SIETE

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ALAIA LEWIS

La responsabilidad es algo que debo que tener en cuenta siempre como enfermera así que como desperté media hora tarde, la cual ocupo para tomar desayuno, solo me dio tiempo para ducharme, me cambié rápidamente y por el camino a casa de los Lombardi fui lamentándome quedarme hasta las tres de la madrugada viendo Teen Wolf, pero es que nunca me cansaría de ver a Derek Hale.

Mientras iba manejando pensaba en cómo podía convencer a Isaac de salir y que haríamos si acepta, lo más probable era que no pero ese chico era impredecible así que por si al caso lo andaba pensando.
Ayer no le había insistido mucho pero hoy ese no era el plan.

Estacioné mi auto en frente de la casa y bajé, abrí las rejas y caminé hacia la puerta.

—Buenos días Ali —saludé cuando ella me abrió la puerta con una sonrisa amable.

—Buenos días niña.

—¿Isaac está en su habitación?

—Si, después de ayer no volvió a salir — asentí y subí a verlo.

¿Si cerré la llave de la ducha? Creo que sí, me desperté con tanto sueño que no recuerdo.

¿Apague la secadora? Hice memoria y no recuerdo haberla apagado. Espero si porque si no..., un tropezón me saco de mis pensamientos y me encontré en el suelo, bufé con fastidio hoy no me encuentro al cien por ciento y si sigo así me saldrá todo mal.

Justo me caí en el último escalón, escuché la puerta de Isaac abrirse y mi mirada se dirigió a él.

—¿Alaia? —preguntó.

—¿Cómo lo...? —preferí quedarme con la duda— Si soy yo —respondí.

—Quien podría ser más torpe que tú —estaba a nada de responderle tú pero me contuve, se ve de buen humor o eso creo.

Me levanté del suelo y entré detrás de él antes de que me cierre la puerta en la cara.

—Buenos días, ¿Cómo amaneciste?

—No te interesa.

—Es cierto —respondí— bueno ayer no insistí tanto en hacer algo ya que quise que te acostumbraras a mi presencia pero como veo que nunca sucederá eso, hoy vine a insistir más, a que me soportes menos que ayer y más que mañana.

—No me apetece escuchar tus insistencias como desayuno, adiós.

—Cierto, vamos a que desayunes.

—No bajaré.

—¿Quieres quedarte sin desayunar otra vez?

—No te atrevas a amenazarme.

—No te estoy amenazando, solo te estoy recordando que ayer por no querer bajar te quedaste sin desayuno —él no sabe lo mucho que me costó hacerle entender a Ali que si sigue consintiéndolo así Isaac nunca aprenderá a valerse por sí mismo y no saldrá de su habitación— Y bueno, ¿bajas o te quedas sin desayuno?

—Me quedo sin desayuno —esa no me lo esperaba.

—¿En serio eres así de infantil?

—Si solo viniste a molestarme para que baje ya te puedes ir porque no iré a la cocina —se sentó en la cama.

—¿Estás seguro? —antes de que dijera una palabra agarré su brazo y empecé a forcejear para que saliera de la cama— Saldrá si o si Isaac —pero no contaba con que él me jalara a mí, me agarró de sorpresa y en un segundo ya estaba tumbada en su cama con él encima mio, una de sus manos tenía mi muñeca agarrada y la otra estaba a mi otro costado, según él ya me había acorralado, su sonrisa socarrona me desafiaba a darle un golpe, pero esto no es una escena de película romántica, al menos yo no soy la chica que se queda embobada por el rostro atractivo del chico— ¿Usted cree que yo soy la acorralada? —antes de que procese la oración lo empuje haciendo que ahora él quede debajo mio, sostuve sus muñecas a sus costados y la sonrisa se borró de su rostro.

Un Mundo Diferente [completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora