::Cincuenta y Siete:

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Escuchando el sonido del reloj en esa silenciosa habitación, TaeHyung levantó la mirada un momento viendo aquellas manecillas, marcando las dos y media de la madrugada.

—Creo que… ya debería dormir —Se dijo a sí mismo cerrando el expediente. Ordenando las cosas en su bolso para mañana, bostezo dejándose al fin seducir por el sueño.

Levantándose de la silla, camino hacia la puerta de su estudio mientras se estiraba un poco, tan pronto salió y cerró la puerta. Las velas del estudio se apagaron solas.

Volviendo a su habitación, entro. En entrando a JungKook durmiendo sobre la cama la camisa del mini o estaba a medio abrochar, así que dejaba a la vista su torso.

Recordando lo que pasó ayer, las mejillas del omega se ruborizaron. Acercándose a la cama, se recostó al lado de JungKook y abrazarlo, haciendo que el minino se despertara.

—Terminaste muy tarde… —Dijo el pelinegro sin abrir los ojos pero correspondiendo al abrazo.

—Es demasiado papeleo que poner en orden… Mi papá también descuidó algunas cosas así que los problemas solo se acumularon —Respondió escondiendo su cara en el pecho de JungKook —Estoy cansado…

Dándole un beso en la frente, JungKook ronronea con el omega entre sus brazos. Sintiéndose cada vez más relajado. TaeHyung se durmió escuchando el ronroneo. Está tan acostumbrado a él, que le dificulta dormir sin escucharlo.

Usando sus poderes de Ángel, JungKook  cubrió por completo al omega, quitando el estrés de su cuerpo y tranquilizando su mente. Y monitorizando el cuerpo del peligris, quitando cualquier posible enfermedad. Asegurándose de que TaeHyung esté completamente sano.

Una vez que amaneció, TaeHyung entreabrió los ojos, viendo a jungkook ensueño forma de gato dormir en su pecho, viendo la hora en el reloj de su habitación bostezo. Pero se detuvo al ver la hora. Son las 10 de la mañana.

—¡Ya es tarde¡—Dijo levantándose alarmado, dejando caer a JungKook. Quien se despertó por el repentino movimiento.

“¿Qué pasa?”

—Ya es tarde. Tengo que irme rápido —Se quejó. El reino celestial solo aparece por cortos períodos de tiempo en distintos lugares.

El omega se comenzó a arreglar rápido para salir, ya que durmió de más, tomando su bolso se fue rápido. Pasando de su otro yo en la sala.

—¿Quieres que te enseñe un atajo? —Pregunta JungKook alcanzando al omega en su forma humana.

—¿Pensé que no vendrías?

—No, pero. Es muy difícil encontrar el reino celestial, sin méritos externos —Le sonrió de medio lado tomándolo de la mano y llevárselo por el camino contrario que TaeHyung tomaría.









(…)
—¿Cómo conoces este lugar? —Pregunta TaeHyung viendo a su alrededor. Es una cueva con muchas antorchas, una cascada de lava caída de la pared hasta río de lava, que se perdía entre las recámaras de la cueva. El calor en ese lugar es apenas soportable.

Aun así, estaba lleno de vegetación, mucha de ella venenosa.

—Son atajos que tomaba antes. Antes no había tanta vegetación —Dijo JungKook viendo a su alrededor.

—Al menos recuerdas el lugar —Dijo el omega sonriendo viendo su alrededor, aunque son plantas peligrosas, son hermosas, algunas brillan

—Se supone —Respondió y la sonrisa del omega se borrará.

—Jungkook... Si vamos a perdernos, no tiene chiste tomar este atajo.

—Tu confía en mí ¿Cuándo me he equivocado?

—Pues...

—Cállate —Dijo el minino haciéndolo reír al omega.

—JungKook, tienes que aprender a aceptar tus errores.

—Yo no cometo errores, el mundo se equivoca —Dijo y TaeHyung jugará sonriendo volviendo su vista a las plantas. Recordando lo que hizo en el arroyo.

—Igual que cuando creíste que las liebres en su madriguera estaban atrapadas… Pobres, las sacaste de su hogar —Río y JungKook se detuviera.

—¿De qué está hablando? No he visto ninguna liebre.

—En el arroyo ¿No lo recuerdas? Fuimos por… agua… —Se cayó un momento.

Ese recuerdo no es suyo.

—¿Estás bien? —Pregunta JungKook acercándose y tocarle la frente —¿Estás desvariando o que pasa? —Dijo y sorprenderse abriendo sus ojos un poco más —¡¿Tocaste las plantas?! —Dijo exaltado en preocupación tomándome las manos —Hay algunas que son alucinógenas.

TaeHyung se ha aturdido un momento y asentir, parece que JungKook ni siquiera lo recuerda, por esta vez sé salvo.

Por general, sabe distinguir entre los recuerdos de hansung y los suyos… pero ese es tan vivido, que parece suyo.

—Continuemos… Tengo prisa —Dijo el omega apartando la mano de JungKook y seguir caminando.

—¿No te sientes mal? —Pregunta el pelinegro siguiendo al Omega que se adelantó.

—Sí, estoy bien.

—No siento un poco extraño —Comento JungKook y TaeHyung morirá si labio inferior. Está siendo muy descuidado en su comportamiento, JungKook lo conoce mejor que nadie.

—Si… Creo que el exceso de trabajo últimamente me está agotando —Sonrió de medio lado.

—Descansa cuando salgamos de la cueva. Este no es un buen lugar con tantas cosas venenosas —Dijo adelantándose y ver los tres pasajes —Creo que es por aquí —Respondió el minino entrando. La luz de la lava disminuía, pero podía ver perfectamente.

Yendo tras de él, TaeHyung entró también, pero en el momento que cruzó, un pentagrama se iluminó bajo de él. Era una trampa.

Sorprendido, TaeHyung reconoció los símbolos de uno de los recuerdos de HanSung, un hechizo de exterminio. El causante de su precaria salud y su dependencia a la magia de JungKook.

Un hechizo que deja a las personas sin magia ni poder crearla, causando que el cuerpo se destruya él solo.

Ya que el hechizo no se activó al pasar JungKook. El objeto era él.

—¡TaeHyung! —Dijo el pelinegro acercándose. Pero ya era tarde. Aquella luz encerró al omega dentro.

::Gatito mimado:♱:KookV::Donde viven las historias. Descúbrelo ahora