NUEVE

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ALAIA LEWIS

Y así paso la semana, Isaac se había puesto raro y cuando llegué a tener la mínima esperanza de que se dejaría ayudar no fue así, lo bueno es que le había tomado algo de cariño al cachorro y se pasaba todas las tardes con el y hasta dormían juntos.

El viernes llegó alguien que se presentó como su mejor amigo, me preguntó quién era yo me presenté como su enfermera personal le dije mi nombre y él hizo lo mismo y ellos dos estaban charlando casi toda la tarde, no interrumpí esa conversación ya que no era de mi incumbencia.

Estuve un rato haciéndole compañía a Ali.

Después de que su amigo se fue, Isaac volvió a su ya típico humor a veces me preguntaba si yo sería la causante de ello aunque no le había hecho nada. Ya estaba llegando al límite de mi paciencia, aunque tengo poca, con él tuve demasiada y hasta por demás porque aguanté sus arranques de furia y sus gritos.

Este trabajo ya me está agotando mentalmente y por momentos pensaba en renunciar.

Llegó el sábado en la noche y como todos los días me despedí de Isaac después de mirarlo toda la tarde durmiendo con Boss, el perro se quedó con él ya que aparte de que estaba dormido le tocaba cuidarlo a él, también bajé a despedirme de Ali y salí de la casa dirigiéndome a la mía.

Cuando llegue encontré a mi padre saliendo de casa, me dijo que iría a ver unos asuntos, así que no le tome mucha importancia aunque era ya algo tarde. Entré a darme una ducha ya que venía cansada y me recosté en mi cama, cuando estaba a punto de dormir mi celular sonó, era Rouse su mensaje decía que mañana vendría a pedirme algo de suma urgencia, le respondí con un "ok", mi plan de dormir mañana todo el día fue frustrado.

                                                                                                /*/

Me desperté por el sonido del timbre, me tomé mi tiempo en levantarme y bajé las escaleras, al abrir la puerta vi que era Rouse.

—Te dije que vendría, ¿Por qué no me abres rápido? estuve quince minutos tocando tu puerta —bufó pasando hacia el sofá a sentarse, así era ella nos teníamos mucha confianza era casi como de la familia. Yo fui detrás de ella no sin antes cerrar la puerta.

—¿Qué es tan importante para que interrumpas mi sueño tan temprano y en mi día de descanso? ​​— dije sentándose al lado de ella.

—Ya son las once con treinta Alaia no sé de qué temprano me hablas.

—Para alguien que no ha dormido bien toda la semana es temprano.

—¿Te acuerdas del chico que te dije que había quedado en una cita? —respondió ignorando mi queja.

—La vez pasada ya no hablamos de él por videollamada.

—Si, lo sé pero me escribió y quiere que sigamos saliendo, me dijo que la otra semana quiere que vaya a su casa, él hará una fiesta ahí.

Ya sabía lo que estaba tramando.

—No me digas que quieres que te acompañe a comprar ropa— dije rogándole a Dios mentalmente para que no fuera así.

Y como siempre Dios no me escucho.

—Acertaste, ya pues di que si por favor —dijo arrastrando la última letra de la palabra y haciendo un puchero.

—Está bien —acepté— iré a darme un baño.

—Te prepararé el desayuno para que no vayas de hambre.

—Gracias, eres la mejor —moría de hambre.

—Lo sé —dijo con suficiencia.

Fui a darme una ducha y me vestí con unos jeans y un crop top manga larga y zapatillas.

Bajé y Rouse me había preparado jugo de fresas con un panqueque, me lo hizo comer tan rápido que ni lo disfruté.

Cuando llegamos al centro comercial este estaba abarrotado de gente como es costumbre entramos a muchas tiendas y a pesar de eso ella no elegía nada todavía.

Así pasamos tres largas horas hasta que encontramos algunas cosas de su agrado, se probó vestidos y compro algunos, lo mismo con zapatos y zapatillas, yo no podía darme ese lujo así que sólo opte por mirar.

Después fuimos a comer KFC como almuerzo, al terminar fuimos hasta mi casa, me dijo que se quedaría a cenar y como todavía eran temprano para eso, nos quedamos charlando un rato sobre su nuevo pretendiente.

Realmente a ella le gustaba mucho ese chico nunca la había visto así de alegre anteriormente cuando hablaba de chicos.

—Veo que enserio te gusta, hasta te brillan los ojitos cuando hablas de él— ella se sonrojo, eso era nuevo.

—André, es una persona increíble, cuando estoy con él solo me la paso riéndome, tiene demasiadas anécdotas por contar, es alguien maravilloso realmente —André había escuchado ese nombre antes, pero no recordaba donde.

—Espero te valore porque tú no está para menos, ya tendré que conocerlo y decírselo personalmente —le advertí y ella solo soltó una risa.

—Cuéntame cómo te va con el chico ciego —preguntó.

—Se llama Isaac —dije rodando los ojos— y pensé que ya se estaba dejando ayudar, el único día que salimos adoptamos un cachorro —no le había contado ese detalle a mi amiga y está alzo las cejas en asombro pero dejo que continuara— y solo se la pasa durmiendo con el y a mí no me hace caso, ya no sé por qué estoy ahí —ella soltó una carcajada.

—Creo que solo necesitaba un cachorro para compartir sus días.

—Yo estoy ahí para que él salga, se despeje, pero ya se me están acabando las ideas y solo estoy ahí, conversando con Ali o viéndolo dormir.

—Debes darle tiempo, ten un poco de paciencia no creo que sea fácil estar en sus zapatos —había pensado mucho en eso cuando estoy haciendo nada y si siquiera me imaginaba la idea de estar en su posición.

—Lo sé pero es que ya me está cansando, sus padres me están pagando una buena suma de dinero para que yo solo me siente a ver a su hijo porque no quiere salir de su cama, no creo que sea muy justo eso —ya estaba empezando a alterarme, así que tomé un respiro.

—Si él no quiere salir ya no es tu problema.

—Lo sé, pero veo como su madre sufre cuando le digo que en todo el día su hijo solo salió para comer y me hace sentir mal.

—Tranquila ya verás que encontrarás una solución.

—Eso espero.

Como a las ocho mi padre llegó, él preparó algo de cenar después fue a su habitación, bajo con ropa limpia y volvió a salir.

Últimamente estaba saliendo mucho por las noches y no sabía a qué hora venia, él no me decía nada y eso se me hacía extraño.

Después de terminar de cenar con Rouse, ella se fue a su casa y yo fui a mi habitación, no tenía sueño y me puse a revisar las redes sociales, después de ver algunas fotos de mis amigos y darles corazón, aceptar solicitudes de compañeros del hospital donde hacia las practicas e ignorar algunos mensajes, me entró la curiosidad de ver si Isaac tenía alguna red social, así que lo busqué, después de unos minutos lo encontré, me puse a ver algunas fotos y había muchas, algunas con sus amigos, otras con una chica que era muy hermosa y otras él solo en la playa, fumando, bebiendo, haciendo deporte, etc.

Realmente ese chico es muy sexy.
No puede ser que haya pensado eso.

Seguía mirando hasta que recordé que mañana tengo que presentar el informé, a pesar que las supuestas practicas las hago fuera del hospital tengo que presentar el maldito informe, ¿qué pondré ahora? no me imagino escribir el paciente duerme todo el día con un perro que adoptamos el único día que salió a dar una vuelta al parque, solo se despierta a comer y me ignora ya que le caigo mal.

Dios mío, ¿Por qué me pones pruebas tan difíciles?

Salté de mi cama para empezar hacerlo a última hora y quizá desvelarme rompiéndome el cráneo ya que no sé que escribir. 

Un Mundo Diferente [completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora