Capítulo 57

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Tres contra un moribundo no era el problema. El verdadero problema era que había un loco de mierda perfectamente recuperado con una varita en mano, y tres personas con un pedazo de espejo como arma.

-Amber, Amber, Amber... -murmuró con una voz armoniosa mientras bajaba las escaleras. Nosotros tres dimos pasos hacia atrás a medida que él avanzaba -No puedo negar que me sorprendiste. No pensé que fueras capaz de besarme.

No entendía. Estaba mal, con suerte se podía mover. No era posible que él estuviera en perfecto estado en menos de 5 minutos. ¡No era posible!

-Toda poción tiene su antídoto -respondió mi pregunta, aunque ni siquiera se la había hecho -Y como sanador, es lógico que lo tenga, ¿no?

Claro... ¿Cómo fui tan estúpida, maldición?

En un impulso de idiotez, cero sorprendente por parte de Charlie, caminó hacia él con la intención de enfrentarlo. Intenté detenerlo, pero fue demasiado rápido y mi mano no alcanzó a tomar su ropa. Matthew estaba listo y lo sorprendió con un hechizo que lo hizo volar unos cuantos metros.

Fui inmediatamente a ver a Charlie. No parecía estar mayormente dañado, lo único que podía ver era su rostro de dolor.

-No hagas nada estúpido, Charlie -lo reprendí.

-Yo te podría decir lo mismo... -murmuró y soltó un quejido mientras intentaba levantarse.

Lo ayudé y volvimos a caminar al lado de Chris. 

Dios, no sabía qué hacer. Tenía miedo, demasiado miedo. Había hecho algo estúpido, y cualquier posibilidad de salvar a los chicos se veía demasiado lejana. Es que estuvimos tan cerca, pero no pensé en la maldita posibilidad de que él tuviera el antídoto de la poción.

-Estás complicando demasiado las cosas, Amber, demasiado -enfatizó.

-Está bien... -intenté calmarme -lo lamento, yo...

La varita de Matthew nuevamente de movió, pero esta vez no fue a dirección a Charlie, fue hacia Chris. 

Miré a mi hermano inmediatamente. Chris cayó al piso y comenzó a retorcerse. Gritaba, gritaba demasiado y yo sentí como todo mi cuerpo se estremeció ante sus expresiones de dolor. 

-Inténtalo otra vez -pidió Matthew -pero ahora realmente intenta convencerme de que lo lamentas.

-¡Déjalo! -grité, haciendo arder mi garganta. Me acerqué a Chris e intenté tocarlo, pero no podía, mis manos temblaban -¡Matthew, basta! -le supliqué.

Se escuchó un fuerte ruido y Chris paró de moverse. Lo rodeé con mis brazos inmediatamente, pegándolo a mí, como si de algún modo yo pudiera protegerlo y quitar su dolor.

Giré mi mirada hacia Matthew y me di cuenta que la razón por la que había dejado de torturarlo era porque le había lanzado un hechizo a Charlie, que seguramente había intentado detenerlo, ya que el pelirrojo estaba unos metros más atrás de nosotros recuperándose.

Volví a mirar a Chris, que intentaba ocultar su rostro de aflicción, pero era imposible. Me sentí tan culpable, mi hermano estaba sufriendo por mi culpa. 

-Estoy bien... -murmuró Chris-estoy...

-Lo siento tanto, Chris -le murmuré, con una voz apenas entendible por el llanto que se avecinaba -te prometo que te voy a sacar de acá. 

Chris intentó trasmitirme tranquilidad, sabía que yo estaba a punto de colapsar. Pero no lo iba a hacer. No cuando estaba en peligro mi hermano y Charlie. Chris se paró a duras penas y quedó mirando a Matthew con odio.

Dragones en las estrellas [Charlie Weasley] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora