32.

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maratón 2/?
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Sophie tomó a Milo de las persillas de sus pantalones, estaba enojada, el continuaba lanzándole miradas asesinas a Pearce. La castaña captó su atención, tomando esta vez parte de su camisa.

-¡Basta!- siseó- vamos afuera, ahora- señaló la salida de la casa, Milo quiso discutir pero ella volvió a insistir, escuchó la voz de Pearce acercarse:-Ahora no- lo señaló.

Siguió a Milo a través del jardín hasta la salida, mirándolo confundida, el pelinegro pasó una mano por su cabello, bastante molesto, Sophie nunca lo había visto así.

-Lo siento, se lo que debes estar pensando- dijo, ella se encogió de hombros- pero te vi contra esa pared y me volví loco.

-Esta bien- contestó- te entiendo, igual no estaba tan cómoda con Pearce- confesó- no fue la forma correcta de hacerlo pero... gracias.

Ambos se sentaron en la calzada, con el bullicio detrás de ellos, Sophie no le importó quitarse los tacones un rato, se quedaron silencio.

-Eso que dijo no es cierto, Sophie- la castaña lo miró, Milo identificó esa mirada, esa tristeza en sus ojos y odió que fuera por su culpa- no es cierto que no te quiero.

Sophie desvió la mirada.

-Fue el calor de la discusión, lo entiendo- contestó sin ánimos, aunque ella realmente no creía que el la quisiera- igual, no tienes que decirlo por lastima.

-¿Decir por lastima que?- cuestionó confundido, Sophie se encogió de hombros- no, muñeca. No te miento. En serio te quiero.

-¿De que forma?- preguntó de pronto, Milo quedó en silencio ante esta pregunta, ella asintió- lo entiendo.

-¡No! No es eso, es solo que...- soltó un gruñido- solo quiero, no se como dejar de arruinarlo contigo.

Sophie le sonrió sin ganas.

-De igual forma eso no importa ya- contestó- tu estás con ella, no hay nada que explicar, no hay nada que discutir ni nada por qué lamentarse, te recuperaste mas rápido de lo que pensé.

-No es así...- susurró, pero ella se puso de pie, sacudiendo la parte de su vestido para irse-muñeca, te llevo a casa.

La castaña se abrazó a si misma, negó con la cabeza, pero Milo insistió, por si fuera poco, Gia apareció por la puerta principal, Sophie rodó los ojos.

-¿Todo está bien?- preguntó, mirándolo a ambos, estudiandolos con la mirada, Sophie asintió.

-Ya nos vamos- le respondió Milo- ve por tus cosas- Gia asintió, Sophie entró a la casa por su chaqueta y bolso, no sabia porque se castigaba de esa forma, en el mismo auto con Gia y Milo, el auto donde lo habían hecho.

Se sentó en el asiento trasero, cerrando sus ojos, fingiendo estar dormida para que no la molestaran,pensó que hablarían entre ellos, pero el auto solo era silencio. Abrió los ojos, encontrándose con las manos de ambos entrelazadas, una lágrima cayó por su mejilla, cosa que trató de ignorar.

Una vez vio su casa, una sensación de alivio se instaló en su pecho, bajó del auto sin decir nada, corriendo por el jardín delantero, abrió la puerta principal, sin querer hablar o enfrentar a Gia pero la voz de la neoyorquina se escuchó.

-Sophie, espera- habló una vez que estuvieron ambas dentro de la casa- ¿que esta ocurriendo entre nosotras? Todo esta demasiado tenso.

La chica estaba por subir las escaleras, quedándose a mitad de estas, soltó una risa sarcástica:-¿Qué sucede?- preguntó dándose la vuelta, pero sin bajar los escalones- ¿en serio me vas a preguntar eso?

Cybersex 《Milo Manheim》✔ EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora