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Sophie sentía que en cualquier momento iba a vomitar, miró la escena aturdida, Milo se separó de Meg al instante, también sorprendido, como si de un shock eléctrico se tratase, se apartó de la rubia.

-¿Qué hiciste?- preguntó el actor- Meg, escucha, te amo, eres de mis mejores amigas, pero lo que pasó fue hace mucho tiempo y ahora estoy con Sophie.

-Yo... lo siento- empezó a hablar la rubia, Milo comenzó a mirar a su alrededor, buscando a Sophie, pero lo único que pudo divisar fue una falda de lentejuelas saliendo apresuradamente del lugar- ¿Milo?

Pero el chico no escuchó, se apresuró a correr afuera de la discoteca. Sophie no quería llorar, estaba segura de que Milo no había querido besar a Meg, lo había visto separarse, ¿o que había visto? Sintiéndose mareada, casi corrió a la salida, dando tropezones y avanzando entre la bulliciosa multitud.

El aire frio y fresco de Canadá la golpeó en el rostro, salió apresurada, casi resbalando en plena calle, pasó una mano por su rostro,  tenia un nudo en la garganta y unas ganas tremendas de vomitar, en su mente no paraba de reproducirse la imagen de ellos dos besándose.

Milo miró alrededor de la calle casi vacía, a excepción de la fila para entrar y algunas personas que se iban o salían para fumar, Sophie estaba apoyada de un cesto de basura, con arcadas, mientras un grupo de chicas le preguntaba si estaba bien.

Avanzó rápidamente hacia ella, llamando la atención del grupo, quienes lo miraron primero en modo de alerta y luego lo estudiaron con la mirada.

-Sophie, ¿estás bien?- se apresuró a preguntar, acercándose a ella y a la chica que le sostenía el cabello.

-¿Quien eres?- preguntó la teñida de azul- ¿su amigo o algo?

-No la dejaremos en manos de cualquiera- amenazó la otra, que tenía uñas exageradamente rosadas.

Sophie se incorporó con lentitud, mientras otra del grupo ataba su cabello en una coleta:-Es mi novio- respondió débilmente.

La peliazul se le acercó, susurrando:-No tienes que irte con él, si te hizo algo, dinos- Sophie negó- bueno, cuidate mucho ¿si?

Las tres chicas la abrazaron, despidiéndose de ella para luego entrar a la discoteca con sus brazos entrelazados. La pareja se miró, la piel tostada de Sophie estaba realmente pálida, y su corazón dolía, aunque no era literalmente, sentía como lo estrujaban.

-Sophie...- empezó- sé que nos viste, y lo siento, yo no sabía que ella me besaria, solo estábamos hablando y de repente lo hizo, no quería fallarte.

La castaña suspiró, abrazándose a si misma:-Se lo que vi, Milo. Sé que te separaste, y sé que, no querías hacerlo, pero ahora solo quiero irme a dormir, así que, ¿puedes llevarme al departamento?

-Tenemos que hablar,muñeca- insistió, pero al ver la mirada triste de Sophie, dejó caer sus hombros- ¿Me crees?

La chica realmente no tenia cabeza para responder eso, solo quería irse a casa, suspiró mientras temblaba por el frío que hacía.

-Mira, no quiero hablar de eso, no ahora, no ahora que no estoy muy molesta y siento que en cualquier momento voy a explotar- la voz le tembló pero no lloró- no quiero recordar que se besaron, no quiero pensar en eso, repito, quiero irme a mi casa. Hablaremos cuando este calmada.

Milo asintió, la chica ajustó la correa de su pequeño bolso y caminó hasta el auto de Milo, no derramó ni una sola lágrima.

Y eso le preocupó.

Cybersex 《Milo Manheim》✔ EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora