::Cuarenta y Tres::

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—¿Estás listo? —Pregunta la mujer viendo al omega sentado sobre aquella silla, el peligris veía la daga envenenada en su mano, viendo la punta de esta. Su cuerpo estaba tan débil y moribundo. No le quedaban más que una semana, su cuerpo estaba tan delgado y pálido, con un corazón luchando por seguir viviendo, aferrándose a la poca vida que tenía, negando la realidad.

—Si… —Respondió con una mirada triste en sus ojos cristalizados. Pensando en su vida, no fue muy larga y nada feliz. Había muchas cosas de las que se arrepentía, sintiendo un doloroso nudo en la garganta, desperdicio su vida en una guerra y venganza que no iba a ser capaz de terminar. Alzando la mirada vio a la diosa —Sé que es algo estúpido de preguntar ahora, pero… ¿Seré feliz al menos una vez? ¿O correremos con la misma suerte en mi otra vida?

—Lo serás, JungKook seguirá a tu lado… Pero puede que, él no te recuerde con agrado. Estará dolido mucho tiempo por las promesas que vas a romper —Dijo y el omega apretara el mango de la daga, sintiendo los ojos inundársele en lágrimas, desde que el JungKook de la otra dimensión le devolvió sus sentimientos para antes de morir, no hacia nada más que llorar, sus ojos ya estaban cansados y muy enrojecidos.

—Es entendible —Sonrió, aunque sus ojos lloraban —No sé si mi plan funcione, ya que solo estoy confiando en las acciones de JungKook después de mi muerte y su odio… —Vio a la diosa sintiendo su pecho doler —Mi alma queda en sus manos. Pero hasta que llegue el momento de nacer, cuide que no se acerquen a JungKook.

—Ni siquiera necesitas pedírmelo, puedes irte tranquilo, yo cuidaré de tu alma también hasta que ese niño nazca —Sonrió y el peligris desviara la mirada.

Alzando las manos, sostuvo la daga apuntando a su pecho, frunciendo el ceño la observo, dando una última respiración, tranquila y relajada, se atravesó el corazón con la daga.

Abriendo los ojos, TaeHyung parpadeo un par de veces, viendo la nada, era una inmensidad blanca sin nada alrededor —JungKook —Llamo al felino mientras comenzaba a andar, sintiéndose desorientado ¿Dónde demonios está?

—TaeHyung… —Le llamo alguien haciendo que se detuviera, volteando vio tras de él aquel hombre, una versión adulta de sí mismo, como entre los 28 años. Lograba reconocer su rostro a pesar de ese largo cabello y ropa antigua.

—¿Estoy soñando? —Pregunta y el hombre sonriera viéndole.

—Supongo que si —Se acercó y rodearlo observándolo —Todo esto pasa en tu mente, pero también es tu magia jugando —Sonrió burlón —Es fascinante —Le tomo las manos alzándolas un poco.

—¿Qué es fascinante?

—Lo parecido que somos, y a la vez tan diferente —Sonrió y TaeHyung viera esos ojos rojos y felinos, como los suyos cuando no los esconde.

—¿HanSung? —Cuestiona soltando sus manos y el mayor sonriera.

—Que rápido lo dedujiste.

—Creo que es bastante obvio —Respondió viendo al mayor.

—Tienes razón, me sentiría ofendido que no lo hayas notado —Suspiro sentándose en el suelo —La maldita bastarda regreso, la recuerdas ¿No? —Pregunta y TaeHyung le viera, se supone que es un sueño ¿Es su subconsciente hablando?

—Sí. Recuerdo muchas partes de tu vida, gracias por los traumas.

—Los deseos que se le piden a JungKook no son exactos y la mente es demasiado caprichosa, quería que recordaras lo necesario, pero terminaste teniendo recuerdos de más —Dijo y TaeHyung se sentara en el suelo también, viendo aquel rostro, libre de cicatrices. Un rostro perfecto a pesar de los años.

::Gatito mimado:♱:KookV::Donde viven las historias. Descúbrelo ahora