OCHO

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ISAAC LOMBARDI

Me desperté con el sonido de mi teléfono sonando acerqué mi mano a la mesita de noche que estaba al lado de mi cama y lo busqué, al encontrarlo le di el mando de contestar y lo acerqué a mi oído.

— ¿Aló? —respondí.

—Hola soy yo —creí reconocer la voz, pero se me hacía imposible creer que ella llamara.

—¿Quién? —pregunté.

—Sé que me reconoces, sólo déjame hablar, no me interrumpas, por favor —no dije nada, todavía estaba adormilado tratando de procesar lo que está pasando— sólo quería decirte que siento mucho lo que pasó, me enteré de tu accidente perdón por no estar ahí cuando más me necesitas, disculpa por molestarte a esta hora pero no podía dormir estaba pensando en llamarte desde hace tiempo, en serio lo siento mucho —hizo una pausa— Sé que confiabas en mí como en ninguna otra chica y yo te herí con mis palabras —sollozó y yo solo la escuchaba, las palabras no llegaban a mi boca— yo no sabía cómo reaccionar y esa es la razón por la que desaparecí, me arrepiento de esa decisión pero no porqué me vaya mal al contrario me va muy bien, si no porque te extraño.

—Sarahi —dije, pero ella no me dejo continuar.

—Sé que no quieres escucharme, eso me dijiste la última vez que hablamos, pero si o si tenías que escucharme esta vez.

—Antes de que sigas yo también te debo una disculpa, mi comportamiento no fue el apropiado y te juro que no sé qué me paso estaba tomado y... sé que el alcohol no es justificación, disculpa por hacerte pasar ese mal rato.

—Los dos erramos nos dijimos cosas muy dolorosas, la cólera me embargo y me deje llevar, tú eras mi mejor amigo —no sabía que más decir así que la deje que continuará —sabes, eh ... el otro mes estaré por allá espero verte y conversar, tenemos que arreglar las cosas. Te tengo otra noticia —no sabía que más decir respecto al problema que tuvimos y fue una buena idea de parte de ella cambiar de tema.

—¿Cuál es?

—Me casaré dentro de cinco meses —me la imaginaba con una sonrisa en el rostro, saber que había encontrado a alguien que la complementa y hace feliz, me hacía feliz también.

—Me alegro tanto por ti —le dije sinceramente.

—Quiero que estés conmigo ese día, eres muy importante para mí, pero si no puedes lo entenderé —después del problema los dos quedamos con ideas erradas el uno del otro y creo que ella piensa que me duele su casamiento pero no, estoy verdaderamente feliz por eso.

—Lo pensaré, ¿está bien? —igual tenía que pensarlo, no me gusta estar fuera tanto tiempo y menos rodeado de gente que no conozco.

—Espero poder tenerte ahí —me quedé en silencio no sabía que más decir— ¿Y cómo has estado, quieres contarme?

—Extraño contarle a alguien mis problemas y más ahora con lo que me pasó.

—Puedes hacerlo, sabes que puedes confiar en mí.

—Si, lo sé pero no sé por dónde empezar —sentí como la frustración afloraba en mí— esto me está consumiendo, sólo he salido una vez, me la pase bien pero después la realidad me cayó como un balde de agua fría y simplemente no me gusto la sensación.

—No te dejes vencer, volver a tu vida de antes no será fácil pero tú eres fuerte no te dejes derrumbar por completo, que no te importen lo que digan los demás sobre ti, pero antes de eso tienes que aceptarte tal y como eres para que no te afecte lo que digan, tienes que fortalecer tu autoestima y eso no se hace encerrado en tu cuarto.

—¿Entonces que puedo hacer?

—Sólo no seas como antes arrogante, egocéntrico, orgulloso, cambia se mejor persona que estés orgulloso de ti mismo y lo más importante déjate ayudar —dejarme ayudar, lo escuchaba de todas las personas pero mi orgullo no me lo permitía.

—Gracias por escucharme.

—De nada —guardamos unos segundos de silencio— ya tengo que irme son las cinco de la mañana y tengo que levantarme a las ocho para la universidad.

—Hasta luego Sarahi —me despedí.

—Hasta luego Isaac.

Y cortó, me quedé pensando en todo lo que dijo quizá tenía razón, tenía que dejar mi orgullo y todo a un lado, dejarme ayudar pero no quería sentirme un inútil y tampoco quería quedarme así.

Ella fue la mejor amiga que tuve, nos conocimos por nuestros padres y desde entonces fuimos inseparables, conoció lo mejor y peor de mí aun así siempre estuvo conmigo.

Un día como cualquier otro día estábamos tomando en grupo y no sé que me paso, empecé a dejar que mi mente alcoholizada divagara y me sobrepasé con ella, me arrepiento tanto.

Ella tiene un carácter fuerte así que no se quedó callada, nos dijimos cosas muy hirientes y semanas después me enteré que se fue a Milán a estudiar diseño de modas, ahora quiero que todo vuelva a ser como antes o mejor, espero recuperar su confianza otra vez.

Como sabía por mi celular que todavía eran las 5:40 am traté de dormir un poco más.

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Un Mundo Diferente [completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora