—¿Esto es...?—. Mu Hanzhang frunció su ceño y miró a Jing Shao.
—Están preparándose, eso es todo, no hay problema—. Jing Shao sonrió y lo llevó a caminar por el campamento.
La base de equipamiento de aquí es básicamente similar a la del ejército de Cheng Wang. Y este campamento tiene la capacidad para albergar a miles de personas, pero el número actual de gente es menor a mil.
—La gente aquí tiene que ser reclutada lentamente, y todos provienen de afuera de la capital—. Jing Shao caminó hasta el establo y miró al vacío cobertizo.
—¿Los caballos que le pediste que comprara mi padre son para este propósito?—. Mu Hanzhang recordó que el Marqués del Norte le había mencionado que traería caballos desde el Noroeste, uno tras otro.
—Sí—. Le respondió Jing Shao, y se sentó en la cerca de madera que sostenía el establo, mientras iba sacudiendo sus pies cómodamente y miraba a los soldados que estaban entrenando en silencio desde no muy lejos, e inexplicablemente se sintió alegre. El ejército privado aquí era su última carta de triunfo. Si hubiera habido esta fuerza en su vida anterior, luego de salir de la cárcel, ninguno de los dos hubiera sentido miedo.
—Este es un ejército privado. Si alguien se entera, pueden pensar que es un intento para rebelarte—. Mu Hanzhang estaba muy preocupado.
Jing Shao saltó, y puso a la persona que estaba con el ceño fruncido en sus brazos para después darle un beso en la mejilla: —Lo solucionaré, no te preocupes—. Habían docenas de millas desde la capital hasta la montaña Fengyue, y se le hacía difícil respirar cuando pensaba en ello, y no pudo evitar acercar al otro hombre a sus brazos.
Cuando fueron de camino a otro pueblo, Mu Hanzhang estaba en silencio. El árido bosque estaba a sólo treinta millas de la capital. Por lo que se pueden ver los fuegos artificiales de la ciudad. Y si es que se tiene rápidos caballos, se puede llegar a la puerta este de la ciudad en media hora. Así que se puede decir que con este ejército, Jing Shao puede llegar a forzar al Palacio. Una vez expuesto este asunto, las consecuencias serían desastrosas. Además el formar un ejército privado no es algo de lo que alguien se pueda permitir con unos pocos miles de taels de plata. Por lo que es básicamente un pozo sin fondo, y se tiene que invertir dinero constantemente en él...
Cuando Jing Shao vio a la persona en sus brazos meditando, no lo molestó, simplemente lo abrazó más para que se sintiera más cómodo. Y luego, lo condujo directamente al otro patio.
En la época de la primavera a principios de febrero, el clima era medio frío, pero no helado, por lo que lo hacía adecuado para ir a las aguas termales.
Después de sacarse su abrigo, Mu Hanzhang volvió a sus sentidos y descubrió que ya se encontraba junto a la piscina de aguas termales, y Jing Shao se estaba desvistiendo con entusiasmo.
—Estamos a plena luz del día...—. Mu Hanzhang se sonrojó de inmediato y tuvo que volver a colocarse su cinturón.
—Hace frío, está bien sumergirse en las aguas termales durante el día, pero por la noche no podrás soportar el frío—. Le dijo Jing Shao solemnemente.
Mu Hanzhang lo miró y observó a la piscina de aguas termales que estaba detrás de él.
Febrero es la temporada en la que florecen las camelias. Así que el jardinero había plantado muchas camelias en el área abierta que estaba junto a la piscina, eran solo blancas y de un pálido rosa. Las flores brotaban como humo por todas partes, y el clima era un poco sombrío mientras el sol brillaba entre las espesas nubes. El área circundante era grisáceo, y solo los brotes eran muy radiantes, combinados con la niebla que se llena de las aguas termales, daba una sensación etérea como si estuvieran perdidos en un mundo inmortal.
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El flautista y el vaquero
RomanceLa esposa es lo primero, el país es lo segundo y el marido es de menor importancia. Toda su vida se la pasó montando un caballo de guerra y cumpliendo meritorios servicios militares. ¿Pero cuál fue el resultado? Al final, fue dejado de lado una vez...