Capítulo 36

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-Lenta.

-Cállate.

Charlie soltó una pequeña risa y bajó las escaleras hasta quedar en mi escalón. Me dio la mano y me ayudó a subir.

-Mi estado físico está en decadencia -murmuré, soltando jadeo que hacía notar mi cansancio -¿Qué será de mí cuando tenga nueve meses de embarazo? No podré ni siquiera subir un piso.

Estaba muy cansada, había llegado al piso tres sin ningún problema, pero llegando al cuatro el aire me empezó a faltar y en el cinco tuve que parar a descansar. No solo era el embarazo y mi pésimo estado físico, sino que también era la media pizza que me comí junto a Charlie. 

-¿Quieres que te lleve en brazos? -preguntó mientras subíamos un escalón por minuto.

-Tengo dignidad, Charlie.

-Vamos...

-No -hablé con determinación. 

-Está bien -rodó los ojos -tortuga... -masculló.

Me detuve para quedar mirándolo con tanto odio como podía expresar en ese momento. 

-Una tortuga muy linda y adorable -añadió con una sonrisa inocente -con un caparazón reluciente y...

-Cierra la boca, solo lo empeoras.

-Es broma, Am -me sonrió.

Seguimos subiendo las escaleras a la velocidad de una tortuga, pero finalmente estábamos en el piso seis, afuera del departamento. Charlie buscó bajo el tapete que está en la entrada la llave. No ocupábamos las varitas para abrir la puerta, por el simple hecho de que es un edificio muggle y con el tiempo me he dado cuenta que los vecinos están en todas partes, observando silenciosamente tus movimientos. 

-No está la llave -dijo Charlie levantando el tapete.

-Tal vez... tal vez no la dejé en su lugar la última vez que la utilicé -dije con un tono divagante. 

Debía de reconocer que el embarazo ha vuelto mi memoria algo frágil. 

Saqué la varita y, verificando que no haya nadie observándonos, hice un hechizo rápido para abrir la puerta. Apenas entré al departamento dejé mi bolso a un lado, quería sentarme lo antes posibles porque realmente sentía que mis piernas no daban más, pero no lo hice, en vez de eso, solté un grito de espanto al ver a tía Mary sentada con su manera tan distinguida en el sillón.

-¡Me asustaste! -puse una mano en mi pecho.

-Llaves bajo el tapete, Am -negó con la cabeza -no es que hayan muchas cosas de valor aquí -miró el lugar -pero supongo que no te gustaría que te roben, ¿verdad?

No contesté, es que tía Mary ya no parecía querer escuchar una respuesta de mi parte, su mirada se había concentrado en el pelirrojo que tenía a mi lado. Charlie estaba tenso, la mirada de mi tía es intimidante para cualquier ser viviente, pero en este caso mucho más.

-Charlie -articuló tía Mary -No esperaba verte aquí.

A Charlie le costó despabilarse, pero al cabo de unos segundos caminó hacia ella y le tendió la mano en forma de saludo. 

-Y yo... no esperaba verla aquí -dijo el pelirrojo con dificultad.

-Cada uno con sus desilusiones, supongo -la falsedad en su voz era evidente.

Me apresuré a ir donde ellos para sacar a Charlie de una situación incómoda. Tía Mary tenía entendido que Charlie estaba en Rumania, y también tenía entendido que no quería el bebé, que el hecho de que vaya a tener un hijo era su mayor tragedia, así que la mirada que le dedicaba no era la más amistosa. 

Dragones en las estrellas [Charlie Weasley] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora