblante preocupado hizo que me confundiera aún más. ¿Acaso le pasó algo a Isaac?

—Quería conversar contigo de un asunto y pedirte un gran favor.

—Claro, dígame.

—Ayer fuimos mi esposo y yo con Isaac a un doctor —me invadió la preocupación y mi corazón empezó a latir asustado.

—¿Qué le pasó a Isaac?

—No fuimos porque le paso algo, sino que quisimos que un especialista vea su caso —me asusté por las puras.

—Ah entiendo.

—El especialista que lo vio dijo que tiene chance de operarse.

—Esa es una buena notica —me alegré por él, sabia lo mucho que le hartaba estar en esta situación.

—Pero las posibilidades de que recupere la vista son solo un cuarenta por ciento.

—No piense en negativo señora, puede que ese cuarenta por ciento si funcione.

—Espero.

—¿Cuándo será la operación? —curioseé.

—En dos semanas —no falta casi nada— y aquí viene el favor que te quería pedir —asentí escuchándola— no quiero presionarte, pero... ¿tu estarías dispuesta a seguir ayudando a mi hijo después de la operación? si es que no resulta favorable obviamente —si ahora no lo soporto no me imagino como se pondrá si la operación no logra salir bien— sé de su carácter y es difícil de tratar pero contigo logro salir de su habitación y ahora tienen un cachorro, pienso que eso fue un gran avance.

—Señora...

—Sé que me has dicho que tengo que ser positiva —sus ojos se aguaron— pero las probabilidades son pocas —su voz pasaba de ser suplicante a un tono triste— solo quiero saber si estas dispuesta a quedarte a pesar de todo.

Entonces no me pude negar al verla en este estado— Esta bien señora Ana, no se preocupe por eso yo me quedaré al lado de Isaac a pesar de todo y pase lo que pase.

—Verdaderamente te lo agradezco Alaia, no podría confiar en alguien más que en ti —lágrimas salieron de sus ojos después de esas palabras y la abracé para que no siga llorando.

Minutos después de que la señora Ana se calmara y se despidiera diciendo que iría a trabajar, yo fui a ver a su hijo subí las escaleras pero me detuve en la puerta porque Boss estaba afuera de su habitación.

¿Por qué lo dejo afuera? Si siempre esta con el, hasta duermen juntos.

Iba a tocar la puerta pero escuche sollozos que provenían de su habitación, eran casi inaudibles pero si escuchabas bien se notaban, mientras me decidía si entrar o no, escuché que se quebró algo junto con un grito de dolor, ahí me preocupe, decidí entrar.

Un Mundo Diferente [completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora