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Milo miró con firmeza al chico que venia hacia ellos, enojandose por la forma en que veía a su novia, la tomó de la cintura firmemente, el chico era un rubio con cara de imbécil a ojos de Milo.

-Strode, ¿cómo estás?- preguntó intentando sonar sensual, ella lo miró con asco y rodó los ojos.

-¿Desde que no me hiciste llegar al orgasmo?- preguntó retoricamente, fingió pensarlo-bien.

El chico seguía ignorando la presencia de Manheim, soltó una risa sarcástica y la estudió con la mirada:- Haz cambiado mucho desde la última vez que te vi.

-No me digas- soltó- bueno, realmente quisiera tener tiempo e interés para hablar contigo, Liam. Pero estoy con mi novio, así que, adiós.

Le tomó la mano a Milo, pero Liam continuó hablando.

-No me digas que estás molesta por esa vez- se burló-podemos repetir para que veas que la pasas mejor.

Milo le empujó:-Cuidado con lo que dices, basura- amenazó- no le hablarás así a mi chica.

Liam rió:-¿En serio eres novia del niño zombie?- Milo estaba respirando hondo para no golpearle, Sophie lo tomó de la mano.

-Si, es mi novio y es superior en todos los sentidos- sonrió falsamente- ahora deja de joder.

El chico le lanzó un beso burlón y se fue, Milo lo miraba cómo si quisiera asesinarlo, ella suspiró negando con la cabeza, buscando abrazar a su novio, quien la recibió con gusto.

-¿En serio saliste con ese idiota?- preguntó bufando- no es ni siquiera la cuarta parte de lo que mereces, es un imbécil por completo. Lo detesto.

Sophie sonrió, besandolo en la mejilla:- Bueno, era una niña que nunca había llamado la atención de nadie, además, mis amigas no eran vírgenes, ¡no fue una buena decisión okay!- se excusó, mientras tomaba las fresas con crema del mostrador y Milo pagaba- no se ni que hace acá, no lo veo desde esa vez que me dejó en mi casa.

Milo tomó una fresa, ambos se sentaron en la mesa, miró a Sophie, quien comía entretenida la crema:-No sé cómo pudo haberte hecho eso.

Ella le dio una media sonrisa, extendiendo su mano sobre la mesa, para tomar la del pelinegro.

-Borraste cada rastro de él, ¿recuerdas?

[...]

Sophie se encontraba en el taller, arreglando algunas prendas que le habían encargado, mordía su labio constantemente mientras usaba la maquina de coser, y en la punta de su nariz, caían unos lentes de fórmula que nunca usaba en público.

Arreglar una camisa para Milo era pan comido, no necesitaba tomarle las medidas, conocía bien ese torso, Gia estaba unas mesas más atrás, combinando telas y picando retazos para vestuario de extras. Heather se había ido a buscar más tela al depósito y no es como si Gia la extrañara mucho.

-¿Iremos hoy a lo de Ariel?- preguntó Gia, alzando un poco la voz por el lugar- no se que ponerme, así que- alargó las vocales- necesito tu ayuda.

Sophie siguió cosiendo unos segundos, para luego responder:-Claro que iremos- acomodó sus lentes- Milo nos llevará, aunque claro, creo que te quedas con Pearce.

Gia frunció los labios.

-No sé qué te hace pensar eso- contestó- amo mucho dormir sola, así que, quizás no me quede con él.

-No sé porqué no aceptas que estás loca por él.

La neoyorquina rodó los ojos:-Bueno, decirlo en voz alta es hacerlo realidad y sinceramente, no quiero perder mi estabilidad emocional por el.

Cybersex 《Milo Manheim》✔ EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora