DIECISEIS

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ALAIA LEWIS

Llegué a casa, mi padre abrió la puerta y salió, vi a la señora Ana sentada en el sofá, cerré la puerta detrás mía y caminé hacia ella.

—Buenas noches, señora —le di un beso en la mejilla.

—Hola Alaia, ¿cómo estás?

—Muy bien, gracias. ¿Le ofrezco algo de tomar un jugo, café, agua?

—Agua está bien —fui a la cocina y salí con un vaso de agua que puse en la mesita frente a ella.

—¿Usted cómo está? —hablé sentándome en el mueble.

—No tan bien, la operación de mi hijo no salió como queríamos —en sus ojos se notaba la tristeza.

—Lo siento mucho —respondí

—Estoy aquí para pedirte un favor —la vi algo nerviosa.

—Claro dígame, ¿qué necesita? —le di una sonrisa de labios cerrados para que entre en confianza.

—Después de las fiestas de fin de año Isaac regresará a la universidad —eso me sorprendió, pero no hice ninguna expresión para que se notara— y necesita aprender el sistema ... ese que tiene un montón de puntos, como se llama —chasqueó los dedos y frunció levemente el ceño.

—¿Braille? —había oído hablar de eso, pero no lo he practicado.

—Si, si ese para que se pueda adaptar a sus clases, ¿tú sabes o conoces a alguien que lo pueda ayudar? —preguntó.

—Yo estoy estudiando enfermería, pero no me han enseñado eso, si quiere le puedo decir a alguien, puede ser un compañero, así Isaac se sentirá más cómodo con un chico —propuse.

—¿Tú crees que mi hijo se sienta más en confianza con un chico?

—Claro que sí, creo que por eso él y yo no nos llevábamos tan bien, porque no me tenía confianza.

—Eso espero —le dio un trago al vaso de agua— entonces le das mi dirección a la persona que vas a enviar, por favor que sea de confianza, para sentirme más segura.

—No se preocupe por eso señora —le di una sonrisa de labios cerrados.

—Tu padre me comentó que mi hijo te hizo sentir mal hasta el punto de las lágrimas, ¿porque no me lo dijiste, ese fue el motivo de tu renuncia? —lo sabía, sabía que si mi padre llegaba a conocer a la señora iba a suceder algo así. No me quedaba de otra que decir la verdad.

—Pensé que con el tiempo él me iba a tener más confianza pero no fue así, y sí por eso decidí renunciar. Disculpe por mentirle —agache la cabeza por qué seguro mi cara será un verdadero dilema, descubrió mi mentira.

—Las disculpas te las ofrezco yo por cómo te trato mi hijo, discúlpalo por favor, no lo quiero justificar pero él ha pasado por cosas difíciles que lo han vuelto así —dijo apenada.

—No se preocupe por eso, entiendo.

Me dio una sonrisa que no le llegó a los ojos— Muchas gracias. Bueno, me tengo que ir, ya es un poco tarde, me avisas cuando ira el chico para estar en casa, por favor— se levantó del sofá.

— Esta bien— repetí su acción y la acompañé a la puerta.


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ISAAC LOMBARDI

Me preparé mentalmente para cualquier resultado que diera la cirugía, pero no fue suficiente porque en el momento que me sacaron las vendas y seguía en la oscuridad me descontrolé y no pude retener el llanto y la rabia que sentí, ahora ya no hay ninguna esperanza ni por mínima que sea.

Un Mundo Diferente [completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora