::Gatito mimado:♱:KookV::

::Cadáver::

Caminando tras de aquel imbécil, veía con desinterés los cuerpos sin vida que se habían amontonado en una pequeña montaña. Mientras escuchaba el tintineo de las cadenas de mis grilletes. El aquelarre se había expandido, pero también entró en conflicto con el reino vecino.

De no ser por mí, hubieran muerto todos estos cretinos idiotas. El nuevo líder del aquelarre es un tonto de mal carácter, la más mínima cosa lo hace explotar, impulsivo y violento.

Aunque HanSung no le liberó, había tenido una vida tranquila en el aquelarre, desde que el cuarto líder fue escogido comencé a ser tratado como un esclavo.

¿Cómo se atrevían? Humanos asquerosos, simples insectos inútiles.

No había poder humano que pudiera conmigo, pero el hechizo que usó HanSung en mí al convertirme en su esclavo, hacía que me castigarán anulando mis pecados… Dejando solo un Ángel asustado.

Dale un poco de poder a alguien débil sobre los demás y verás como se corrompe lentamente. Lo que más detestaba un orgulloso… Es que alguien esté por encima de él. Razón por la que siempre dejaba expuestos mis grilletes y cadenas, que todos los demás vieran quien era mi amo.

—¿Todos están aquí? —Pregunta el hombre con una sonrisa viendo a su subordinado. A mí realmente no me importaba su estúpida conversación, así que solo me limité a observar un pájaro mientras mi cola se meneaba lentamente, con las pupilas dilatadas, sentía mis instintos estar alerta.

No como. Pero el deseo de cazarlo persistía sobre todo, me había convertido en un ser que mata por diversión.

—¡JungKook! —Llamo el bastardo al que me unen estas cadenas. Con una mueca de desagrado le miré.

—¿Qué? —Respondí con desdén.

—Respóndeme bien—Se quejó, golpeándome en la cara con la fusta de su caballo.

La ira se apoderó de mí un momento, deseaba matarlo, las manos me hormigueaban por el deseo, pero cuando apenas mi cuerpo se movió para seguir mi sed de sangre, una fuerte descarga por parte de las cadenas me tiró al suelo escupiendo sangre.

—Cuando hables conmigo debes hacerlo con respeto, engendro de mierda, soy tu dueño —Me golpeo una y otra vez, mientras aquel castigo no dejaba de azotar mi cuerpo por la ira —A tu señor lo debes honrar, cosa estúpida.

Exhausto y con los ojos llorosos por el dolor, me quedé viendo mi sangre en el suelo, sintiendo los golpes con la fusta hasta que este se calmó, era menos dolorosos que el castigo de las cadenas.

—Debes comerte todos estos cuerpos —Dijo arreglando su camisa y yo levantara la cabeza para verle con desprecio —Escuche que te vuelves más fuertes al comer personas, eso hace tu pecado de la gula. Por eso no dejaban comer —Sonrió con maldad —Recolecte todo esto para ti, te darás un festín.

—Vete a la mierda —Respondí y este me pateara en la cara, rompiéndome el labio con mis colmillos, mi cuerpo estaba demasiado débil como para reaccionar.

Pero de nuevo aquel castigo comenzó, mientras más se usara seguido, más intensidad tomaba.

—¡Cómelo!

—¡No! —Me quejé y el castigo comenzará otra vez, los minutos pasaban y este solo comenzaba una y otra vez mientras más me resistía.

Ya sin fuerzas me quede en el suelo, sin poder respirar, mis pulmones y corazón estaban desechos, luchando por regenerarse, mi cuerpo ya no respondía y perdí mis orejas y cola.

—Come —Me volvió a ordenar y yo me arrastrará un poco hacia los cuerpos, no pudiendo resistirme, era doloroso hasta moverme —Cada uno de estos cuerpos, quiero que los comas, y si te detienes serás castigado, te estaré observando.

Dijo con molestia comenzando a marcharse, dejándome solo con los magos que me observaban con burla, ya que el rey del inframundo estaba en esa lamentable situación.

Bastardos malditos.

No pudiendo contener las lágrimas mojando mis mejillas de un color rojo por la sangre que las contaminan. Alce un brazo ya tieso del cuerpo y morderlo.

Arrancando un trozo lo mastiqué sintiendo su sabor. Me gusta y eso me asquea. Las lágrimas salían con más intensidad que antes.

Deseaba morirme, no quiero existir. Pero es imposible morir para mí.... Envidiaba los cuerpo que estaba comiendo.