ISAAC LOMBARDI
Los días se pasaron entre las clases que recibía, algunas repasadas que les daba a los libros especiales que había comprado sobre economía y administración e ir al apartamento de la chica que se había convertido en mi parte favorita de los días en que tenía pocas cosas que hacer.
Justo ahora estaba yendo a la universidad, regresaba a ese maldito lugar donde solo tenía problemas y me lamentaba no haber matado a los causantes cuando pude.
—Hemos llegado, señor —avisó Leo, había preferido decirle así ya que al parecer nunca me aprenderé el nombre de mi chófer, me froté los ojos debajo de las gafas y escuché que abrió la puerta, bajé y desplegué el bastón.
Espalda recta, la cabeza nunca gacha, expresión seria, haya lo que haya pasado nunca dejaré de demostrar autoridad, ni dejar que me pisoteen.
—¿Necesita algo más señor? —preguntó el chófer.
—No es necesario, puedo hacerlo solo —recordaba cada espacio de este lugar, empecé a avanzar con pasos firmes sin demostrar mi temor de caer frente a alguien, subí los pocos escalones que daba entrada al lugar, escuché el murmullo de la gente que pasaba por mi lado no trataba de esquivarlos ya que con solo mirarme sabrían que los que debían esquivarme eran ellos.
Avancé recordando el camino que tenía que recorrer para ir al jardín, no me apetecía escuchar clases y andaba de mal humor, agradecía al cielo no se hayan aparecido los idiotas con los que no me llevaba bien, los pasos de la gente se escuchaban que iban para un solo lado al parecer las clases ya estaban por empezar, sentí que el bastón chocó con algo, lo solté, escuché un golpe y seguido de este un quejido.
—¿Por qué no te fijas por donde caminas? —dije a la persona que había al parecer caído.
—Ay no puede ser —escuché que la voz que provenía del suelo se me hacía muy familiar.
—¡Alaia!, ¿qué haces aquí?
—¿Olvidas que te dije que iba a estudiar aquí? —recordé la vez que le pregunté donde estudiaría y me respondió con el nombre de esta universidad.
—Ah, ya recuerdo.
—Llegaré tarde a la clase por tu culpa, aquí tienes —sentí mi bastón en mi mano, di unos cuantos pasos para retomar mi camino.
—¿Acaso no piensas ir a clases? —Alaia preguntó a mis espaldas.
—No —seguí con mi camino y escuché los pasos de ella seguir con el suyo.
—Señor Lombardi es un placer tenerlo de nuevo en esta institución —mierda, que susto, esa voz la reconocía perfectamente, la rectora, nadie tenía una voz tan chillona como la de ella— espero se sienta cómodo como siempre, no sabe cuanta falta hacia su presencia por estos pasillos —si como no, seguro le hizo falta el dinero que le daba cada vez que me enviaban de visita a su oficina por alguna pelea o cualquier otro problema.
—Yo no extrañaba el lugar, pero como se da cuenta tuve que volver, es mi último ciclo.
—Le voy a designar a una estudiante para que se le pueda hacer menos complicado desplazarse, su madre me habló de su situación.
—No es necesario, puedo hacerlo solo —antes de siquiera escucharme ella ya estaba llamando a alguien.
—Señorita venga por aquí por favor —los pasos de la chica se acercaron— ¿cómo te llamas?
—Dasha, señora —al parecer era de primer ciclo, ¿qué es eso de 'señora'?.
—Muy bien Dasha, desde hoy serás la acompañante del señor Lombardi, irás con él al salón que le toque lo dejarás ahí y después tu irás al tuyo, lo mismo para la salida lo llevarás a la puerta y lo dejarás con la persona que venga a recogerlo, le harás que se sienta cómodo, ¿me entiendes? —se refería a mí como si fuera un niño y eso ya me estaba haciendo sentir incómodo.
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Un Mundo Diferente [completa]
Ficção AdolescenteIsaac y Alaia, dos jóvenes con vidas totalmente diferentes que el destino juntará en circunstancias poco favorables, estas mismas harán que ellos se odien y no se soporten al instante de conocerse. Como dicen por ahí del odio al amor hay un solo pa...