66: Lu Niao*

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Después de seleccionar las cosas que "malversarían", Mu Hanzhang pidió a los generales del protectorado de izquierda y derecha que vinieran a ayudar a contar y hacer un inventario de los artículos hallados en la casa del tesoro uno por uno para registrarlos en un libro. Por supuesto, también obtendrían una parte, por lo que el general del protectorado de izquierda recibió una espada, y el general del protectorado de derecha recogió una bolsa llena de perlas. En cuanto a los otros dos generales, considerando la integridad de Hao Dadao y la gran boca de Zhao Meng, ellos decidieron por unanimidad no decirles.

Jing Shao convocó a cientos de guardias para vigilar la casa del tesoro. Después de hacer el recuento más claramente, tenía todo, aún así, dejó a una caja, mientras que el resto lo escoltó a la capital.

En su informe, Jing Shao dijo directamente que el Rey del Sureste había sido asesinado por una de sus propias concubinas, y en cuanto a las candidatas, Jing Shao escribió el nombre de la mujer que había abrazado la pierna de Jun Qing.

Descansaron en el palacio del sureste durante más diez días mientras esperaban el decreto imperial para poder lidiar con las consecuencias. Jing Shao recompensó a los tres ejércitos con ese cofre de plata. Luego despidió a los ejércitos Shu, Xiang y Qian en el acto, y llevó a sus tropas personales al norte de Jiangnan.

Después del periodo de descanso y agricultura, Ge Ruoyi se recuperó por completo. Se puso la ropa de una sirvienta y continuó sirviendo a Mu Hanzhang. No dijo ni una palabra sobre lo que había experimentado en el Palacio del Sureste en los últimos meses. Además, tácitamente Jing Shao tampoco le preguntó.

El clima se había vuelto frío, especialmente cuando marcharon desde el sur al norte, claramente, pudieron sentir aquella frialdad.

De todos modos, solo estaban viajando. Jing Shao dejó de mantener su cara, y se subió al carruaje para acurrucarse en la cama de su Wang Fei.

Debido al frío clima, Xiao Huang ya no servía como reposapiés, sino que en cambio, se acostó horizontalmente, actuando como una almohada cálida. Pero había un problema con esta viva almohada...

—Jun Qing...—. Jing Shao besó suavemente el cuello de la persona debajo de él y mordisqueó su hermosa clavícula.

—Hmmm, no, Ge Ruoyi está afuera...—. Le dijo Mu Hanzhang en voz baja.

—Está bien, estaremos en silencio—. Le susurró Jing Shao al oído.

La voz levemente ronca roció los oídos de Jun Qing con un ardiente calor, y la persona en sus brazos empezó a temblar. Jing Shao sonrió y se movió hacia el otro lado para morder la oreja ajena. Luego, vio una pata esponjosa que se extendía hacia esa luna de jade azul y una horquilla de nubes que fluía. Se enganchó de ella, y se movió de adelante hacia atrás.

Jing Shao: —...

Mu Hanzhang: —...

Como resultado, Xiao Huang fue expulsado para convertirse en un reposapiés una vez más.

Jiangnan en el duodécimo mes lunar no era tan colorido como en el tercer mes, pero las marchitas hojas de loto y los sauces tenían algo interesante en su esencia.

La ciudad en la que se quedaron se llama Pingjiang. No era la ciudad más grande de Jiangnan, pero era la más próspera. Además, el cuartel general militar de Jiangnan estaba aquí, y debido a que el feudo de Huainan estaba justo al lado de ellos, el ejército de Jiangnan también estaba estacionado fuera de la ciudad.

Aunque el Soldado Comandante de Jiangnan no fue a saludarlos, parecía que ya sabía que iban a llegar y les había preparado un lugar para que instalaran el campamento de antemano. Dejando a su ejército en el campamento de Jiangnan y a Zhao Meng a un lado para que "cuidara la casa", Jing Shao se llevó a su Wang Fei y a sus otros tres generales directamente a la residencia del Soldado Comandante de Jiangnan.

El flautista y el vaqueroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora