Abrí con desesperación la puerta de mi casa, mis manos temblaban y me costaba encajar la llave en la cerradura. Cuando logré hacerlo, entré e inmediatamente empecé a llorar, necesitaba sacar toda la pena y rabia que tenía adentro, todo los malditos sentimientos que había generado Charlie.
Nunca me había sentido tan traicionada por alguien, y jamás pensé que una traición se sentiría así, y tal vez, el grado del dolor dependía de la persona que lo generaba, Charlie me traicionó y se sentía como si me estuviera quemando.
Caminé lentamente hasta la sala, quería seguir desahogándome, pero intenté contener las lágrimas cuando vi a Matt.
Me miraba con tristeza y extrañeza. Me quedé quieta cuando lo vi, no sabía qué hacía en mi casa, pero no era capaz de preguntarle, de mi boca no salían más que jadeos producidos por el llanto. Sin decirme nada, se acercó a mí y me envolvió en sus brazos, intentando calmarme, pero fue imposible.
-¿Qué pasa, Am? -preguntó en un susurro.
No dije nada, seguí llorando. No podía hablar, las lágrimas no dejaban que emitiera palabra, pero tampoco lo haría, no quería que nadie se enterara de lo que había pasado entre Charlie y yo este último tiempo.
Matt me llevó al sillón y me sentó mientras me seguía abrazando, después de un rato me calmé, no tenía más lágrimas que botar, aunque la pena seguía ahí. Miré a Matt, podía notar que me observaba con un poco de lastima, odiaba eso.
-¿Qué...qué haces aquí? -pregunté con dificultad.
-Te quería invitar a almorzar, pero cuando llegué no estabas -me sonrió con tristeza -te esperé unos minutos y cuando me iba a ir...bueno, apareciste.
No dije nada, me quedé mirando al frente mientras sentía como la pena recorría mi cuerpo.
-¿Qué pasó, Am?
-Nada...-murmuré.
-Puedes confiar en mí -tomó mi mano -tú sabes lo que siento por ti.
Miré nuestras manos y las quedé observando unos segundos. Sabía perfectamente lo que Matt sentía por mí, me lo había confesado hace algunos meses, pero yo fui muy clara al decirle que no sentía lo mismo por él, que solo era una atracción, que no iba a llegar a nada más, pero a Matt no le importó. Nos besábamos de vez en cuando en los últimos meses de Hogwarts, el siempre fue muy lindo y atento conmigo, y me costaba creer que no podía sentir amor por él, que mi corazón perteneciera a una persona, que al parecer, no valía la pena.
-Estoy bien -le di una pequeña sonrisa -gracias por estar aquí...
-Siempre voy a estar para ti -se acercó mi rostro y besó mi frente -siempre.
Giré mi cuello y lo observé durmiendo, no podía creer en lo que se había convertido, no entendía en qué momento cambió tanto.
Sequé las lágrimas de mi rostro y me dirigí a bañarme, era muy temprano, pero me costaba dormir en la misma cama que él. Me metí a la ducha y dejé que el agua cayera por mi cuerpo un buen rato, necesitaba despejarme. Al salir, todavía seguía durmiendo, me vestí rápidamente y bajé a la cocina para prepararme café. Me quedé ahí, mirando el reloj por un par de horas.
Sentí los pasos de Matt acercándose, no lo miré, puse mi vista en la tercera taza de café que llevaba esa mañana.
-¿No irás a trabajar? -preguntó.
No le contesté, no quería contestarle.
-Te estoy haciendo una pregunta, Amber.
Me giré lentamente y lo quedé mirando.
ESTÁS LEYENDO
Dragones en las estrellas [Charlie Weasley] TERMINADA
FanfictionLA NOVELA PUEDE TENER CONTENIDOS DE VIOLENCIA. -¡Yo estaba dispuesto a quedarme por ti! - gritó - ¡solo te pedí una cosa, Amber! Me quedé en silencio aguantando las lágrimas. -Solo tenías que pedir que me quedara - murmuró mientras tomaba mi rostro...