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-Quisiera quedarme contigo en el apartamento por siempre- musitó Sophie, Milo conducía hacia el apartamento donde Chandler, Kylee y Meg se quedaban junto a Ariel- en serio.

-Yo también, y sobrevivir a base de comida para microondas- Sophie sonrió ante esas palabras- pero con tanta tensión, te haría bien salir un rato con los chicos.

-Y conmigo- interrumpió Gia desde el asiento trasero- o sea, realmente amo que estén juntos y odio interrumpir estos momentos, pero es cierto Sophie, con toda la mierda que te está tirando tu mamá, te vendría bien salir.

Sophie se encogió de hombros.

-¿Cómo les va con su mejor amiga?- preguntó Milo, a propósito, para saber un poco de como se comportaba Heather, intercambió miradas rápidas con Gia por el retrovisor, la neoyorquina todavía estaba decepcionada, cuando se enteró de lo que había pasado, parecía un chiste de mal gusto.

-De hecho, no se comporta tan mal como pensamos- respondió Sophie, ajena a todo- comemos juntas a veces y no es tan malo, quizá ya toda esa situación pasó y podemos llevarnos bien, ¿cierto, G?

La neoyorquina suspiró.

-Supongo, no lo sé- se limitó a responder- no confías en una víbora solo porque no te pique al principio, tenemos que esperar para sacar conclusiones.

-Estás siendo pesimista- rodó los ojos- solo dejemos todo estar, y nos llevaremos bien con ella. ¿Tu que opinas, amor?- se dirigió hacia el pelinegro, quien sacó su móvil para llamar a Meg y decirle que estaban por llegar al edificio.

-Ehm, no se, después de todo creo que no deberías fiarte de Heather, muñeca- respondió- Gia tiene razón, cosa sorprendente.

-Están demasiados paranoicos- sentenció, tomó su bolso y salió del auto, casi corriendo para abrazar a Ariel, quien la recibió dando un chillido emocionado.

Gia esperó que Milo estacionara el auto, tomando sus cosas y primero quiso contenerse, pero terminó por hablar.

-Tienes que decírselo, Milo- empezó, el pelinegro la miró- tienes que tomar valor y decirle cuantas veces te cogiste a Heather, porque fue tu maldito error, Sophie esta toda ignorante, cerca de ella, y mira yo no confío que esa bruja se este portando bien. La va a lastimar, le va a doler cómo el demonio, quizá sea una de las cosas más horribles que escuche por ahora, pero es mejor que se lo digas tú- lo señaló, ahora molestandose- Mírame cuando te hablo, imbécil.

Milo se giró, mirándola, Gia se sorprendió al ver sus ojos enrojecidos, tragó grueso, de repente el ambiente se había convertido tenso, la neoyorquina quería mucho a sus amigos, pero tenia que ser firme con el.

-¿Crees que no lo sé?- preguntó con voz temblorosa- ¿Crees que no sé qué la voy a lastimar? ¡Mierda! Se que tengo que decirle todo, pero no puedo, no quiero perderla, no quiero volver a lastimarla.

-¿Y crees que no la lastimas ocultandole la verdad?- retó, casi alzandole la voz- Mira, no quiero ser la que te diga esto, pero lo haré, abre tus malditos ojos, vas a perderla si sigues teniendo secretos con ella, ¡cuéntale también de Meg! No se enojará, ya me lo ha dicho. Se sincero con ella. Se el chico que se que quieres ser con Sophie.

-No es tan fácil- respondió- no quiero volver a sentir esta presión en el pecho cuando la veo llorar, no quiero ser el que le haga daño. Sophie es todo para mí, no voy a lastimarla, no otra vez.

Gia negó con la cabeza.

-Se lo dirá ella, Manheim. Se va a enterar de la peor forma y te va a dejar- amenazó- te vas a arrepentir de no haber sincero con ella. Dios, estoy harta de esta mierda, estoy harta de tener que salvarte el culo cuando la cagas, cuando se entere y te des cuenta de lo que hiciste, no voy a interceder, voy a proteger a mi amiga, a mi chica, y créeme que no haré nada para que ella te perdone.

Cybersex 《Milo Manheim》✔ EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora