::Setenta y ocho::

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Suspirando, SeokJin observaba todos los símbolos que se había aprendido, tenía los ojos cansados, pero aún no tenía sueño a pesar de que ya casi era pasada la media noche. El castaño se había dormido en el sofá de la sala mientras abrazaba a YeonTan, y aquellos dos aún no salían del estudio.

Ordenando los papeles en aquel silenció, sintió pesada aquella soledad.

No los conoce casi, así que no se siente muy cómodo entre ellos, nunca fue bueno socializando, no tenía sirvientes que atendieran cada una de sus necesidades, así que era un poco extraño para él esa nueva realidad, al menos agradecía tener comida y un techo sobre su cabeza.

La realidad le había caído encima como una tonelada de concreto; aún se sentía entumecido y un poco ausente emocionalmente, como si todo fuera únicamente un mal sueño.

Levantándose de la mesa, se acercó a la ventana y ver aquel cielo estrellado, la noche era despejada, sin ninguna nube pero bastante fría. Bajando la mirada vio el jardín, encontrando al minino sentado en una banca, solo con su gato mientras le acariciaba, absorto en sus pensamientos, viendo el cielo.

Saliendo de la casa, se acercó a él con un poco de inseguridad… Puede que JungKook le diera miedo, pero tampoco quería estar solo con sus pensamientos.

Los remordimientos y recuerdos le atormentan cada vez que tiene quieta su mente, razón por la que se esmeraba tanto en aprender sobre los talismanes.

—Es una linda noche, ¿No? —Comento, haciendo que JungKook volteara a verle, nervioso, mostró una incómoda sonrisa al minino.

—Supongo… —Respondió regresando su mirada al cielo.

Un poco inseguro, SeokJin se acercó de a poco, sentándose también en la banca, un poco alejado de JungKook. Suspirando contempló el cielo también. Eso es un logro para él.

—Sabes, cuando vivía en el castillo, solía escaparme en las noches y ver el cielo desde el techo del castillo —Comento, recordando su niñez —Me habían dicho que ahí estaba mi abuelo, así que solía salir para hablar con él.

JungKook solo le escucho sin responder.

—Puede que parezca tonto, pero me gustaba pensar que él me observaba desde ahí.

—Puede que así sea —Comento JungKook viendo fijamente el cielo, llamando la atención del alfa quien volteo a verle.

—¿Qué quieres decir?

—Cuando un alma ha vivido ya sus cinco vidas, se le envía al cielo como una estrella —Murmuro bajando la mirada pensando en TaeHyung, de no ser por Hansung, probablemente sería una estrella más.

Una hermosa y solitaria estrella…

—¿Se reencarna cinco veces? —JungKook asintió en silencio —¿Y qué pasa con las almas antes de reencarnar? ¿Nacen automáticamente al morir?

—Cuando las personas mueren, las almas son enviadas a un jardín, cuidado y protegido por la diosa. En ese lugar también crea nuevas almas y las guía para nacer. Pero mientras más remordimientos tuviste en vida, tardas más en volver a iniciar otra vez —Comento y SeokJin se quedará pensando.

—¿Yo qué número crees que sea? —Cuestiona, y JungKook levantará su mano, una bola de fuego azul apareció en su palma, apagándose de a poco dejó ver una esfera del tamaño de su mano, parecía suave y esponjosa, pero era blanca e irradiaba mucha luz, JungKook solo la contempló en silencio —¿Qué es eso?

—Tu alma —Respondió y SeokJin le viera con horror antes de tocarse el pecho.

—Devuélvemela —Se quejó.

::Gatito mimado:♱:KookV::Donde viven las historias. Descúbrelo ahora