ONCE

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ISAAC LOMBARDI

La semana paso demasiado rápido y creo que Alaia ya se rindió conmigo, estos días no había insistido en hacer algo o salir y sobre todo no había estado atrás mio, eso había sido un alivio para mi ser ya que no soportaba su sola presencia.

Omar me comunico ayer por la noche que había estado viendo algunos doctores y presentándoles mi caso, uno de ellos había aceptado hacerme una revisión y poder dar su opinión. No quería ir, pero algo dentro de mí decía que lo intentara, aun así lo pensé mucho para llegar a la decisión de aceptar la propuesta.

Estoy muy ansioso tanto que casi no dormí bien en toda la noche pensando en que será de mí si no puedo recuperar la vista.

—Isaac —escuché la voz de Omar— ¿ya estás listo para irnos?

—Si, vamos —salí de la habitación y él atrás mio.

—Aquí empieza la escalera —me advierte.

—Lo sé —digo bajando el primer escalón.

—Tu madre también quería ir y no se lo podía negar —avisó y al instante me incomodé.

—Nunca le puedes negar nada a Ana, Omar —le respondí sin quitar la atención al número de escalones que iba contando, así como lo dijo Alaia.

—Tengo que decirte algo antes —llegamos al final de las escaleras y volteé para que dijera lo que tiene que decirme.

—¿Qué es? —acomodé los lentes de sol que traía.

—Prométeme que diga lo que diga el doctor ahora si harás todo lo posible para recuperar tu vida de antes —dice y su voz tiene un poco de súplica.

—No te puedo prometer nada Omar, si vuelvo a escuchar una respuesta negativa a mi caso no esperes un cambio en mí —no voy a mentir ni hacerme el indiferente, me preocupa la respuesta que me darán.

—Primero vemos los resultados ¿está bien? — dice dando por terminada la conversación y seguimos hasta el auto.

Me hastía el sonido del claxon de los autos y el tráfico que hace que nos detengamos a cada rato, el aire entra por la ventana y siento una parte de mi cara helada, Ana va a mi costado y más incómodo no puedo sentirme.

Estaba ansioso por llegar y el viaje se me está haciendo una eternidad.

—¿Falta mucho para llegar? —pregunté y escuché la risa de la mujer a mi lado— No creo haber dicho una gracia.

—Disculpa. Recordé que cuando eras pequeño eras así de impaciente —me tragué hasta el pensamiento ya que no quería soltar una imprudencia, estoy poniendo de mi parte estando tranquilo a pesar de que no me siento cómodo aquí y viene con una tontería así.

—Ya falta poco Isaac —dijo Omar— se paciente por una vez en tu vida y arregla tu expresión —al parecer mi rostro estaba diciéndole todo lo que no dije.

Después de un rato el auto se detuvo.

—Isaac, baja por el lado derecho —me avisó Omar, abrí la puerta y bajé, había traído el bastón que me dio Alaia y lo desplegué.

—¿Necesitas ayuda? —escuché a Ana decir cerca mio y sentí un toque en mi hombro, rápidamente me alejé.

—No —respondí.

—Isaac por favor déjame... —pidió Ana.

—Isaac puede hacerlo solo, Ana —habló Omar —algo tiene que haber aprendido con Alaia.

—Solo debes darme indicaciones del camino, no tomarme de la mano como si fuera un niño —expliqué.

Omar entendió e hizo lo que le explique, al llegar adentro la clínica nos dijeron que esperemos un momento ya que el doctor estaba en otra consulta, mientras más esperaba más me estresaba, me imaginaba todos los escenarios en que esto salía mal y quería largarme de aquí.

Un Mundo Diferente [completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora