29: Ungüento perfumado

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Mu Hanzhang miró con frialdad al arrogante Mu Yangwen, para luego acercarse a él lentamente, y abofetearlo con una sonrisa de satisfacción en su rostro.

Mu Yangwen quedó atónito por la bofetada, lentamente se dirigió a él. —¡Mu Hanzhang, así que te atreves a golpearme!

Y ni bien terminó de quejarse, otra bofetada cayó en su adolorido rostro, dejando a Mu Yangwen completamente aturdido.

—Soy tu mayor. ¿Cómo puedes hablarme así? ¿No te ha enseñado el Tercer Tío acerca de la piedad filial?—. Mu Hanzhang miró desde arriba a su primo quien aún estaba tambaleándose por la rudeza de sus golpes.

—!Mu Hanzhang, estás yendo demasiado lejos!—. Cuando Mu Huafeng vio que esta persona golpeaba a su hermano menor, entonces él se dispuso a levantar su puño para golpear a Mu Hanzhang.

Sin embargo, los dos guardias, que estaban detrás de Mu Hanzhang sacaron las espadas de sus cinturones, asustando a todos en el lugar y los hizo retroceder medio paso atrás. Así que el más joven de ellos solo pudo comenzar a llorar de impotencia.

—¡Basta!—. La profunda y resonante voz del Marqués del Norte llegó desde atrás, mientras se acercaba de mal humor.

El grupo de la familia Mu, habitualmente temblaba cuando escuchaba el sonido de la voz del jefe de familia. Sin embargo, ante esta situación, todos en ese grupo de familiares de Mu Hanzhang se sintieron aliviados.

—¡Jun Qing!—. Jing Shao se apresuró y colocó a su Wang Fei entre sus brazos. —¿Estás bien?

Mu Hanzhang apretó sus labios con fuerza, no pudo evitar inclinarlos ligeramente hacia arriba. No importa cómo se mire a la escena frente a él, estaba demasiado claro que él les estaba dando una lección. Este tipo de acciones eran realmente...

Cuando Jing Shao vio que la persona entre sus brazos estaba bien, se volvió hacia Mu Yangwen, quien empezó a cubrir su cara, y a Mu Huafeng, quien se olvidó de mostrar su puño. —Padre Marqués, dejando de lado el hecho de que Jun Qing es mi Wang Fei, en la casa del Marqués del Norte, ¿acaso no tienen que respetar a sus hermanos mayores? ¡La cortesía de la piedad filial en la familia Mu es realmente una revelación para este Príncipe!

Mu Jin estaba tan enojado que su rostro se tonó de un verde color en cuestión de un segundo, para después dejar una blancura en él. Señalando a sus dos sobrinos, expresó: —Ustedes dos, vayan y dedíquense a copiar "piedad filial" cincuenta veces cada uno. Si no pueden terminar de copiarlo, ¡no podrán cenar!


Mu Yangwen todavía quería decir algo, pero Mu Jin lo fulminó con su mirada y solo se resignó a seguir a sus hermanos, dando una vuelta para acompañarlos a su castigo.

—¡Esperen!—. Jing Shao soltó a su Wang Fei y los detuvo con un grito. —Las leyes de la familia y del país son inseparables, por lo que la falta de respeto a un Wang Fei, ¿no es acaso un crimen?

Sus dos sobrinos ya no seguían de lado de Mu Lingbao, por lo que se miraron el uno al otro, y debido a la declaración del Wang Ye, sintieron un fuerte temor, y solo pudieron pensar en mirar hacia su tío en busca de ayuda.

—Wang Ye debería calmarse, los niños no son sensatos—. Mu Jin ya también estaba un poco incómodo, y miró a Mu Hanzhang, quien se ocultaba a medio paso detrás de Jing Shao.

Mu Hanzhang, al ver cómo se había tornado la situación, se acercó y agarró el brazo de Jing Shao, instándolo gentilmente. —Está bien, todos son hermanos de mi familia, no te enojes más Wang Ye.

Jing Shao al escuchar estas palabras, palmeó su radiante y delgada mano. —Si a Wang Fei no le importa molestarse por esto, entonces este asunto se va a considerar terminado. Si en el futuro este Príncipe ve que alguien le falta el respeto a su Wang Fei, ¡no le culpen por pelearse y volverse hostil con ellos!


El flautista y el vaqueroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora