Treinta y cuatro.

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Una semana había pasado, y JungKook seguía vagando por las calles buscándolo, día y noche, sin descansos para sus siestas ni se había detenido para saciar su gula.

“¿Y si de verdad murió?” Se preguntó a si mismo abrazando el grimorio a su pecho, viendo fijamente el suelo en aquella carretera de madrugada. No podía sentirlo en ninguna parte, su alma era como si hubiera dejado de existir.

Sintiendo unas pequeñas cosquillas en sus mejillas, alzo su mano derecha tocándola, sintiendo aquella humedad, alejando su mano vio las lágrimas, su labio tembló pensando en el peligris. No había llorado desde que se había convertido, incluso creía que ya no podía hacerlo.

Su pecho dolía, era un dolor que le quitaba el aliento, como si el mundo se le hubiera desmoronado y era su culpa, no lo cuidó. Continuando su camino se seguíaculpando, lo extrañaba.

Una parte de el estaba tan triste y rota… Pero otra parte estaba hecha una furia, quería sangre y arrancar cabezas.

—El ciclo no se a reiniciado, aún hay una posibilidad de que este vivo —Dijo tratando de negar los pensamientos negativos en su mente. No quería creerlo de ser cierto.

(...)
Apareciendo de nuevo en aquel jardín, TaeHyung vio a su alrededor, solo había pasado alrededor de media hora ¿Por qué estaba atardeciendo ya? Notando que parte de la casa había sido destruida y había personas tratando de repararla. Sin comprender que paso rascó su cabeza.

—¡¿Tu que haces aquí?! —Le gruño el pequeño alfa acercándose a TaeHyung, el aroma amargo de JungKook demostraba su enojo.

—¿Qué pasó aquí? —Cuestiona sin comprender su hostilidad.

—Tu estúpido demonio, eso pasa, destruyó mi casa y algunos lugares de la ciudad.

—¿JungKook? Pero si solo me fui unos minutos no tiene sentido que hiciera algo así.

—¿Minutos? Eso fue hace más de una semana.

—¡¿Una semana?! —Dijo incrédulo, pero la mirada severa del alfa le hizo retomar la compostura.

—Tu estúpido demonio, TaeHyung se fue de la ciudad y mi hermano terminó en el hospital con un brazo roto. Ya no eres bienvenido aquí, por favor vete mientras lo pido de buena manera —Se quejo y TaeHyung presionará sus labios entre sí.

—Es entendible, pero antes déjame arreglar este desorden.

—A menos de que pagues por los daños no creo que puedas hacer mucho… —Se callo cuando el omega hizo un hechizo que volvió todos los daños a su estado natural, exactamente como estaba su casa antes de ser destruida por aquel enorme y alocado demonio, no hubieron muertos, pero si muchas pérdidas monetarias y heridos.

Perplejo vio la casa aún sin poder entender que paso y luego a TaeHyung, pero este ya había desaparecido, andando por la ciudad trato de reparar los daños que veía, pero se sentía demasiado nervioso, JungKook debía de estar hecho una furia por desaparecer así.

El tiempo transcurría de manera diferente en aquel lugar, aún seguía un poco incrédulo de que media hora fuera una semana, demasiado tiempo para el orgulloso demonio, pero, a pesar de su personalidad, a JungKook no le gusta estar solo.

Concentrándose, trato de sentir a JungKook, la presencia era lejana y débil, convirtiéndose en un águila se fue volando rápido, tardando se un par de minutos, se detuvo llegando a una sola playa, el pelinegro estaba ahí de pie viendo el mar, ido en sus pensamientos y una expresión triste en su rostro.

“Supongo que extrañaba el mar" Pensó, viendo entre aquellos recuerdos lo mucho que a JungKook le gustaba. Ahora nunca lo comenta ni habla de él.

::Gatito mimado:♱:KookV::Donde viven las historias. Descúbrelo ahora