::Cuarenta y Cinco (Rumores-17-)::

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—¿Así eres realmente? —Pregunta SeokJin viendo al enorme demonio.

Pero JungKook no respondió, desinteresado en esa conversación bajo a TaeHyung “Mis poderes ahora mismo están muy descontrolados” Dijo agachándose apoyando su mentón en el suelo. Alzando su mano, TaeHyung le acaricio la cara.

—Creo que en estos momentos, necesitamos con urgencia esa máscara. Para que te ayude a estabilizarte. Y puede que esto también afecte a mi otro yo, con la conexión que tienen.

—Si, pero en este momento no puedes usar magia, no quiero que te arriesgues por eso… Aún tienes mechones negros. Eso quiere decir que los efectos no pasan completamente.

—Aun así… —TaeHyung se calló al notar el pentagrama aparecer, llevándose a JungKook.

—¿Qué fue eso? —Pregunta SeokJin confundido, pero TaeHyung solo guardo silencio viendo el lugar donde JungKook desapareció.

—Lo invocaron —Respondió volviendo a la casa por su bolso. Si su otro yo lo invoco. Quería decir que algo muy malo estaba pasando y teniendo en cuenta lo que pasó ahora con JungKook ya suponía el porqué.

Pero entonces algo hizo clic en su cabeza, recordando a YeonTan. Eso iba a terminar muy mal, JungKook no lo conocía, se lo dio a escondidas de JungKook.

Se lo había dado porque de los demonios, los perros demonio si toman un amo se vuelven fieles de por vida y son unos feroces guardianes. Razón por la que se lo dio de familiar a su otro yo desde que era un cachorro.

JungKook detestaba los perros, sí. Les bufaba y se quejaba de su peste, pero a los perros demonio los odiaba tanto, al punto de matarlos si uno le pasaba enfrente. Era como si su pecado de la ira se desatara de golpe teniendo como único objetivo para descargar su ira en esos demonios. Parecía tenerles un profundo resentimiento y no precisamente por ser en parte gato.

—¡Maldita sea! —Se quejó mordiéndose la uña del dedo pulgar, si invocaba a JungKook puede que su otro yo corra peligro por la razón que lo invoco, pero si iba, utilizaría mucha magia y era algo que no podía hacer. Teniendo aún efectos de la marca… Aparte no podía dejar a SeokJin solo con esos seres que buscan sus almas.

Se lo había dado porque así podría protegerse de los demonios. Y ya que son tan débiles no era nada que Yeontan no pudiera manejar, llevaba dos años sin necesitar a JungKook. Pero jamás pensó estar en esa situación cuando no debe usar magia por su marca.



(…)
El minino en su forma de demonio apareció frente al castaño, encogido en el estrecho lugar, el demonio era demasiado grande para esa cueva "¿Qué pasa?" Se quejó, pero su enojo se pasó viendo al omega en el suelo tosiendo sangre. Con la máscara agrietada en el suelo.

El cuerpo del castaño no soportaba el gigantesco crecimiento de poder que estaba sufriendo el minino.

Tratando de volver a su forma humana. Al minino le costó un poco, agachándose lo sostuvo antes de que se desmayara, pero el demonio hizo una mueca sintiendo ese repugnante hedor a perro. Tanto que tuvo el impulso por soltarlo, pero se resistió por él parecido a su TaeHyung. No podía dejarlo caer. Aunque no fuera él, por tener esa carita se lo perdona.

Aun así su colita estaba crespa del desagrado. Esa peste le repugna desde lo más profundo de su ser.

Aún recordaba aquel día en que esa maldita mujer hacía que se comieran su cuerpo vivo y despierto, esperaba que se curara para que esos malditos perros volvieran a comérselo. Una y otra vez… Sin poder hacer nada para defenderse, solo ver y sentir como su cuerpo era comido.

Escuchando un gruñido, JungKook se tensó, con una mirada gélida volteo a ver hacia la entrada de la cámara de la cueva… Ese maldito sonido le parecía familiar.

Abriéndose un portal a su lado, JungKook se distrajo volteando a ver a SeokJin caer al suelo al atravesarlo, TaeHyung cruzó también viendo a JungKook.

Pero rápidamente sus pensamientos se centraron en Tae, a quien se le había vuelto el cabello completamente negro, y sus ojos rojos brillaban levemente en la oscuridad.

—¡¿Pero qué estás haciendo, idiota?! —Se quejó JungKook viendo al omega, que se sorprendió por el tono de JungKook. A él nunca le había hablado así —Te dije que no usaras magia, tonto ¿Qué estás pensando? Para hacer  esta estupidez —Continuo notoriamente molesto acercándose a su Tae

—V-vuelve a casa —Dijo aún aturdido por JungKook regañándole de esa manera tan exaltada —Es peligroso que andes por ahí con ese poder tan inestable.

—¡¿Y qué hay de ti?! Sabes que la corrupción empeorará si usas magia —Pasando su mirada de lado a lado por las voces, SeokJin ni siquiera sabia que hacia ahí ni porque era tan oscuro, él no podía ver en la oscuridad como esos dos.

—Eso no importa ahora, llévatelo también. Vuelve —Dijo, pero JungKook seguía viéndole con reproche. Con esa expresión seria y los labios tensos, el minino fue hacia el portal llevando, cargado al castaño. SeokJin también lo siguió el silencio, no quería meterse en su discusión, fue traído a la fuerza.

YeonTan volvió gruñendo, JungKook quiso regresar al escucharlo, pero TaeHyung cerro el portal, el enorme perro se acercó a él olfateándolo, rápidamente meneo la cola feliz comenzando a ladrar.

—¿TaeHyung? —Pregunta el alfa al volver, con la llave de la puerta del reino del inframundo.

—Cuida de YeonTa un momento, TaeHyung no se encuentra bien en este momento —Dijo y el demonio restregara su cabeza en el joven mago, que retrocedió rápido. Esa aguda nariz del minino no lo iba a pasar por alto.

—¿Qué? ¿Qué le pasó a TaeHyung? —Pregunta sin comprender, pero el brujo hizo otro portal huyendo con la máscara antes de que YeonTan le lamiera.

Tan pronto cruzo se topó con JungKook. Quien le paso el castaño a SeokJin y acercarse a TaeHyung, examinando su cuerpo, sus labios se le habían vuelto negros.

—¿Por qué tú también apestas a perro? —Se quejó y TaeHyung hiciera una mueca con sus labios, solo fue un roce.

—La mascota de TaeHyung estaba ahí, él se iba a quedar, podía morir por algún demonio.

—Me importa una mierda el maldito perro ¿Por qué arriesgas tu vida así? —Se quejó otra vez. Ver que la marca se expandía más le tenía muy alterado. Tenía miedo.

—Los efectos ya pasarán. No te alteres tanto —Dijo tratando de restarle importancia a la situación para qué se relajará, pero eso solo enojo más al minino.

A JungKook le daba igual todo, pero cuando el tema era la salud y bienestar de TaeHyung, era un tema delicado para él. Con el que no sería despreocupado y altanero. Ese no es algo con que jugar. El solo pensarlo le da aflicción.

Apretando los hombros de TaeHyung con sus manos, hizo que el omega le viera a los ojos, pero JungKook solo se desapareció molesto, quería calmarse.

—¿Por que hay dos tu? —Pregunta SeokJin confundido.

::Gatito mimado:♱:KookV::Donde viven las historias. Descúbrelo ahora