TREINTA Y SIETE

56 6 7
                                    

ALAIA LEWIS

Abrí mis ojos y una luz fuerte me hizo volverlos a cerrar, sentía mi cuerpo entumecido y al tratar de estirarme noté que mi brazo derecho estaba con un cabestrillo.

¿Qué me pasó?

Sentí algo en mi boca y cuando toque tenía una mascarilla de oxígeno la baje para mi cuello y analicé mi alrededor, estaba en una habitación blanca había una intravenosa en mi brazo izquierdo y tenía el aparato para llamar a las enfermeras del hospital, lo toqué y este prendió una lucecita roja, tenía una pequeña incomodidad en la garganta al pasar saliva.

Traté de sentarme y sentí una punzada en el abdomen que me hizo volver a acostarme. Toqué mi abdomen y tenía una gasa cubriendo la parte izquierda de este.

Forcé a mi mente a recordar cómo es que termine aquí y solo recuerdo que salí de mi apartamento pero no recuerdo al lugar que llegué.

La puerta se abrió de golpe y un hombre con una bata blanca apareció con dos enfermeras una de ellas mi amiga, sonreí al verla y al instante vi que su rostro preocupado paso a uno feliz y aliviado.

—Buenas tardes señorita —se acercó el doctor— ¿Como se siente?

—Como si me hubiera pasado un camión por el abdomen —sacó su linterna y me reviso los ojos.

—No le paso un camión, recibió un impacto de bala —¿¡Que?!—. Estuvo en coma un mes, ¿recuerda cómo fue el accidente? —negué.

—No recuerdo como paso esto —el doctor frunció el ceño y ya me estaba preocupando ¿Como que me dispararon y estuve un mes en coma?

—Dígame su nombre y apellidos por favor.

—Alaia Lewis Beaumont.

—¿Edad?

—21 años.

—¿Fecha de nacimiento?

—15 de febrero del 2000 —el doctor asintió en respuesta—. Recuerdo todo a la perfección, lo que no logró recordar fue como me dispararon.

—Quizá su cerebro borro esos momentos para no crear un trauma, pero por si las dudas mañana le haremos una radiografía para descartar contusiones. Ahorita será llevada a piso, ahí podrá ver a sus familiares —no podía dejar de pensar en que había pasado y eso hacía que me frustre y que me dé un ligero dolor de cabeza. El doctor se retiró, se fue con la otra enfermera y se quedó mi amiga.

Le regalé una sonrisa triste a mi amiga —Tranquila cariño lograrás recordar después, quizá sea como dijo el doctor y tu cerebro decidió borrar ese momento —me consoló Rouse.

—Espero poder recordar todo por más traumático que sea.

—En otras noticias, Isaac estuvo aquí —susurró mientras me revisaba la intravenosa, me sorprendió escuchar eso.

—¿Cuándo?

—Todo el tiempo en el que estuviste en coma, solo se movió unas veces pero no pasaba más de un día en él que no estuviera.

—¿En serio? —ella asintió. —Cuéntame más —animé.

—No puedo hacerlo.

—Por favor —le rogué y negó haciendo con sus dedos un cierre en su boca, la miré mal y ella rió— ¿Y mi papá? —pregunté.

—Estuvo aquí por dos semana seguidas pero después dejo de quedarse por las noches y solo viene por las tardes unas horas.

—Entiendo, quizá el trabajo lo tiene agotado —ella me miró con tristeza y yo traté de darle una sonrisa pero no me llegó a los ojos y es más estoy segura que me salió como una mueca ya que ella se acercó a darme un abrazo.

Un Mundo Diferente [completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora