CUATRO

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ISAAC LOMBARDI

Jodida Ana, siempre haciéndome la vida imposible, le dije que no quería a nadie conmigo y fue lo primero que hizo al traerme a esa chica, ¿por qué tenía que contratar a alguien que no necesito?

Esa chica no puede ser más fastidiosa, su voz me fastidia y su perfume con un olor ligero a dulce me irrita al punto que prefiero no respirar cuando está cerca mio.

Unos toques en la puerta hicieron que me arrope con las sábanas ya que no me apetece escuchar a alguien.

—Isaac —la voz de mi padre se hizo presente en la habitación. Quiero reclamarle porqué dejo que una desconocida venga a fastidiar mi existencia pero lo más probable es que me haga enojar con su respuesta ya que estoy seguro que esto es obra de Ana y se dejó convencer por ella.

—¿Qué es lo que quieres? —le contesté.

—¿La chica que contratamos es buena en su trabajo? —me destapé y di la cara.

—Quizá sea buena pero yo no la deje hacer su trabajo así que no sé.

—Es que tú no estas consiente de que necesitas ayuda, tienes que dejarte ayudar hijo, ¿te quedaras siempre así, sin hacer nada?

—No tengo razones por la cuales salir adelante, no les sirvo ni a mi tío ni a ti. Ahora todo se echó a perder.

—Tienes que seguir adelante, volverás a la empresa una vez que termines la carrera.

—No pienso regresar a la universidad.

—Alaia está aquí para ayudarte y regresarás a la universidad para que continúes, solo son dos ciclos Isaac, no es nada.

—Alaia y una mierda, no la quiero aquí porque yo mismo me encargaré de sacarla y con respecto a la universidad no iré, esa es mi decisión.

—Ya te hablé Isaac, no permitiré que te sigas hundiendo en tu miseria.

—Déjame en paz y vete Omar, sé que es tu casa pero vete y no sigas fastidiándome, yo decidiré cuando ir no me puedes obligar a nada.

—Te daré tiempo para que te adaptes Isaac, pero el próximo año regresas a la universidad si o si —escuché sus pasos y después el sonido de la puerta cerrarse.

Maldita sea.

Me levanté de la cama, siento demasiada frustración y todo me asquea, doy unos pasos, me siento asfixiado y quiero salir de aquí, choco con algo, lo boto para liberar mi camino y escucho como caen los libros del librero, retrocedo y siento mi pierna chocar con otra cosa la tiro sacándola de mi camino y termino en el suelo soltando maldiciones haciendo que la ira recorra mi sistema.

—Isaac —escucho la voz de Ali— ¿Que has hecho mi niño? Por Dios —mi pecho sube y baja con furia mis manos están envueltas en un puño golpeando algo tratando de sacar la ira que siento, sentí los brazos de Ali rodearme —Tranquilo Isaac, respira —no quiero respirar, quiero golpear a la vida que no se cansa de joderme —Todo estará bien, no te dejes llevar por la colera.

Me acomodé entre sus brazos, mi respiración agitada hace que sienta que me estoy ahogando y trato de controlarme, no quiero volver a los días en los que no puedo controlar ni mis pensamientos.

Un Mundo Diferente [completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora