45: Embriagado

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En ese momento en la carpa central, las luces eran muy radiantes y se oía un fuerte alboroto de voces. Y de vez en cuando, se podían escuchar los gritos de la gente mientras jugaban "charadas". Jing Shao pudo oír todo eso y tuvo un mal presentimiento. Por lo que levantó la cortina de la entrada.

Vio a algunos oficiales militares sentados uno al lado del otro, obviamente ya borrachos y todavía seguían jugando. El oficial militar de caballería tiró del oficial de infantería, hablando incesantemente. El general del protectorado de la derecha se colgó del cuerpo del general del protectorado de la izquierda y se quejó entre lágrimas: —Solo le di una paliza a ese hijo de puta, pero maldita sea, esa zorra me dio una bofetada. Yo sólo tenía siete años en ese momento ah, oh...—. El general del protectorado de la izquierda al que estaba aferrado lo escuchó llorar sin expresión alguna, sosteniendo su mano; mientras que el primero tomaba a una copa con vino para beber de ella lentamente, dejando que el otro hombre, aún sobrio, le secara sus lágrimas y mocos.

Zhao Meng estaba de muy buen humor y actualmente estaba hablando con Mu Hanzhang sobre los momentos vergonzosos de Cheng Wang en el desierto. —Wang Ye cayó de cabeza de su caballo. ¡Había una piedra en la duna de arena, y casualmente cortó un gran agujero en los pantalones de Wang Ye! Wang Ye no tuvo tiempo de preocuparse por eso y levantó su espada para cortarle la cabeza a ese hombre—. Dijo alegremente el general Zhao, quien aún seguía con su torso desnudo. Luego no pudo evitar levantar su mano para colocarla sobre el hombro de Mu Hanzhang, y dijo con una baja voz: —Ja, ja, ja, si hubiera estado un pelo más cerca, ¡la vida de Wang Ye hubiera terminado! A su vez, cuando el emperador le pidió a Wang Ye que tomara a una esposa masculina, también nos preguntamos si era porque estaba realmente herido en ese momento, jeje...

Jing Shao por casualidad vio esta escena, y al instante se puso demasiado furioso. Por lo que corrió y tiró a Zhao Meng al suelo con un puñetazo, para después levantar a su Wang Fei de su asiento.

—¡Wang Ye, tú también vienes a beber!—. Zhao Meng no sintió ningún dolor en absoluto, solo se acostó en el suelo y sonrió mientras miraba a Jing Shao.

—Simplemente bebió demasiado. ¿Por qué le pegaste?—. Las mejillas de Mu Hanzhang estaban un poco rojizas, pero sus ojos estaban claros; y era obvio que no había bebido demasiado.

—Se atreve a faltarte el respeto, ¿cómo puedo tomarlo a la ligera?—. Jing Shao estaba enojado y pateó a la persona en el suelo un par de veces.

—¡Dices tonterías de nuevo!—. Mu Hanzhang lo fulminó con la mirada. ¿Era una falta de respeto que un hombre le pusiera sus brazos alrededor de los hombros de otro? Al mirar a su alrededor, soltó un suspiro de alivio antes de darse la vuelta y salió. —Finalmente, todos ya han bebido al menos hasta desmayarse, regresemos—. Estos hombres del ejército eran realmente buenos para beber. Aunque Mu Hanzhang tenía una lengua simplista y los animaba a beber, solo cayeron desmayados hasta ahora, después de haber bebido durante tanto tiempo.

Jing Shao escuchó estas palabras y se rió levemente. Estas personas querían emborrachar al asesor militar, pero al final, resultó ser el asesor militar quien los emborrachó. Estaba a punto de tirar de su Wang Fei, pero se dio cuenta de que Mu Hanzhang ya había tropezado con Zhao Meng, quien seguía tirado en el suelo, y casi se iba a caer. Por lo que Jing Shao rápidamente extendió su mano y abrazó a Mu Hanzhang. —Jun Qing, ¿has bebido demasiado?

—Solo probé algunas tazas—. Mu Hanzhang levantó su mano y se frotó la frente. Sintiéndose un poco mareado, apoyó su cabeza en el hombro de Jing Shao y le murmuró en voz baja: —Este vino es un poco fuerte...

Sus palabras llevaban el leve aroma del vino, y esa cálida y suave voz, inmediatamente hizo que Jing Shao se sintiera como si una pata de un gato le estuviera rascando su corazón, provocándole un dolor insoportable. Miró a su alrededor y vio que aquel grupo de borrachos no les estaban prestando atención, por lo que Jing Shao recogió a su Wang Fei en estilo princesa y salió del lugar. Y cuando pasó junto a Zhao Meng, no pudo evitar patear al otro hombre de nuevo. Para luego volverse para salir de esa carpa, sin pensar en las demás personas.

El flautista y el vaqueroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora