Extra 2: La vida diaria de Xiao Huang

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El sol de la mañana brillaba en las flores, los rayos de luz estaban impresos en el pelaje negro y amarillo. El chirrido de la puerta al ser abierta, perturbó su maravilloso sueño de estofado de cerdo, Xiao Huang abrazó su cabeza con insatisfacción, tratando de continuar el hermoso sueño en ese mismo momento; sin embargo, esa persona siempre era tan aburrida.

—¡Estúpido tigre, el sol está brillando en tu parte trasera!—. Jing Shao pateó a la bola de pelo que se encontraba en las flores con su pie.

Xiao Huang le dio una mirada al tipo que se estiraba y le mostró sus dientes con molestia. Naturalmente, había sido criado por su amo, quien no era muy inteligente y nunca recordaba su nombre, "bola de pelos", "tigre peludo", "estúpido tigre". En el suelo él estaba gritándole desconsideradamente, pero como era un tigre con una vasta paciencia, Xiao Huang no tenía la intención de discutir con él, sólo movió su cabeza y se apresuró en irse al interior de la habitación.

La persona de Xiao Huang se encontraba recostada encima de la grande y suave cama, con un brazo a un lado de la cama, luciendo delicioso, el peludo tigre se inclinó hacia adelante y extendió su lengua para lamerlo.

Mu Hanzhang sintió una picazón en su palma, abrió sus ojos, y vio a una grande y peluda cara que lo estaba observando con ojos claros. Sin poder evitar reír, le dio unas palmaditas en el pelaje de su cabeza, se dio la vuelta y siguió durmiendo. Xiao Huang inclinó la cabeza y lo miró por un momento, luego estiró sus garras para engancharlas en aquel cabello oscuro. Aunque su dueño no tiene un hermoso pelaje, estos pelos largos son más preciosos que la cola del caballo, así que esto compensa el sufrimiento de no haber tenido un pelaje.

A Xiao Huang le gustan mucho estos pelos lisos. Agarró aquel largo cabello con sus dos garras, lo rascó una y otra vez hasta que el largo y suave cabello se convirtió rápidamente en un desastre, y también se manchó con algo de tierra. El gran tigre lo lamió con descontento, llegando a lamer la tierra para limpiarlo.

—¡Cosa estúpida, una vez más has babeado encima!—. Jing Shao dejó el desayuno que estaba en su mano, agarró la peluda nuca del tigre y lo llevó hasta afuera para llevarlo al Patio de animales en el Lado Oeste.

El antiguo Patio Oeste de la Residencia de Cheng Wang y del Marqués Wen Yuan había sido demolido, pero en realidad, se plantó hierba allí tal y como Jing Shao lo había dicho. El Palacio Imperial no podía contener a feroces bestias, así que la Emperatriz le dio su león a Cheng Wang, por lo que ahora el león vive en el Lado Oeste.

Xiao Huang era un visitante frecuente aquí. Al entrar a ese camino familiar, encontró al león dormido.

En aquellos días el pequeño león ya ha crecido, con una larga melena marrón en su cuello, se ve absolutamente formidable. Xiao Huang siempre ha simpatizado con él. Después de todo, el pelaje de su cuerpo es muy corto y no tiene rayas. Así que sólo un bondadoso tigre como él jugaría y lo acompañaría.

El gran león abrió sus ojos cuando olió al tigre, pero todavía estaba perezosamente acostado sin moverse, esperando a que el peludo tigre viniera solo. Xiao Huang se acercó con la cabeza erguida y con una presencia imponente, se inclinó al lado del león y él aceptó el saludo matutino de este pequeño hermano, permitiéndole lamer su pelaje y morder la cabeza del león.

El león bostezó, inclinó su cabeza y lamió la cabeza del peludo tigre, luego puso su gran cabeza en las patas delanteras del tigre, entrecerró sus ojos y siguió durmiendo perezosamente. Xiao Huang estaba muy insatisfecho con la flojera de su hermano menor, así que abrió la boca para morder la oreja del león y mordió varios bocados en la parte superior de esa cabeza. El león movió su cola con desaprobación y continuó ocupando las suaves patas del tigre.

El flautista y el vaqueroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora